Esperan que a la tercera pueda ser la vendida, tras dos prórrogas provocadas por la situación sanitaria marcada por la pandemia de la covid-19. Aranda se prepara para encontrar proyección internacional a través de la Capitalidad Europea del Vino cuyos actos comenzarán el ... próximo mes de febrero. «22 motivos para visitar Aranda en 2022», es el lema elegido para celebrar un reconocimiento con el que la ciudad burgalesa pretende convertirse en el epicentro de la cultura del vino. «Va a ser un hito para la ciudad y para toda la comarca de la Ribera del Duero. Lo que va a hacer es que podamos vender una imagen de marca a nivel nacional e internacional, tener la excusa para darnos a conocer y atraer a ese turismo español y extranjero», detalla la concejala de Turismo, Olga Maderuelo.
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Una repercusión turística y económica que dependerá de la calidad del programa y lo que se ofrezca al visitante por parte del Ayuntamiento, ya que el nombramiento es una distinción sin remuneración ni oferta de actividades. En cualquier caso, según las ciudades españolas que ya han ostentado este reconocimiento, como Cambados en 2017 y Jerez en 2014, la capitalidad obtiene una buena acogida turística y contribuye a un repunte de visitas, cifrando ese aumento entre un 20 y 25%.
La programación arandina comenzará en el mes de marzo con el proyecto 'Un río de vino», con el que se iluminará el Duero de color rojo como guiño al terruño y a los caldos de la Denominación de Origen Ribera del Duero. Un espectáculo de magia dará el pistoletazo de salida a esa ornamentación lumínica. En el programa también se prevén algunos actos novedosos como un festival enogastronómico que incluya a todos las zonas por las que pasa el Duero, sumando también las portuguesas.
La ruta de las zarceras, el curso de jóvenes viticultores o un congreso de la arquitectura relacionada con el vino, son otras de las alternativas novedosas que incluye la cita de 2022. «Obviamente seguimos apostando, además, por las actividades fijas que ya se vienen realizando desde hace muchos años entorno al vino y hemos sumado también las que llevan a cabo otras entidades e instituciones. Por encima de todo y desde la unión, promocionaremos nuestro territorio en Europa y el mundo», detalla Maderuelo.
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Dentro de las actividades consolidadas, la Ciudad Europea incluye como mayor reclamo el festival de música Sonorama Ribera, pionero en el maridaje de la música y el vino de la Denominación de Origen y que congrega a un global de 110.000 personas en cuatro días de conciertos en el mes de agosto. La cita cuenta con un presupuesto cercano a los 4 millones de euros y la capitalidad europea coincide con su 25 aniversario. Asimismo, se celebrará otro cumpleaños importante en 2022, los 40 años de la Denominación de Origen Ribera del Duero, cuya Gran Fiesta de la Vendimia, el último fin de semana de septiembre, también se incluye en la programación.
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Los Premios Envero a través de la cata multitudinaria '1.000 siempre aciertan', acompañada del festival enológico 'Enverofest', atraerán a los visitantes a finales de mayo. El Concurso de Tapas, Pinchos y Banderillas, la Noche de Ronda, las Jornadas Gastronómicas del Lechazo Asado, el Curso de Verano de la Universidad de Burgos sobre viticultura y enología, el Certamen de Bandas de Música, el Descenso del Vino por el río Duero, las Fiestas Patronales de Aranda o la Vuelta Ciclista Junior a la Ribera, serán otras de las actividades.
«Estamos muy ilusionados y creemos que con un poco de suerte lo vamos a poder celebrar con toda normalidad, esperemos que la pandemia nos deje. Mantenemos todos los actos previstos en 2020 y alguno a mayores que hemos incluido en este tiempo», detalla la responsable municipal de Turismo. En cualquier caso, también hay un plan B, sobre todo para la cata de 1.000 personas, al celebrarse en un interior y sin mascarilla, pero «esperamos que no sea necesario y se pueda realizar normalmente».
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Su profundidad, su extensión, su situación en el centro de la ciudad, su comunicación y su antigüedad, marcan la singularidad de las bodegas subterráneas de Aranda de Duero. Siete kilómetros en el subsuelo que guardan siglos de historia del vino. Existen un total de 135 bodegas catalogadas que se construyeron entre los siglos XII y XVII. Cuentan con una profundidad de entre 8 y 11 metros, una media de 2,80 metros de ancho y tres de alto y poseen la declaración como Bien de Interés Cultural. Bajadas estrechas con escaleras de piedra y con una pendiente considerable, zarceras, sumideros excavados entre la pared y el suelo de las naves y bóvedas de arcilla presiden esta arquitectura etnológica. El mayor problema que presenta este patrimonio es que, en su mayor parte, no está abierto al turismo al ser de propiedad privada.
Por ello, el Ayuntamiento de Aranda busca llegar a un acuerdo con las nueve peñas de la ciudad, propietarias de las bodegas más emblemáticas, para que se presten a enseñarlas al público durante los fines de semana coincidiendo con la Ciudad Europa del Vino. En la actualidad solo se enseñan por parte de la Oficina de Turismo las dos municipales, una convertida en museo y la otra que ha perdido ciertas particularidades con el paso del tiempo. Sobre la mesa está la posibilidad de articular un acuerdo como el que se alcanzó con motivo de la celebración en 2014 de la muestra de Las Edades del Hombre.
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