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Los vecinos de la urbanización Costaján, que suma 294 parcelas, denuncian el «abandono total» de la zona por parte del Ayuntamiento de Aranda de Duero. «No se acuerdan de nosotros para nada, a pesar de que es su competencia. Llevan años de falta del ... mantenimiento de las calles parques y jardines que presentan un estado de dejadez absoluta», detalla el portavoz de los vecinos, Rubén Ramos. La «larga» lista de carencias incluye desde la limpieza de las calles o el desbroce de parques y jardines, hasta la ausencia de mantenimiento de los viales, tanto peatonales como para el tráfico rodado, donde no queda casi ni señalización horizontal.
«Faltan muchas señales de tráfico que se han roto, el asfalto está muy deteriorado en varias zonas donde está a punto de crearse un socavón, además no disponemos de ningún paso de peatones sobre elevado, teniendo calles con más de un kilómetro de recta donde ya hemos visto alguna «carrera» o pique entre vehículos», lamenta.
Los vecinos narran que el salir a pasear por las calles de la urbanización se convierte en «toda una aventura», en la que «lo raro es no caerse al suelo o tropezar». En esta línea, con instantáneas en la mano, muestran que hay numerosos puntos con las baldosas rotas, ya sea por raíces que las han levantado o por maquinaria pesada o camiones que las han reventado con el peso. «Existen zonas donde han crecido malas hierbas o incluso están creciendo árboles, a lo que se añaden arquetas deterioradas, sin tapa, con las tapas rotas o totalmente hundidas», describen.
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Fallos en el alcantarillado que provocan malos olores o la ampliación de una granja de pollos cercana sin dar la más mínima información o trámite para presentar alegaciones, son otras de las circunstancias que generan el malestar de los habitantes de la urbanización. «Una de las imágenes que mejor define el estado de abandono es la del depósito de agua que hay en el parque de la colina, donde hay un muro con cuadros de luces a punto de caer sujetados con un cable tensado agarrado por un bloque de hormigón y justo al lado un gran socavón», apuntilla Ramos.
Otro caballo de batalla de estos vecinos se centra en la movilidad, ya que «o bajas en coche o estás vendido», ya que solo hay tres horarios de autobuses en todo el día por la mañana pronto, a mediodía y a media tarde. «Si quieres bajar andando o en bicicleta no existe ninguna salida peatonal o carril bici que conecte con el de la carretera de Sinovas y las aceras de la urbanización desembocan en la antigua N-1 frente a la entrada del camping», concluye.
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