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Isabel Jimeno
Jueves, 16 de mayo 2024, 20:19
La trama de las monjas clarisas de Belorado ha adquirido tintes novelescos y cada día se suma un nuevo actor a una trama que estallaba este lunes con la publicación de un manifiesto de 70 páginas por parte de estas religiosas en el que rompían ... con Roma.
Las clarisas de Belorado daban portazo a la Iglesia, renegaban del Papa y se sumaban a las filas de la Pía Unión de San Pablo Apóstol, encabezada por el falso obispo y excomulgado Pablo de Rojas Sánchez-Franco.
Otro nombre propio en esta rocambolesca historia en la que no faltan los asuntos económicos, un intento de compra-venta de otro cenobio que ha acabado en los tribunales, la imposibilidad de vender un convento, las rencillas personales y que tras el 'adiós' de las religiosas a lo que considera «Iglesia conciliar», toda la posterior al Concilio Vaticano II y cuyo último Papa legítimo es Pío XII.
Aquí un repaso por el quién es quién, desde el excomulgado y sus más files, a la madre abadesa a la que el resto de religiosas -salvo una disidente, por el momento- profesan seguimiento, unas monjas que ya dominaban las redes sociales y el mundo web y así vencen los muros de su clausura...
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Sor Isabel de la Trinidad, la madre abadesa del convento de Belorado -y también del vasco de Orduña, donde también hay hermanas clarisas- es la monja al frente del cenobio protagonista de la revuelta en la Iglesia. El próximo 29 de mayo debía elegirse nueva máxima responsable de la congregación, para lo que en los dos días previos había fijadas sendas visitas canónicas a ambos conventos. Ya no tenía posibilidad de seguir al frente, pues la última vez que renovó excedía el plazo máximo para se abadesa, por lo que requirió de dispensa de la Santa Sede.
Su relación hasta ahora con el arzobispado de Burgos, en cuya diócesis se enmarca Belorado, era «buena» según aseguran desde la Iglesia, que confirman la «sorpresa» para el capellán que acudía a decir misa al convento al conocer la 'espantada' de las religiosas afamadas por sus chocolates.
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Desde que en la mañana del día 13 se hizo público el documento titulado 'Manifiesto católico' y la carta de renuncia, la abadesa «no» contesta al teléfono a las llamadas del arzobispo, Mario Iceta, precisamente uno de los responsables a los que sor Isabel de la Trinidad apunta en esos polémicos textos como responsable de la imposibilidad de hacer realidad su pretensión de vender el convento vasco de Derio, del que salieron varias de sus clarisas hasta dejarlo vacío y asentarse en el de Orduña, cuya compra comprometió el de Belorado.
Nunca se llegó a completar la adquisición y el incumplimiento de los compromisos de pago ha llevado a sus titulares, las clarisas de Vitoria, a llevar el asunto a la justicia, según han dado a conocer desde el arzobispado.
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«Su Católica Grandeza Episcopal, de infante, como siempre sonriendo (sic)». Es sólo una de las fotos de un álbum que no deja indiferente la página web de la Pía Unión de San Pablo Apóstol dedica a su fundador: Pablo de Rojas Sánchez-Franco. Se autodenomina obispo sedevacantista, no reconce -como el resto de esa corriente que encabeza y lidera de modo muy personalista- a ningún Papa posterior a Pío XII, se hacen llamar «Iglesia católica», separada de la posterior al Concilio Vaticano II, con la que no comulgan y a la que califica de «conciliar».
Él mismo y los suyos tratan a Pablo de Rojas de «Ilma. Rvdma.» y va ataviado con atuendo clerical, al modo obispo de antes: no le falta el bonete, la sotana de cuello romano y un llamativo pectoral. Según las imágenes distribuidas por las propias clarisas de Belorado en su nuevo perfil en redes sociales y su página web con otro nombre (Te hago luz), ha oficiado algún acto en la capilla del monasterio de Belorado, donde ha estado junto a las hermanas. Junto a él, su fiel seguidor José Ceacero, vestido de cura. Eso sí, sale de espaldas en todas las imágenes, también siguiendo el antiguo culto en el que se oficiaba sin mirar a los feligreses.
Es el nombre al que se apunta como supuesto «benefactor» que según las clarisas de Belorado estaba dispuesto a hacerse con el convento de Derio y así poder comprar ellas el de Orduña, tal y como tenían comprometido.
Por ahora, solo se ha prounciado en el programa de Ana Rosa en Telecinco y ha sido este jueves. En esta emisión ha negado ser el benefactor detrás de la operación inmobiliaria que querían llevar a cabo las monjas clarisas de Belorado y ha aprovechado para abundar en su discurso de que el Papa es un «hereje».
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Se hace llamar ahora «Don José» y se define como «asesor espiritual» de las clarisas, con las que lleva viviendo al menos desde el lunes. Viste, ataviado de sotana negra de época pasada, con esclavina roja, alzacuellos y una pequeña tonsura marcada en su pelo perfecta y recientemente cortado. En realidad, su nombre en Francisco. Ceacero de apellido. Lo que mantiene de una vida pasada, no tan lejana, pero sí muy distante de la que lleva ahora quien es el más fiel seguidor y cercano a Pablo de Rojas, con quien también comparte origen andaluz y que vivieron en Bilbao.
