La sequía avanza en Burgos, pendiente de la lluvia para un otoño sin incendios forestales

«Está todo bastante seco», apunta Alfredo Rodríguez, el decano del Colegio de Ingenieros de Montes de Castilla y León, e incluso la zona norte de la provincia empieza a presentar una situación complicada. Las lluvias de la semana pasada, que provocaron inundaciones en Hontaria del Pinar, no llegaron por igual a toda la provincia. Así, desde Aranda de Duero hasta Hontoria hay un corredor húmedo, pero el resto está seco, sobre todo el suroeste de la provincia, insiste Rodríguez.

De ahí que las lluvias sean las que vayan a marcar las últimas semanas de la campaña de incendios forestales y la llegada del otoño en Burgos. «Ahora no podemos descartar tener un otoño complicado porque se nos alargue la sequía hasta octubre», reconoce Rodríguez. «Todo dependerá de cuánto llueva y qué distribución tenga», pues si bien se viven días de inestabilidad, no siempre cae suficiente agua.

Por ese motivo, el decano del Colegio de Ingenieros de Montes de Castilla y León pide también precaución, pues el riesgo de incendios forestales es muy alto y, cuando llega septiembre, solemos bajar la guardia. En una ola de calor como las vividas este verano lo tenemos muy asumido, pero en septiembre hay más riesgo al avanzar la sequía. «Ahora hay más opción de que prenda y se propague un incendio de forma rápida«, advierte, aunque ayudan las noches más frías y la bajada de temperatura.

Alfredo Rodríguez explica que la campaña arrancó bastante tranquila. La lluvia fue, de nuevo, la clave pues el terrreno llegaba al 1 de julio con humedad. Luego se han registrado algunos incendios destacados, como los registrados en Pancobro en fin de semana del 15 de agosto y en el Páramo de Masa hace un par de semanas, que tuvieron que declararse de nivel 2 por el corte de carreteras.

En Pancorbo el fuego no consumió mucha superficie pero se produjo en plena operación especial de tráfico y obligó a cortar la circularción en el corredor de la N-1. Mientras, en Masa se calcinaron 120 hectáreas, siendo el fuego más importante de la campaña hasta el momento, y con el añadido de haberse originado cerca de las fábricas de explosivos de Maxam y Expal.

Rodríguez admite que, en este último, la situación se controló con relativa rapidez y se evitó una complicación todavía mayor. La movilización de efectivos fue destacada, con recursos del Ayuntamiento de Burgos, la Diputación, la Junta y el Gobierno central. Burgos dispone de un opertativo propio dimensionado pero la clave en la lucha contra los incendios forestales está en la colaboración entre administraciones y, en el caso de grandes fuegos, en el apoyo del Ministerio para la Transición Ecológica.

El ingeniero de montes recuerda que efectivos como las BRIF, los hidroaviones o la UME no son asumibles por las comunidades autónomas, así que lo lógico es que sean medios nacionales al servicio de todo el territorio. Y, en Burgos, este verano, «la disponiblidad de medios ha sido suficiente», contando con los apoyos cuando es neceasrio. Por ejemplo, en el incendio de Las Rebolledas del martes llegaron a acudir hasta una decena de medios aéreos.