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Los peregrinos del Camino de Santiago que pasen por las ruinas del convento de San Antón, en Castrojeriz, deben utilizar casco de manera obligatoria desde este viernes. Así lo ha confirmado el presidente de la Fundación, Ovidio Campo, que destaca en las declaraciones recogidas por ... Ical el «riesgo altísimo» que supone para los caminantes pasar por esta zona sin protección
El patronato de la Fundación San Antón decidió cerrar las ruinas del convento y el hospital de peregrinos este mismo miércoles, «hasta que se consoliden las ruinas» y piden a las administraciones el apoyo de las obras de este proyecto, así como el desvío de la carretera para proteger el convento de su deterioro y a las personas de lo que consideran un peligro inminente.
Campo recuerda así el suceso que tuvo lugar en 2021, cuando cayó una piedra de los arcos que sobrevuelan la carretera entre Hornillos y Castrojeriz sobre el techo de un autobús escolar. «No estamos dispuestos a seguir asumiendo ese riesgo», afirma Campo. Por este motivo, Fundación San Antón dispone de una docena de cascos y ha colocado carteles que piden el uso «obligatorio» del casco para poder pasar por las ruinas, en un trayecto de unos 30 o 40 metros, según explica Campo, que da comienzo en la entrada al albergue. Este casco debe utilizarse para pasar bajo los característicos arcos de estas ruinas.
El presidente de la Fundación San Antón explica que la noticia ha sorprendido a los peregrinos que pasaban por la zona, pero han accedido a ponerse el casco, e incluso han inmortalizado el momento haciéndose fotos. Esta protección se proporcionan a la entrada del albergue y una vez finalizan el recorrido bajo los arcos, se devuelve.
«Les ha sorprendido que estuviera cerrado y no daban crédito», afirma Campo en relación a las reacciones de las personas que durante la mañana de este viernes se han acercado al lugar. En este punto, Ovidio Campo lamenta que tras 48 horas desde el anuncio del cierre no ha recibido una llamada de las instituciones y desconoce hasta cuándo permanecerá cerrado. «Hay que dar una solución y cuanto antes posible, porque es una locura la cantidad de peregrinos que pasan por aquí y el riesgo es altísimo», concluye.
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