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La carestía de la gasolina y el gasóleo nos haría pensar que los ciudadanos intentaríamos reducir el consumo del carburante limitando el uso del vehículo privado e implementando cualquier medida que nos ayude ahorrar. Sin embargo, el verano está demostrando que las previsiones no siempre ... se cumplen y, al volante, seguimos pisando el acelerador y moviéndonos con cierta alegría.
Al menos así lo detectan en Tráfico, pues las carreteras de Burgos están registrando intensidades de circulación «nunca vistas». El jefe provincial, Raúl Galán, pone como ejemplo la operación de tráfico del 1 de agosto, en la que el viernes por la tarde y el sábado por la mañana se alcanzaron los 4.500 vehículos a la hora en la A-1, algo inaudito.
«La gente quiere salir y moverse», reconoce, tras las restricciones sufridas con la covid-19. Así que hay mucho más tráfico por las carreteras de Burgos, y este fin de semana será especialmente complicado al ser puente del 15 de agosto, coincidir inicio y regreso de vacaciones, fiestas en los pueblos y la operación Paso del Estrecho. Así que se pide prudencia para evitar sufrir un accidente.
La clave es prestar atención al volante, no bajar la guardia ni despistarnos, porque los despistes son una de las causas principales de siniestralidad vial. Si a ello le sumamos un exceso de velocidad, la gravedad del accidente se incrementa, como se ha visto este año, en el que llevamos ya 13 víctimas mortales en Burgos, el doble que en 2019, último año de registros 'normales'.
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Galán afirma que, desde la pandemia, han notado que le pisamos más al acelerador. Y ni siquiera se ha notado una bajada de las valocidades con el aumento del precio del combustible. «Esperábamos que las velocidades mdias bajaran, porque si le pisas, el combustible se multiplica. Curiosamente no está siendo así», apunta el jefe provincial.
El exceso de velocidad es una de las preocupaciones de Tráfico, pero también el consumo de alcohol y drogas al volante, que se ha disparado. «Es un problema más social que de seguridad vial», apunta Raúl Galán, de aumento de los consumos y de una relajación en la concienciación. «La única tasa segura es 0,0», y lo que se había avanzando parece que se está retrocediendo.
Con datos, nacionales, extraídos del informe anual del Anatómico Forense se puede ver que casi el 50% de los fallecidos en accidentes de tráfico en España en 2021 eran positivo en alcohol, drogas o ambos. Y de los 812 conductores a los que se les hizo la prueba, el 75% eran positivo en alcohol, pero en niveles de delito, lo que muestra que algo está fallando en la sociedad.
También se ha notado un cambio en cuanto a la franja de edad que concentra los accidentes. Tradicionalmente eran los más jóvenes, pero la tendencia había cambiado a las edades medias (de 35 a 55 años), precisamente porque se había avanzando en concienciación. Ahora, ha repuntado la siniestralidad entre los jóvenes y habrá que redoblar esfuerzos en sensibilización vial.
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