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La central nuclear de Santa María de Garoña, que ahora mismo afronta los primeros pasos de su desmantelamiento definitivo, es una parte fundamental de la historia reciente, no sólo del Valle de Tobalina y Burgos, sino de la propia industria nuclear española.
No en vano, la 'Atómica', como era conocida en el entorno, supuso a finales de los 60' y principios de los 70' una revolución absoluta. Y durante más de 50 años se convirtió también en fuente de enfrentamiento entre partidarios y detractores de la energía nuclear. Hoy, en todo caso, la atención se centra en las labores de desmontaje, que se prolongarán durante al menos una década.
En 1957, y después de conocer las posibilidades de la tecnología nuclear para la producción eléctrica, se funda Nuclenor, participada entones al 50% por Iberduero y Electra Viesgo (hoy Iberdrola y Endesa) con el objetivo de levantar una central en España.
Tras estudiar varios emplazamientos se apuesta por el Valle de Tobalina, aprovechando un amplio meandro del río Ebro, que ofrece la refrigeración necesaria. Allí comenzó a levantarse la central en 1966.
El reactor de la central nuclear de Santa María de Garoña es un BWR-3 (boiling water reactor) diseñado por la compañía norteamericana General Electric, absoluto referente en aquella época.
La vasija del reactor, el elemento clave de la central, fue fabricada en Países Bajos y transportada hasta el puerto de Bilbao en barco. Desde allí, el transporte se hizo por carretera, obligando a modificar trayectos y tramos.
Tras cinco años de obras, la central nuclear se conectó a la red eléctrica el 2 de marzo de 1971. Meses después, el propio Franco inauguraba oficialmente la instalación.
Tras su encendido, Garoña se convirtió en un referente absoluto del entorno, para lo bueno y lo malo, y sirvió como arma arrojadiza entre los partidarios y los detractores de la energía nuclear.
El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero concedió en 2009 a Nuclenor una prórroga de actividad de cuatro años, en vez de diez, como venía siendo habitual. La central debería poner punto y final a su actividad en julio de 2013.
Sin embargo, meses antes de la llegada de esa fecha, y ante la inminente entrada en vigor de un nuevo marco impositivo, Nuclenor decidió desconectar la central de la red eléctrica motu proprio en 2012. El reactor se paró oficialmente a las 22:57 horas del 16 de diciembre.
Tras la desconexión, el Gobierno de Mariano Rajoy abrió la puerta a la solicitud de una nueva prórroga. Nuclenor pidió entonces licencia para 16 años, hasta 2031. