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Torrijas y zurracapote: inescrutables son los caminos hacia su origen, mas deleitosa es su cata, sobre todo, en la fecha santa que anualmente marca el calendario, todavía en el siglo XXI, no sin cierta gula. Desconocida es la tradición de consumir este postre milenario junto ... al vino macerado con cítricos y azúcar, pero lo cierto es que en Miranda, como en la mayor parte de las localidades limítrofes a las que se hace extensible la tradición, tampoco se especula demasiado: se disfruta del consumo de estos placeres gastronómicos acotados en el tiempo y ya.
Deleite especial el que esta Semana Santa brinda a la ciudad de Miranda. No en vano, intramuros se encuentra la segunda mejor torrija tradicional de España, de acuerdo con el jurado profesional que reconoció el trabajo del chef Rubén Osorio en el VIII Concurso Nacional de Torrijas celebrado en Astorga el pasado marzo. Unas torrijas que se pueden probar en el restaurante MIMA donde Osorio ejerce de cocinero al amparo de su mujer, Rocío Oñez, también involucrada en el negocio.
«Nos presentamos al concurso sin ninguna expectativa, por pasar un día diferente, y cuando vimos las centenares de torrijas en una mesa, nos pareció imposible conseguir un premio», reconocía el chef. Pero nada más lejos de la realidad: «la cantidad justa de leche, de nata y de los elementos que infusionan el producto lácteo» fueron idóneas para alzarse con el segundo premio nacional en la categoría de la 'torrija tradicional', tan solo por detrás de la vizcaína Aritxa Gabiria.
Cierto es que las torrijas están muy ricas en solitario, pero no cabe duda de que todavía pueden mejorar sustancialmente con un maridaje como el zurracapote. Conscientes de ello, en el MIMA también se encargan de la producción casera de esta bebida de origen riojano —según algunos, aunque sin evidencia histórica—, para acompañar este postre de pan y moja que cuenta con muchas reinterpretaciones.
El propio Osorio revelaba con asombro que, de entre las más de cien torrijas participantes en aquel concurso, muchas fueron las variantes: torrijas de leche, de vino, pero también de vanguardia. De hecho, fue un trampantojo de torrija en forma de patata frita el que se alzó vencedor del mismo certamen en la categoría de 'torrija innovadora'. Pero el chef mirandés nacido en Nueva York mantiene su apuesta por la tradición.
Y es que precisamente la versión clásica de la receta es la que propicia el buen maridaje de este postre con esta bebida de Cuaresma. «Yo creo que las torrijas y el zurracapote hacen un maridaje muy bueno porque comparten varios elementos: el limón, la canela, el dulzor en proporciones parecidas…», explicaba Osorio. Y con mucho acierto a tenor de la «demanda desbordante» que en los últimos días está experimentando su negocio con respecto a estos productos.
Desde que la cocina del MIMA se alzara victoriosa en el concurso nacional, muchas han sido las personas que han acudido al local con la comanda preestablecida. Todavía se ampliará la oferta durante unos días, pero el chef anticipa que, si bien es cierto que la torrija se mantendrá en la carta de manera indefinida, prácticamente con el Domingo de Resurrección llegará el deceso de la temporada de zurra cuya producción «gustosamente» repetirán al año que viene, aunque en una nueva ubicación.
Nacido un 20 de febrero de 2020, es decir, en los días previos al estallido de la pandemia del coronavirus, el MIMA ha sobrevivido con éxito al periodo de confinamiento y a todas las cuarentenas que después le sucedieron. No obstante, ha llegado el momento de «dar un paso más» en el proyecto: MIMA se convertirá en Casa MIMA y lo hará en un nuevo local.
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Susana Gutiérrez
Susana Gutiérrez
Ubicado en la calle Arenal, 76, el restaurante pronto levantará la persiana de un nuevo proyecto que mantiene su esencia culinaria, pero que, sin duda, permitirá el desarrollo profesional del equipo que integra el actual bar restaurante, que dejará de ser bar en pro de una dedicación exclusiva a la sala. Y es que Osorio quiere seguir progresando entre los fogones.
El chef de madre cubana y padre español que halló la pasión por la cocina junto a su abuela cubana, su mima, construirá un nuevo hogar para gusto de todos los mirandeses. Sucederá, más o menos, dentro de un mes. Mientras tanto y a riesgo de pecar de gula, habrá que amenizar la espera con la segunda mejor torrija de España y el mejor maridaje, aunque sin título, patrocinado por el zurracapote del MIMA.
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