La madre del acusado pidió que avisaran a la Policía antes de que su hijo matara al escayolista

En una de esas llamadas, que se trasladaron al Juzgado de Miranda una vez que se halló el cuerpo en la laguna de Montañana, se escucha a la madre del acusado, que se encontraba en Segovia, espetar a su nuera y mujer de su hijo que avisara a la Policía. «Llama a la 'pestañí' (Policía) y que se lo lleve», apuntaba ese 26 de abril de 2019 la progenitora mientras su hijo se encontraba en el rellano y antes de que acudiera, pistola en mano, a casa de la víctima y lo matara, según confirmaron este miércoles agentes de la Policía y que este jueves se han vuelto a ratificar.

«Si abro la puerta me pasa lo del otro día. Que el tío (padre del acusado de asesinato) mande a alguien», afirma la mujer de D. D. J. en una de las escuchas. «Lo que pasó el otro día se refiere al 23 de abril, que los vecinos escucharon un altercado donde pudo haber una detonación y al que acudió la Policía Local de Miranda. La madre tenía miedo de que D. D. J. hiciera algo a su hermano (pensaba que le había quitado la droga) y de ahí que le dijera lo de la 'pestañí' que es la Policía», ha afirmado el instructor de la investigación.

Este testigo también ha explicado una llamada telefónica efectuada entre el padre del presunto asesino y su cuñado (hermano de su mujer) en la que también participa la progenitora, y en la que se le pide ayuda para que abran la puerta de la casa de la víctima, pues «las llaves se habían quedado en interior con el cadáver». En esa conversación, «en un lenguaje en clave», los padres hacen alusión a que necesitan entrar en la vivienda porque necesitan una medicina. «El amigo del 'Catones' ya se ha ido. Está como Consuelo», se escucha en la grabación. «Consuelo es la abuela del D. D. J. y esta ya había fallecido. A esa hora (20:39 horas), la víctima ya estaba muerta», ha explicado el Policía Local.

Este mismo agente también ha detallado registros telefónicos entre el acusado de asesinato y los acusados de encubrir y deshacerse del cadáver, quienes ya reconocieron los hechos en la segunda sesión del juicio. «Se daban perdidas para seguir la comunicación por otros medios», ha apostillado el policía.

Por su parte, agentes de balística de la Guardia Civil han certificado que el falso fondo ubicado en la casa de D. D. J. contenía cinco cartuchos de 7 milímetros, otro de 9 milímetros corta y otro de 9 milímetros Parabellum. «La munición se podía usar porque ha sido disparada en laboratorio», ha añadido el guardia civil.

Más inconcluso ha sido el informe de los terminales móviles investigados, pues de ninguno de ellos se puede asegurar que determinadas personas estuvieran en la laguna de Montañana el día de la muerte de F. J. M. G.. «El móvil del padre del acusado cogió señal de una antena cercana a Montañana, pero hay certeza de que pudiera estar en ese punto. Se podría encontrar en Miranda y que desde allí cogiera la cobertura de otras antenas», han agregado.

Asimismo, la sesión de este jueves también ha contado con la declaración de un amigo de la víctima. «Solía alternar con él cada ocho días. Por esas fechas, llevaba tres días sin saber nada de él. Me acerqué a un bar en el que solía almorzar y tampoco sabían nada, por lo que fui a la Policía Local. Nos acercamos a su piso y no pudimos entrar al estar estropeada la cerradura. Era una persona normal. Nunca le vi sobre los efectos de las drogas», ha concluido.