La natalidad crece levemente en Burgos tras años de caída

Se trata de un incremento casi testimonial (5,99 nacimientos por cada mil habitantes en vez de los 5,90 con los que se cerró el ejercicio de 2021), pero es el primer alza que se registra en la estadística desde hace mucho tiempo. Un simple vistazo a la curva que dibujan los datos permite hacerse una idea general de la situación.

En 1975, cuando se comenzaron a tomar datos al respecto, la tasa de natalidad de la provincia de Burgos era de 15,39 nacimientos por cada mil habitantes. A partir de esa fecha, sin embargo, la tendencia fue a la baja hasta principios de siglo.

Entonces, al albur de la bonanza económica y la llegada de población inmigrante, la tasa de natalidad se recuperó poco a poco hasta alcanzar en 2008 un índice de 9,42 nacimientos, que se fue al traste con la llegada de la crisis inmobiliaria y financiera. A partir de ahí, la gráfica volvió a apuntar hacia abajo, por lo que un simple frenazo en esa dinámica se antoja ya positivo.

Aún así, la tasa de nacimientos de Burgos está por debajo de la media nacional (6,88), en la zona baja de la clasificación, y más cerca de Asturias, que marca el suelo con 4,72 nacimientos por mil habitantes, que de Melilla, que marca la mejor estadística (10,49). Sí se acerca a la media nacional la tasa de natalidad de la capital provincial (6,75 nacimientos), que también se mueve en mínimos históricos. Del resto de municipios de la provincia no hay datos desagregados.

Muy ligados a los índices de natalidad se encuentran los de fecundidad, que miden los nacimientos por cada 1.000 mujeres en edad fértil (entre 15 y 49 años). En este caso, la tendencia ha seguido el mismo patrón, y el año pasado se cerró con un leve repunte hasta alcanzar los 31,36 nacimientos frente a los 30,6 de 2021. Índices que, en todo caso, se sitúan muy por debajo de los máximos históricos que se marcaban a mediados de los años 70, cuando se notificaban más de 60 nacimientos por cada mil mujeres (68,9 en 1976).

En este caso, la tasa de fecundidad de Burgos se acerca mucho a la del conjunto del territorio nacional (31,4), pero se sitúa muy por debajo de la que presentan territorios como las ciudades autónomas. En Melilla, por ejemplo, dicha tasa se dispara hasta los 44 nacimientos por cada mil mujeres.

Todo ello en un contexto en el que las madres cada vez son más mayores. De hecho, la edad media de la madre en Burgos se situó a finales de 2022 en los 33,2 años, la más alta de la serie histórica. Además, casi la mitad de los niños que nacieron el año pasado (48,13%) fueron hijos de mujeres no casadas, un índice radicalmente distinto al que se observaba a mediados de los 70'. En 1975, apenas un 1,7% de los nacimientos llegaron por parte de parejas no casadas.

Asimismo, al otro lado de la estadística llama la atención la tasa de mortalidad, que se sitúa también en máximos históricos, con 11,96 defunciones por cada mil habitantes en 2022.

Sólo 2020 presenta un registro más elevado dentro de la serie histórica (13,4), pero los datos de ese año están condicionados por el impacto de la covid-19. En el caso de España, la tasa de mortalidad se situó a finales del año pasado en un índice de 9,67 defunciones por cada mil habitantes. Zamora (16,8) marca el máximo y Melilla (5,6) el mínimo nacional.

Lo que no varía en exceso es la esperanza de vida al nacer, que se lleva moviendo en cifras muy similares desde hace aproximadamente una década. De hecho, en 2022, la esperanza de vida en Burgos se situó en los 83,8 años, un índice muy similar al del conjunto del territorio nacional que sí presenta diferencias sustanciales por sexos. No en vano, la esperanza de vida femenina se alzaba a finales de año hasta los 86,8 años, mientras que la masculina se quedaba en los 81, 05 años.