Tras años sin conserje, el CEPA Real Aquende de Miranda de Ebro se planta

Y es que, a pesar de que las horas lectivas se dividen entre un horario de mañana, de 9:00 a 14:35 horas, y un horario de tarde —exceptuando los viernes— de 16:30 a 21:00 horas, lo cierto es que la jornada del bedel no se adecúa a las necesidades inherentes a la actividad del propio centro. De hecho, la persona empleada, que además goza de liberación sindical, está contratada de 8:30 a 11:30 horas por la mañana, y de 18:00 a 22:00 horas por la tarde.

En consecuencia, el centro queda desatendido durante seis horas y media en las que el profesorado hace las veces del conserje con la responsabilidad que eso conlleva. Por ello, desde el centro reivindican la contratación de dos conserjes en turnos acordes a la actividad del centro, es decir, de 8:00 a 15:00, por un lado, y de 15:00 a 22:00, por otro.

Más allá del cierre y la reapertura de las puertas del centro tras la pausa del mediodía, desde el centro denuncian que llevan tiempo supliendo de la mejor manera posible las tareas que en las horas señaladas habrían de corresponder a un conserje del que carecen: desde la vigilancia del edificio y sus necesidades de limpieza y reparación —el reemplazo de una bombilla fundida, por ejemplo— a la atención a personas que, en muchas ocasiones, «creen que el centro está cerrado porque no ven a nadie en conserjería».

Tal y como ha explicado Natalia Arranz, la directora de Aquende, a partir del próximo mes de enero el profesorado se negará a seguir abriendo las puertas del centro en las horas en las que no está el conserje, principalmente, «porque tener las llaves de un centro es una gran responsabilidad». Asimismo, consideran que, después de haber solicitado en reiteradas ocasiones la contratación de un segundo bedel, merecen por lo menos una respuesta formal por parte del Ayuntamiento.

«Durante tres cursos —este incluido— he rellenado sendas instancias por vía electrónica para solicitar un conserje y ningún año me han contestado», apuntaba Arranz. Por eso, el Real Aquende se plantará en enero brindando todavía un margen prudencial para encontrar a un segundo bedel. No obstante, por el momento, tendrán que recurrir a su paciencia porque, por lo pronto, mañana su conserje disfrutará de un 'día canoso' —al que tiene derecho por antigüedad— y está claro que las puertas no se abrirán solas.