Miranda recibe entre aplausos la nueva temporada de Mirajazz

La fusión musical del dúo de txalapartistas Hutsun y JEL Trío fue la responsable de amenizar la primera velada de una nueva temporada cuyo hilo conductor será la búsqueda de proyectos musicales. «Siempre intentamos buscar un nexo común que determine la línea de las actuaciones en cada temporada y este año hemos decidido enfocarnos en los proyectos», señala Antonio Cenea, uno de los responsables de la selección de los artistas invitados y miembro de la Asociación Cultural Mirajazz.

Como cada año, la Fábrica de Tornillos fue testigo del espectáculo que la Asociación Cultural Mirajazz preparó para la ciudadanía más melómana. Conscientes del éxito de su formato, decidieron preservar la atmósfera jazzística característica de los viernes de Mirajazz: fotografías expuestas en las paredes, mesas con velas y una recepción con champagne que precede al espectáculo.

A las 20:15 horas, la Fábrica de Tornillos abrió sus puertas para recibir al público asistente. Muchos socios aprovecharon la cita para recoger sus carnets y reencontrarse con otros compañeros. Tres cuartos de hora después, a las nueve en punto, la música inundó el espacio transformándolo en una auténtico garito de jazz marcado por las nuevas sonoridades.

Los navarros Mikel Urrutia y Anai Gambra Uriz, en representación del dúo txalapartista Hutsun, se unieron a JEL Trío, una agrupación integrada por el acordeonista Javier López Jaso, el contrabajista Marcelo Escrich y el percusionista Dani Lizarraga. Este peculiar quinteto presentó un proyecto que fusiona melodías y ritmos tan variados como los propios del folklore vasco, el tango y la música clásica. Adaptaron su repertorio al jazz actual interpretando composiciones propias, diversas obras del bandoneonista Astor Piazzolla y también del músico de 'big band' Duke Ellington.

«El resultado es una música un poco étnica y folclórica que es bastante inusual, pero muy atractiva para cualquier melómano interesado en la vanguardia musical», señalaba Cenea. Para él fue una velada muy especial, pues pudo volver a ver y a escuchar el talento de su amigo Marcelo Escrich, el argentino residente en Miranda que fue uno de los principales promotores y orientadores de Mirajazz. Ya lo anunciaban en su perfil de Facebook: «Sin él, probablemente, la Asociación Mirajazz no existiría».

Desde Mirajazz explican que para esta temporada están buscando proyectos reconocidos por la crítica especializada de jazz, o bien con cierto renombre o peculiaridades reseñables. Entre dichos proyectos destacan dos nuevos trabajos mirandeses firmados, por un lado, por el trompetista Rubén Salvador, y por otro, por el pianista Adrían Royo. «Sus discos conforman un proyecto en sí mismo; tienen una idea común en todos los temas y se percibe cierta filosofía musical», aclara Cenea.

Pendientes de concretar fechas para sendas actuaciones, la Asociación Mirajazz confirma que, nuevamente, habrá representación mirandesa en los viernes de Mirajazz.

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