Nuevo ataque del lobo en Burgos, siete ovejas muertas a un kilómetro del pueblo en Páramos

Cuando el martes 18 de este mes de octubre el propietario del corral doméstico y del ganado se acercó a ver a sus animales se percató de que salían muchos buitres de dentro de la valla, «ahí ya me puse en lo peor». El domingo estuvo echándoles de comer y el martes se encontró con el desastre.

Este vecino tiene cerca de Basconcillos del Tozo, a menos de un kilómetro, un recinto con un corral doméstico, con su correspondiente autorización. Allí tenía a su rebaño de 17 ovejas churras auténticas. «Son auténticas, especiales, tenía pocas y muy bien cuidadas», añade. El martes se encontró con que el lobo le había matado a siete de estas con mordeduras en el cuello y las ubres. «Ahora el miedo sigue por las que quedan. Supongo que abortarán por el susto y tengo otras heridas en la parte trasera», explica.

Las ovejas se encontraban en una finca vallada, a menos de un kilómetro del casco urbano de Basconcillos del Tozo, protegidas por una malla ganadera. Al ver el desastre producido por el ataque del lobo, el propietario decidió llevar a las que quedaban a otro corral que tiene en el propio pueblo. Aún así, es difícil tranquilizar a los ganaderos y vecinos de la zona, ya que el lobo ha atacado ya muy cerca del casco urbano.

«Por aquí, por la zona, más ganaderos han tenido ataques. En Trashaedo del Tozo una ganadería de vacas ha tenido muertes por el lobo. Otro vecino de Basconcillos que tiene naves con ovejas también ha tenido ataques, aunque tengan mastines, consiguen despistarlos, atacan igualmente», explica este vecino de Basconcillos.

Los ganaderos con muchas cabezas suelen tener seguros con indemnización en caso de ataque de lobo. En el caso de este vecino, solo tiene un corral doméstico pequeño. De cualquier forma, ni un gran ganadero ni alguien con un corral doméstico tiene opción a recibir ayuda por parte de la Junta de Castilla y León por ataque de lobos. La especie dejó de ser cinegética al norte del Duero y no hay indemnización alguna por las muertes o animales heridos que causen los lobos.

Muchos ganaderos se resignan. No denuncian los ataques y solo se enteran en su círculo cercano. Las gestiones suelen quedar en nada ante la ausencia de indemnización. Algo parecido le ocurrió a este vecino de la comarca de Páramos, «después de hacer todo el papeleo con el guarda forestal me encuentro con que no hay indemnizaciones».

Y así viven los ganaderos, con la sensación de desamparo y desprotección. «Cuando hablamos de fijar población en las zonas rurales, el apoyo a los ganaderos es fundamental. Al menos tener una administración que te apoya. Es defendible que haya lobos, tiene que haberlos, pero se tiene que hacer de una forma compatible con el ganadero. Al ganadero le pagas los daños y asume el riesgo. Ahora estás solo», lamenta el propietario de este rebaño de churras. Desde la UCCL de Burgos se explica que el sindicato agrario ha pedido que el sistema del sur del Duero se aplique al norte, mientras el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico transfiere el dinero a las comunidades autónomas.

En este caso el lobo se ha colado por la valla ganadera. «Se ve cómo han arrastrado a las ovejas, por eso, creemos que ha sido más de un lobo. Son ovejas grandes, de más de 60 kilos, han tenido que ser varios lobos para poder arrastrarlas», explica. «Lo que pasa es que se han borrado las huellas, con algo de lluvia que ha caído y los buitres, grajos y urracas que han estado por aquí, está todo pisado y no se distinguen bien las huellas», añade.

No es la primera vez que este vecino se enfrenta a un ataque de lobo y acaba sintiéndose desamparado. «Hace unos años tuve yeguas hispanobretonas y nos mataban a los potros también, tanto los lobos como los buitres cuando estaban pariendo. Tampoco nunca recibimos una indemnización», recuerda.

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