De hecho, antes de convertirse en portavoz de las monjas burgalesas, ya era conocido a orillas del Nervión como afamado barman. Experto en cocktails, regentaba su propio bar, hasta que cambió las copas por el 'cáliz' y de estar detrás de la barra se puso tras el altar. Fue durante años presidente de la Asociación de Barman de Vitoria.
No tiene pelos en la lengua, se domina con soltura ante los medios, ante los que se prodiga con frecuencia desde que el martes a eso de la hora de comer 'saltó' por primera vez la clausura. Ha sido hasta ahora la voz más crítica con el arzobispo de Burgos, Mario Iceta, a quien responsabiliza de la situación y sostiene que el enfrentamiento con la abadesa venía de lejos.
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No es la primera vez que está ante las cámaras. Y, de hecho, se le nota la soltura y que desde su clausura maneja el mundo virtual. Ya saltó a la 'fama' cuando allá por 2020, junto a las hermanas sor Myriam y sor Israel, viajó a la capital para mostrar al mundo su mano con el chocolate desde Madrid Fusion. Allí, como invitadas, estas religiosas que han conquistado los paladares más exigentes, sirven sus trufas en restaurantes con estrella Michelin y tienen como asesor al maestro repostero Paco Torreblanca, mostraron parte del secreto de su buen hacer.
Ahora, sor Sión, cuarta discreta del convento de Belorado que ha dado portazo a la Iglesia y reniega del Papa, es el rostro también de estas 'mediáticas' monjas. Y la que pone voz. Lo hace en dos vídeos en Instagram con los que las monjas rebeldes de Belorado rompían su silencio tras 48 horas desde que a través de mensajería instantánea causaron la «sorpresa» en Belorado dando a conocer su 'espantada'.
Se le nota que maneja las redes y no es la primera vez que graba un vídeo en modo autorretrato. Su cara es el primer plano en buen parte de las imágenes que han compartido de su día a día tras una clausura que muestran al mundo.
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Aunque quien ejerce de portavoz de las clarisas de Belorado, José Ceacero, asegura que las religiosas son «una piña» en su decisión y la han tomado por unanimidad, lo cierto es que ya el martes tuvieron la primera baja entre las 16 monjas en entonces había tras los muros del convento de Belorado, encabezado y dirigido por sor Isabel de la Trinidad.
Hay jóvenes y también mayores. Una de las veteranas fue la que decidió irse al no estar de acuerdo con el giro dado por sus hermanas. Eso sí, no todas tienen la misma voz, las hay con más protagonismo en su clausura y mediática espantada.
Entre los familiares de las mayores hay «preocupación» por su estado y por la consumación de este cisma alejando a esas monjas de lo que siempre habían sido desde que profesaron los votos.
También hay familiares -padres y hermanas- de algunas religiosas que desde que saltaron a los medios por renegar del Papa están junto a las religiosas en el convento burgalés. Ellos también han salido a hablar sobre el estando, llamando a la tranquilidad. Aseguran que también están con ellas para ayudarles con el obrador de chocolate, en el que los pedidos de sus reputadas trufas se han multiplicado desde que las clarisas de Belorado se han puesto en el foco.
Desde la Conferencia Episcopal Española este jueves han reclamado hablar con cada una de las clarisas para aclarar su posición, además de lamentar la «declaración de ruptura de la comunión con la Iglesia Católica» y el «tono ofensivo y recriminatorio del 'manifiesto'».
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Mario Iceta, arzobispo de Burgos, sigue apostando por el «diálogo» con la religiosas para intentar «reconvertir» la situación con la que se desayunó el lunes. Desde la diócesis aseguran que hasta ahora la relación con las religiosas de Belorado era «buena» y hasta el capellán que oficiaba las misas en su capilla y lo hizo el propio domingo mostró su «sorpresa» con el portazo de las clarisas a la Iglesia dado a conocer a los más próximos a través de mensajes vía teléfono.
Si bien es cierto que desde que el 13 de abril desde la Federación de Clarisas de Cantabria reclamaron una «reunión urgente» con monseñor por riesgo de «atentado de cisma» y arrancó una investigación con beneplácito de la Santa Sede, la relación se había enfriado. Hablar con la madre abadesa, sor Isabel de la Trinidad, no era fácil. Pero hasta entonces, sostienen, mantenían contacto e incluso en breve iban a girar una visita que debía desembocar en la renovación de la superiora.
Desde que el lunes explotó la polémica, Mario Iceta no ha logrado contactar con la abadesa para abordar el tema. A él apuntaba sor Isabel de la Trinidad en el documento y carta en los que anunciaban su 'adiós' a la Iglesia.
Monseñor Iceta era el obispo de Bilbao cuando fue excomulgado Pablo de Rojas Sánchez-Franco.
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