Cinco electrolineras en Miranda para dar servicio a más de quinientos vehículos al día

Sin embargo, a tenor de los datos recientemente publicados por la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), no sorprende la baja acogida del coche eléctrico en la ciudad del Ebro. Y es que en España, en 2022, las ventas de los vehículos electrificados apenas supusieron un 9,63% del total de las matriculaciones del año.

Un dato que implica una leve mejora con respecto al año anterior, pero que dista bastante de las naciones europeas más avanzadas en este sentido, tales como Alemania, Países Bajos, Reino Unido y también Portugal. Aún y todo, España, sus instituciones y también Miranda se preparan para la transición hacia la electromovilidad que, de aquí a unos años, será una realidad del día a día.

A lo largo de los últimos meses la ciudadanía mirandesa había contemplado —no sin cierta inquietud— la instalación de múltiples electrolineras que pretenden dar servicio de carga a los pocos vehículos eléctricos que ya comienzan a circular por el municipio. Parte de la población se cuestionaba los motivos que habían llevado a implantar tantas estaciones de carga en una ciudad donde está claro que el vehículo eléctrico todavía no se ha instaurado.

No obstante, a ojos de Daniel Pérez, CEO de la compañía Zunder responsable de la instalación de las electrolineras en Miranda, «primero, es preciso contar con la infraestructura necesaria para que, después, las personas se animen a comprar coches eléctricos». Así, durante el acto de inauguración de las electrolineras mirandesas que tuvo lugar este miércoles en la estación del Polideportivo, Pérez incidió en la necesidad de romper las barreras psicológicas para con el vehículo eléctrico.

Y es que a veces pesan más los prejuicios asociados a este nuevo modelo de conducción que la realidad ad hoc sobre el coche eléctrico. «La autonomía de los coches ya no es un problema», subrayaba el fundador de Zunder, al tiempo que señalaba que «ahora ni la infraestructura para cargar vehículos ni el tiempo de recarga suponen un obstáculo para comprar un coche eléctrico».

En Zunder habrían trabajado para reducir el tiempo de carga al cuarto de hora gracias a los puntos de carga ultrarrápida que, aunque ligeramente más costosos, implican un gran ahorro de tiempo. No en vano, la carga lenta puede conllevar entre cuatro y ocho horas. En cuanto al coste, Pérez señalaba que los 100 kilómetros podrían suponer entre 5 y 10 euros, dependiendo del modelo del vehículo y del tipo de carga.

Miranda ya dispone de cinco electrolineras con seis puntos de carga cada una, de los cuales diez son de carga ultrarrápida y veinte, de carga lenta. De acuerdo con las estimaciones de Daniel Pérez, en total, podrían dar servicio a más de quinientos vehículos al día. Una cifra que, aunque pueda parecer desmedida, será crucial para la consolidación del vehículo eléctrico en las ciudades.

Así lo suscribía el concejal de Medio Ambiente, Unai Letona, durante el acto de inauguración que presidió en la estación del Polideportivo. Una zona de recarga que no ha recibido tantas críticas como las que, por ejemplo, han recibido las de las calles Francisco Cantera o Juan Ramón Jiménez, «por restar plazas de aparcamiento en el centro de la ciudad». Las otras dos estaciones se ubican en el parking del Sagrados Corazones y en la estación de autobuses, por erigirse en puntos referenciales por el elevado tránsito.

Sea como fuere, aunque todavía parece complicado que se pueden alcanzar los objetivos indicados por el Gobierno en el Plan de Recuperación Transformación y Resiliencia, que fijan 250.000 vehículos electrificados de cara al 2023, Miranda ya da los primeros pasos y, tal vez, pese a que aún se perciban ciertas reticencias, se consiga cautivar a la ciudadanía con las nuevas electrolineras.