El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha dado hoy luz verde al plan de gestión de combustible gastado de la central nuclear de Santa María de Garoña, un documento fundamental dentro del proceso previo al desmantelamiento formal de la planta del Valle de Tobalina.
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En dicho plan se define la estrategia, acciones y medios para la gestión del combustible gastado, que ahora mismo se encuentra almacenado en la piscina ubicada en el interior de la central a la espera de ser debidamente retirado y tratado. Asimismo, el plan también contempla la estrategia y los medios previstos para el cumplimiento a corto y medio plazo de todas las funciones de seguridad aplicables en la planta, tanto en su situación actual como una vez se inicie el desmantelamiento.
Básicamente, el documento establece la hoja de ruta a seguir en este sentido. Y no es una cuestión baladí. De hecho, su aprobación es preceptiva antes de dar cualquier paso de cara al desmantelamiento, incluida la transferencia de la titularidad de la instalación a Enresa, la cual todavía está pendiente de formalizarse.
Una vez que se oficialice esa transferencia, ya será Enresa la encargada de desarrollar el desmantelamiento, un proceso que previsiblemente se prolongará durante al menos una década. En una primera fase se retirará el combustible gastado y se procederá al desmontaje de los grandes componentes del edificio de turbinas.
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Tras esta primera fase, que en principio se prolongará durante tres años, se desarrollará una segunda, en la que se abordará el desmantelamiento del propio reactor nuclear, así como del resto de edificios que hayan estado en contacto con algún tipo de material radiológico. Paralelamente, se llevarán a cabo cuantas acciones de descontaminación, desclasificación, demolición y restauración del entorno necesarias.
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De momento, y a la espera de que se formalice la transferencia de la titularidad y se culminen todos los trámites administrativos previos, continúa la fabricación de los contenedores especiales encargados tiempo atrás por Enresa para la evacuación del combustible. Tres de los cinco primeros contenedores adquiridos ya están a disposición de la empresa pública, y los otros dos se entregarán en los próximos meses. A mayores, está pendiente la entrega de otros 44 contenedores que está previsto que comiencen a ser suministrados a partir del cuarto trimestre de 2023.
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