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La afluencia de gente en las calles se empezó a reducir en Aranda desde este fin de semana.

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La afluencia de gente en las calles se empezó a reducir en Aranda desde este fin de semana. Susana Gutiérrez

Aranda, entre la incredulidad y el malestar

Algunas personas adelantaron sus vacaciones y salieron de la ciudad antes de la entrada en vigor del confinamiento

Viernes, 7 de agosto 2020, 08:10

A pesar de que era una posibilidad que se barajaba desde hacía días, Aranda vive con una mezcla de incredulidad y malestar el anuncio de confinamiento durante 14 días. La levedad de los positivos, con casi un 95 por ciento de asintomáticos y ningún ... paciente ingresado en el hospital; hace que en muchos casos no se haya tomado conciencia del nivel de transmisión comunitaria que vive la ciudad, donde se notificaron ayer un centenar de positivos en un día.

La realidad epidemiológica se reflejaba claramente en las inmediaciones de la estación de autobuses, donde la cola de vehículos se agolpa para realizarse las pruebas PCR, algunos de ellos portando familias enteras. «Desde el lunes se están haciendo unas 200 pruebas diarias y está previsto que siga hasta el viernes que viene», detallaba el jefe de voluntarios de Protección Civil, José Luis García, encargado del dispositivo de seguridad.

Mientras tanto, las calles aparecían más vacías de lo que es habitual en la tarde noche de ayer, aunque el descenso gradual se venía notando desde el pasado fin se semana, cuando se puso a la ciudad en el epicentro de la pandemia. Más de una decena de establecimientos hosteleros permanecen cerrados, casi todos por positivos o contactos de riesgo, aunque también algún caso concreto por voluntad propia.

Desde que se conocieron las restricciones, la pregunta más recurrente entre los arandinos era la fecha de entrada en vigor de las mismas. Aprovechando las últimas horas de libertad previa al confinamiento, muchos vecinos optaron por adelantar o acelerar sus vacaciones. Las gasolineras vivieron un tránsito mayor del habitual. «Me iba a ir mañana a Cantabria y he decidido finalmente adelantar el viaje a hoy jueves. Solo tengo este fin de semana para disfrutar de unos días libres y por eso he decidido irme antes», explica Nieves López vía telefónica, ya en ruta por carretera a su lugar de destino.

Algo que han imitado muchos otros con destinos diferentes, mayormente playeros. En algunos casos, también emplazamientos interiores. «Tengo a los niños en un pueblo de la provincia de Zamora con sus abuelos y voy a ir a allí esta noche», indica Alicia Antón. En la dirección contraria, Ainara García, quien viajó desde San Sebastián a Aranda para llevarse de vuelta a casa a sus hijas, Erika y Paula, que estaban pasando el verano en la ciudad burgalesa con su abuela. «La idea es que se quedaran hasta el día 15, pero después de las dudas surgidas sobre si iba a poder entrar a por ellas o no, y luego si iba a poder salir de Aranda hasta mi casa, he decidido venir y volver en el día, darme la paliza, pero estar más segura», indica la guipuzcoana.

En la otra cara de la moneda, personas que han tenido que suspender o posponer las vacaciones previstas y reservadas. Es el caso de Luisa Fernanda Lostau quien, junto a su familia, había alquilado una casa en un pueblo costero del norte de Portugal y ha decidido cancelarlo hasta que pase el confinamiento. Otorrino de profesión, Lostau afirma que «hay que ser responsables, hay que hacer este esfuerzo por la salud pública y el bien general. Los profesionales sanitarios somos los primeros que debemos de dar ejemplo». Al respecto, incide en que «si todos hacemos bien las cosas durante esos 14 días, a partir de ahí, seguro que tendremos la oportunidad de volver a disfrutar con seguridad y sabiendo que hemos hecho bien las cosas».

También ha optado por cancelar sus vacaciones, pero en este caso en Aranda, Rosa Martín. Tras meses duros de confinamiento y teletrabajo en Madrid, tenía marcada en su agenda el día 7 de agosto para comenzar sus tres semanas de ansiado descanso en su ciudad natal. «No vamos. Tenemos allí nuestra casa, pero creo que por precaución es mejor hacer caso a lo que te marcan. Si el 21 de agosto mejora la cosa, todavía tendremos algunos días para disfrutar de nuestra tierra», lamenta.

Confinadas

Confinadas a cal y canto también las residencias de ancianos, que desde el pasado lunes volvieron a restringir las visitas. Muchas de ellas ya sufrieron de lleno las consecuencias de la pandemia en los meses de marzo y abril y han alcanzado niveles de anticuerpos que superan el 70 por ciento de los residentes.

Preocupan dos de ellas, la Clínica la Luz y Ciudad de Aranda que se mantuvieron libres de covid y ahora extreman medidas para evitar que el virus entre en esas instalaciones habitadas por uno de los colectivos más vulnerables. Mientras tanto, en el hospital de los Santos Reyes no barajan cambios de momento. «Vamos a mantener las consultas presenciales y no presenciales tal cual las teníamos y también el resto de actividad quirúrgica. La gente tiene patologías y necesita atención, no podemos cerrar quince días más porque no es conveniente», detalla el gerente, Evaristo Arzallus. Al respecto, incide en que el centro se ha organizado contratando dos internistas y reforzando los turnos de urgencia. «No hay pacientes, pero los habrá. El hospital está preparado», garantiza.

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