Diez muertos en cuatro años, la N-122 acumula décadas de retrasos y accidentes

La N-122 sigue cobrándose vidas en la provincia de Burgos sin que la autovía A-11 llegue a conectar Aranda de Duero con Valladolid. El último accidente mortal ocurrió el pasado 24 de octubre, una persona falleció y cuatro resultaron heridas a la altura de Fuentecén.

Pero es que, solo un día antes, como recuerda el alcalde de Fuentecén, Juan Antonio Martínez, ya había sucedido otro siniestro de tráfico donde otra persona resultó herida. En este caso, la colisión entre un turismo y una grúa de gran tonelaje tuvo lugar en el término de Haza.

En 2023, esta carretera fue considerada la más letal de Castilla y León con catorce muertos en tres años. Ahora, si nos retrotraemos hasta el año 2020 y solo nos centramos en el tramo burgalés o en los tramos más cercanos a la provincia, se contabilizan 15 accidentes en casi cinco años que se han cobrado la vida de diez personas y han dejado heridas a 27.

El regidor de Fuentecén reconoce estar muy decepcionado porque tanto su Ayuntamiento como los de los pueblos vecinos llevan años pidiendo celeridad para que llegue la autovía a esta zona. «Esta carretera es un peligro total. En el mismo punto donde ha ocurrido el último accidente ya hubo otro muerto hace unos diez años, en el mismo sitio, pero, no se hace nada y eso que se han presentado muchas quejas colectivas», recuerda el alcalde.

Juan Antonio Martínez, conocedor de la vía, explica algunos de los motivos por los que esta carretera es tan insegura. En primer lugar, el tráfico de camiones, «en los 17 kilómetros que separan Fuentecén de Aranda he llegado a ir detrás de una fila de diez camiones». Además, es que el volumen de tráfico es elevado, se trata de un tramo que une una ciudad como Valladolid con otra como Aranda y continúa hacia Soria.

Además, de las especies cinegéticas, añade que «adelantar es un peligro». Lo único que se salva es el asfaltado, ya que el firme se renovó en el 2023, pero «el trazado sigue siendo un peligro», añade Martínez. «Nosotros conocemos la vía y, aún así, da miedo circular por ella», reconoce. «Hay puntos que tienen truco, con poca visibilidad, que, si no los conoces, es fácil darse un golpe. Es que en el tramo de Fuentecén a Nava de Roa todos los años hay algún golpe y algún muerto», lamenta.

Hace más de 30 años que se aprobó la construcción de la autovía A-11, la conocida como Autovía del Duero, un proyecto que buscaba conectar España con Portugal pasando por Castilla y León, lo que supone un revulsivo para la región. En la actualidad la A-11 no es una realidad, se intercalan tramos de esta autovía con la N-122.

La A-11 no ha llegado a la provincia de Burgos, el tramo entre Langa de Duero hasta casi Tudela de Duero es el que circula por territorio burgalés, ese que tantos accidentes y quejas acumula. «Creo que nos hemos quejado con todos los ministros», recuerda el alcalde de Fuentecén. Son unos 102 kilómetros que se tardan en recorrer más de una hora y cuarto.

«Hace unos 30 años que se empezó a dar guerra durante una fiesta de la vendimia, creo recordar. Hemos hecho manifestaciones, los alcaldes hablamos entre nosotros para hacer quejas y solicitudes conjuntas, pero creo que no hacemos fuerza suficiente», reflexiona el regidor. Reconoce también, con tristeza, que no confía en ver llegar la autovía a su pueblo en un breve plazo de tiempo.

En junio de este año se anunciaba que el Ministerio de Transportes estudiaba catorce ofertas presentadas para realizar el tramo de la A-11 entre Langa y Aranda, unos 23 kilómetros, por 211,83 millones y un plazo de ejecución de 37 meses, más de tres años. Esta es la segunda vez que se licita este mismo tramo con un paréntesis de 15 años de retraso, lo que ha encarecido la obra. Un tramo estimado en 175 millones ha salido ahora a licitación por 211,83 millones.

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