Oña, Briviesca, Villadiego, Sedano, Fresneda de la Sierra Tirón, Salas de los Infantes... y ahora Covarrubias y Lerma. Los médicos de Atención Primaria se van jubilando, ya les toca, y las plazas que dejan vacantes se quedan así, sin cubrir y amortizadas. No hay médicos ... para las sustituciones, afirman desde la Consejería de Sanidad, pero cuando los pueblos se ofrecen a buscar un alternativa, se niegan. Y la situación empieza a ser insostenible en el medio rural burgalés.
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El pasado miércoles, el PSOE denunciaba que el centro de salud de Salas de los Infantes se quedaba sin un médico, debido precisamente a una jubilación. Y hoy la denuncia se traslada a Covarrubias y Lerma. El alcalde de la Villa Rachela, Óscar Izcara, se adhiere a la petición de la lermeña Celia Izquierdo para que la Junta no amortice la plaza del médico que se jubilará el próximo año en la Villa Ducal.
Izquierdo ha iniciado una campaña de adhesiones contra «este desmantelamiento del medio rural por parte de la Consejería de Sanidad», apunta Izcara. Y es que el centro de salud de Lerma atiende a 38 municipios y en 2014 ya perdió dos médicos y un enfermero. «No podemos consentir este maltrato a nuestros vecinos», apunta Izcara, pues ve cómo se van reduciendo los servicios, igual que ha ocurrido en otros municipios de la provincia, el último, Salas de los Infantes.
Aquí, la jubilación de un médido ha afectado no solo al servicio que presta el ambulatorio sino también a la asistencia médica de 32 municipios englobados en el Zona Básica de Salud correspondiente. La explicación que les han dado, tanto la coordinadora médica del centro, como la Gerencia de Atención Primaria y el delegado territorial de la Junta, es que no hay médicos para cubrir esta jubilación, así que el servicio pierde un facultativo.
Marta Arroyo, alcaldesa de Salas de los Infantes, califica la situación de «desoladora», aunque se resigna afirmando que el Ayuntamiento nada puede hacer; es una cuestión de Sanidad. De momento, en el centro de salud han reorganizado los servicios, con una propuesta propia tras rechazar la realizada por la Gerencia. En principio, la cobertura en el día a día está garantizada, y se han reasignado las cartillas. Eso sí, ante imprevistos como una baja o vacaciones surgirán problemas, le han reconocido a Arroyo los responsables del centro sanitario.
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Además, los más perjudicados por la situación son los vecinos del resto de pueblos del área de Salud, pues sus cartillas han sido reasignadas a un único facultativo y se han reducido las consultas semanales. Y es que, como denunciaba días atrás el PSOE, uno de los médicos que prestaba atención en los municipios se ha reubicado en el centro de salud. Los médicos están haciendo una labor «fantástica», ha apuntado Ada Marcos, de la Agrupación Cívica Salense.
Sin embargo, la situación es prácticamente insostenible y eso que las fechas no son las peores. Ahora, en otoño y en invierno, baja la población en Salas y su comarca, así que la falta de un médico será más llevadera. Otra cuestión será cuando lleguen las vacaciones y la época estival. Aun así, en el centro de salud ya se han vivido algunas situaciones «caóticas», pues el servicio estaba sobresaturado ya antes de la jubilación.
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El mes de octubre ha sido especialmente trágico para la sanidad en Burgos. La falta de organización y previsión de la Junta de Castilla y León se ha dejado notar. Los centros de salud de la provincia, especialmente Aranda de Duero, se han quedado en cuadro por el concurso de traslados de Pediatría (con problemas de los que no se ha librado ni la capital).
A ello se ha sumado la partida de médicos rurales, por jubilación, tanto en Salas de los Infantes como en Fresneda de la Sierra Tirón. Aquí, precisamente, este sábado 3 de noviembre tiene lugar una movilización, a partir de las 10:00. Se ha organizado una marcha desde el consultorio médico hasta el centro de salud de Pradoluengo, con 9 kilómetros de recorrido.
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El alcalde, Luis Monja, explica que los asistentes deberán llevar jersey o camiseta blanca, y chaleco reflectante. Los menores tienen que ir acompañados de un adulto. Y tras las dos horas de recorrido, se leerá un manifiesto y se ofrecerá un caldito, para entrar en calor, y unas pastas. Monja insiste en que «están hasta las narices» de los recortes.
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