Situación «dramática» en el cereal burgalés por la falta de agua y la fauna salvaje

Explica Pardo que este momento en el que la falta de lluvia es la protagonista es clave para los cultivos de cereal porque «ahora es cuando se necesita más agua para que cojan fuerza los cultivos». Aunque reconoce que ya van atrasados por esta ausencia de precipitaciones, «si llueve en abril o mayo, igual podemos recuperar algo», apunta.

Pero los cultivos de cereal ya están teniendo un desarrollo irregular debido a la ausencia de lluvias. Los cereales y las leguminosas necesitan agua, de lo contrario, con las elevadas temperaturas durante el día, se acabarán por secar. Y esa diferencia de temperatura entre el día y la noche también afecta. «Las heladas de la noche lo que hacen es dejar la tierra seca», asegura la presidenta de UCCL en Burgos.

Pardo señala otro problema que se suma a la falta de agua, la fauna salvaje. «Los corzos, jabalíes y conejos nos están haciendo mucho daño», reconoce. El problema es que como la planta no crece tan rápido por la sequía, los animales necesitan comer más en más terreno de la plantación y así «hacen más daño a las parcelas», explica la presidenta de la UCCL.

Todo ello está afectando al trigo, a la cebada, a las avenas y centenos, pero también a la colza que nacieron por el mes de octubre y la seguía y el hielo le está haciendo mucho daño.

La preocupación al estado de los cultivos se suma a cómo afectará esto a los precios. Hace un año el precio del cereal era «bueno, pero con los costes de ahora y esta situación no sabemos cómo estarán». Además, ha subido el precio de los insumos tanto que «se ha comido los beneficios que tuvimos. No podemos aventurar por dónde estarán los precios de la futura campaña», asegura Pardo.

La ausencia de lluvias también repercutirá en el precio de la carne. Los ganaderos tienen que completar con tacos y otra alimentación la ausencia de pastos. En este sentido, los ganaderos llevan tiempo denunciando un aumento del coste de producción.

La UCCL también evidencia que la sequía meteorológica se une a la sequía hidráulica. Los embalses se encuentran por debajo de su caudal habitual, lo que pone en riesgo a comunidades de regantes y a cultivos de regadío. Temen las posibles restricciones de agua, por lo que algunas comarcas de regadío están pensando qué sembrar si la situación no cambia. «Esto va a poner en alto riesgo muchos cultivos sembrados que ya han afrontado los elevados costes de producción de este año», señalan desde UCCL.

En este sentido, la organización agraria lleva reclamando varios años que se facilite una línea de seguros por sequía hídrica que ayude a paliar estas situaciones. UCCL solicita que ENESA y Agroseguro «extienda la indemnización a cultivos de riego que verán mermadas sus producciones a causa de una política de agua que no funciona ni obedece a las necesidades del campo».

Por otro lado, piden la aplicación de beneficios fiscales «de tal modo que se pueda paliar el fuerte aumento de los costes de riego y otros de producción».