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Quienes tienen un perro como compañero de vida saben que perderlo es la peor de las pesadillas. Pero hay situaciones en las que, tras un accidente, por ejemplo, la huida del animal es inevitable. Cuando esto ocurre, contar con la ayuda de quienes conocen qué hacer en estas pérdidas puede ayudar a que familia y perro se vuelvan a encontrar. En la provincia de Burgos se cuenta con Salvamento Animal.
Esta asociación se creó en 2020 por un grupo de voluntarios que se dedica al rescate de animales perdidos y abandonados. Aunque en ese año nacieron de manera oficial, antes estuvieron al menos tres años más colaborando con diferentes protectoras. En las últimas semanas han tenido un arduo trabajo por delante, el de ayudar a volver con su familia a Balto, un perro que estuvo perdido 21 días tras sufrir un accidente de tráfico mientras viajaba a la altura de Lerma.
«Ayudamos a familias que están en una situación bastante desesperada a buscar a su perro», explica Mónica, una de las voluntarias de Salvamento Animal Burgos. «Tratamos de coordinarnos de la mejor manera, de forma tranquila y relajada para dar con ese perrito», afirma.
Salvamento Animal Burgos nació por el amor hacia los animales de los miembros del grupo: Mónica, Leire, Mar, María, Maricruz, Sara y Javi. Mónica conoció al mudarse a Burgos a una persona que se dedicaba a trabajar con animales y preparaba rescates y le «picó a este mundo del rescate». «Al final es de lo que más necesidad hay, primero rescatar, sobre todo en situaciones difíciles y complejas. Si te encuentras un perro lo coges y ya está, le llevas al veterinario, intentas contactar con el dueño y si no hay más remedio pues una protectora o la perrera, pero siempre a salvo», indica Mónica.
Junto a su pareja adoptó a un perro y tras ello fueron encontrando «gente maravillosa por el camino» con los que organizarse cuando un animal desaparecía. «El fin es dar con ese animal, rescatar a ese animal. Nos encanta poder decirnos «lo hemos hecho» mientras celebramos haber rescatado ese animal», asegura Mónica.
Pero rescatar a un perro no es sencillo. «Cuanto más sepas del animal, mejor», reconoce. «Si sabes de su comportamiento será más fácil cogerlo. El mecanismo de ensayo y error nos ha aportado mucho. Pero sobre todo hay que tener paciencia, perseverancia y constancia». Para quienes están dentro del mundo del salvamento animal saben que «no puedes ser invasivo con un animal». «Están asustados y te puedes llevar un bocado o que el perro salga corriendo a la carretera y lo atropellen o desaparezca agobiado por la situación», explican.
«Hay que ver qué ha ocurrido, cómo es el perro, si se asusta, de qué tiene miedo, dónde le gusta ir. Hay que intentar conocer un poco al perro. Si nos dicen que le gusta meterse en agujeros vamos buscando zonas con agujeros o cuevas porque ya sabes que le van a gustar más que otras. Si tiene miedo a los coches es muy probable que a las carreteras no se acerque», enumera Leire, otra de las voluntarias del grupo.
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En estas situaciones es necesario guiarse de las palabras de aquellos que más conocen al perro desaparecido. «Conocerle es lo que mejor te guía a dónde puede estar o cómo puede actuar», reconoce. Pero, para perfeccionar los rescates el grupo se ha formado en «el día a día», además han hecho cursos y aprenden de «observar de manera constante a los perros».
Echando la vista atrás, Mónica y Leire recuerdan el caso de «Lucky, el foxterrier». «Estuvo 18 meses recorriendo el Páramo de Masa, desde Cañizar de Argaño hasta Montorio, donde se estableció. Es un Houdini que se ha escapado de todo el mundo: de las acogidas, de la protectora, de sus propietarios, de nosotros mismos. Nos quiere mucho, pero es un pelín miedoso y trasto», recuerda Mónica entre risas.
«Tuvimos un caso de un galgo que sufrimos una barbaridad hasta dar con él. Nuestras compañeras de Napame tenían al perrito de las bridas y ese día nos pidieron ir a por él, pero teníamos montado el dispositivo para el galgo. Pero el galgo, cada vez que lo rutinábamos se iba para otro lado. Al final le cogimos con una perrita en celo, el perro fue para allá y en un cerramiento con la perra en celo pudimos cogerle. Fuimos un poco invasivas ese día, el perro ya llevaba muchísimo miedo y me llevé un bocadito. De ahí me llevo un recuerdo», ríe Mónica.
Para Leire «todos» los rescates con especiales. «Todos los perros tienen su historia, qué les ha pasado, sus vivencias, dónde se meten, lo que hacen. Todos son especiales y lo bonito es conseguir cogerlos y que estén a salvo. Si no tienen una familia poder buscarle una o que los que la tienen por fin estén en su casa, que lo pasan muy mal los perrillos y la familia».
Además, Leire quiere dejar claro que a los «perritos con miedo se les puede ayudar». «Es algo que se puede trabajar, la gente dice 'mi perro tiene miedo, no sé puede hacer nada'. Claro que se puede, anima a tu perro, que puede con ello. Los perros pueden superar sus miedos y evitar que se asusten y puedan perderse».
Para casi cualquier rescate es necesario coordinarse con Ayuntamientos y autoridades. «Depende del caso, pero cada vez que montamos el equipo para un rescate avisamos a los Ayuntamientos y nos vamos coordinando con Policía Local. La Policía Local nos ha pedido alguna vez un rescate», cuenta Mónica.
«En el caso de Balto nos avisaron de que les había llegado un aviso de que habían visto un posible Balto y nos llamaron porque no querían interferir. Acudimos a comprobar que no era, pero se puso a salvo a esa perrita y ahora está en una protectora. Realmente era muy parecida pero no era Balto», explican.
«Generalmente existe esa coordinación. Desde Guardia Civil, Policía Local y los propios ayuntamientos al final nos tenemos que coordinar. Hemos rescatado a perros que llevaban dos años en una granja, el mismo Ayuntamiento se ha coordinado con nosotros. Si la Guardia Civil no puede rescatar a un perrito ellos lo que hacen es espantarlos, como ocurrió en el caso de Balto, para sacarlos de la carretera. La Guardia Civil actuó bien, no se podía coger al perro en ese momento y hay que sacarle de la carretera, no tienen otros medios. Tienen que evitar el accidente», analiza Mónica.
Balto y otros muchos ya están en casa, pero Salvamento Animal Burgos está preparado para el próximo rescate. Para conseguir que los compañeros peludos de vida vuelvan a su casa o para proporcionar un hogar a aquellos animales que no tienen uno.
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