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Coincidiendo con un episodio de calor en octubre y con una semana en la que se han declarado varios incendios forestales en la provincia de Burgos, en pleno otoño, cuando el terreno debería estar húmedo, en este momento, regresa un evento a la provincia que ... nos recuerda la importancia del pastoreo.
En un verano especialmente caluroso y con grandes incendios ya se ha hablado del pastoreo y se ha reivindicado la labor de los pastores y de la ganadería extensiva como medio de prevención de incendios en el medio rural. Realizan una labor que es fundamental para prevenir los temidos incendios forestales. Limpian la biomasa vegetal, algo que, de no hacerse, con la llegada de la estación seca se convierte en una capa de combustible lista para arder.
En cambio, la ganadería extensiva se ha encontrado en los últimos años con obstáculos para realizar su labor, trabas, encarecimiento de costes, competencia con grandes explotaciones de intensivo.
Este sábado, Tolbaños de Arriba vuelve a acoger la tradicional representación de la 'Despedida de los pastores', tras dos años de ausencia debido a la pandemia. Y esta actividad se trata de eso, de una representación, ya que apenas quedan pastores por estas tierras burgalesas, un lugar donde antes era una actividad económica fundamental.
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Tras dos años de ausencia de la fiesta, las asociaciones La Piña y El Salterio, con la colaboración y el patrocinio de la Junta Vecinal de Tolbaños de Arriba y la Diputación de Burgos, vuelven a organizar la 'Despedida de los pastores' en este pueblo del Valle de Valdelaguna.
La fiesta representa en las calles de este pueblo el momento en el que los pastores de estas tierras burgalesas abandonaban, al acercarse el invierno, los montes del Valle de Valdelaguna en busca de mejores condiciones climatológicas y se dirigían hacia Extremadura.
Durante esta jornada, los vecinos de Tolbaños de Arriba se visten de modo tradicional. Las mujeres se engalan con su traje de serranas, sus faldas de pesadas telas, sus mandiles y sus mejores abalorios. Los hombres se visten con sus zahones, se calzan sus albarcas y se refugian del frío con sus pellizas y zamarras. Todo el pueblo se implica y las calles y sus vecinos retroceden décadas, hasta esa época en la que la vida pastoril era la primera fuente de subsistencia en esta comarca.
Además de la indumentaria, el olor del pueblo también hará retroceder a esos años en los que las migas pastoriles eran una comida cotidiana. Las migas, picadas las hogazas y puestas a remojo el día anterior, son elaboradas al modo tradicional, a fuego de roble lento y volteando con paciencia el calderete.
La degustación de migas marca el inicio de la jornada. No falta tampoco el canto de la Salve en la ermita del Salterio, momento en el que se ruega a la patrona por la buena suerte de los pastores que inician la trashumancia para que los libre de los múltiples peligros de los caminos.
Los pastores y sus ovejas recorren el casco urbano. Pero antes han tenido que pagar los maravedíes correspondientes al alcalde por atravesar los terrenos del pueblo. Este recorrido por las calles del pueblo está lleno de estampas tradicionales, son los propios vecinos los que han creado estos momentos y, además, los representan. La mayoría de ellos, por supuesto, guarda relación con el trabajo de la lana que se obtiene de las ovejas. Estampas como las lavadoras, teñidoras, hiladoras de lana.
A la salida del pueblo, los pastores son despedidos emotivamente al son de esa típica canción que dice «Ya se van los pastores a la Extremadura; ya se queda la sierra triste y oscura». Esta canción se entona en un paraje donde destaca un chozo tradicional de pastos construido para la ocasión y un corral de ovejas de los que se empleaban durante la trashumancia.
Este sábado Tolbaños de Arriba acoge un día festivo amenizado por músicos tradicionales, un pequeño mercado de artesanía y viandas, una exposición sobre la trashumancia y una comida de hermandad donde se degusta el frite, un plato de fiesta de los pastores, además de las sopas de ajo. A partir de las 19 horas, en la iglesia del pueblo se vivirá el concierto de CastellanAs, un dúo formado por las violinistas Blanca Altable y María San Miguel. Dos violines y dos voces que deconstruyen las melodías del repertorio castellano para llevarlas a un folk más contemporáneo.
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