Las obras del reconstruido viaducto del Ave en Frandovínez encaran su recta final

De esta forma, ya está todo prácticamente listo para dar por concluidos los trabajos y proceder a las preceptivas pruebas de carga. Según confirman fuentes del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), dichas prubeas se acometerán «en las próximas jornadas».

Una vez certificada la seguridad del nuevo viaducto, que tuvo que reconstruirse después de que Adif detectada fallos en el hormigonado, se procederá al «montaje de la vía y la catenaria en el tramo afectado por el propio viaducto y a continuación se instalarán en la vía los equipamientos de instalaciones de seguridad que permitirán iniciar las pruebas de concordancia», según explican desde Adif.

Aunque la conclusión de los trabajos en Frandovínez supone una buena noticia, llega con meses de retraso. De hecho, la reconstrucción ya se inició con retraso en cotubre del año pasado y, lejos de prolongarse durante tres meses como estaba inicialmente previsto, los trabajos se han extendido durante algo más de un año.

Paralelamente, los operarios siguen trabajando en la consolidación del terraplén de Palenzuela, otro de los frentes abiertos ahora mismo en el tramo de la línea de Alta Velocidad entre Venta de Baños y Burgos. En ese punto, también ha sido necesario volver a intervenir para solucionar un problema surgido una vez ejecutada la plataforma e instalada la vía. Los trabajos comenzaron tiempo atrás y, si todo sale según lo previsto, podrían culminar «en la primera quincena de noviembre».

Más tiempo habrá que esperar para ver concluidos los trabajos de adaptación del andén 3 de la estación Rosa de Lima. Ya está firmada el acta de comprobación del replanteo de la obra y se ha dado la orden de inicio, por lo que está previsto que en las próximas jornadas comiencen a ejecutarse materialmente los trabajos.

Se trata de un proyecto presupuestado en 2,2 millones de euros y centrado en la adaptación del andén, reservado en su día para la Alta Velocidad y la creación de un acceso al mismo. En principio, el plazo de ejecución de los trabajos, adjudicados semanas atrás a la empresa Azvi, es de seis meses, por lo que hasta bien entrado el 2020 no concluirán.

De manera paralela a la ejecución de esos trabajos en la estación burgalesa, Adif deberá acometer las pruebas de circulación. Y no será un proceso corto. Tal y como explican desde el ente gestor ferroviario, en dichas pruebas se comprobarán las instalaciones de la vía, los equipos embarcados en el tren y su compatibilidad con los instalados en la vía. Asimismo, también se llevarán pruebas de fiabilidad, centradas en la materialización de recorridos «en las mismas condiciones de explotación hasta conseguir unos resultados de regularidad para un determinado número de circulaciones».

En este sentido, los tiempos de las pruebas «dependerán de los resultados» de las mismas y, en su caso, «de las correcciones que exijan». Vamos, que Adif no se atreve a aventurar un plazo concreto para la conclusión de las pruebas, que son el último paso antes de la puesta en servicio formal de la línea. Eso sí, el gestor ya cuenta con experiencias pasadas en otros tramos de Ave y, en todos los casos, las pruebas de circulación se extendieron durante varios meses.

Con todas estas circunstancias sobre la mesa, está meridianamente claro que la Alta Velocidad no llegará a Burgos hasta bien entrado 2020. Eso en el mejor de los casos, claro. Y es que, la experiencia es un grado, y la puesta en servicio de este tramo acumula ya tantos problemas y retrasos que casi ningún responsable público se atreve a aventurar ya plazos concretos.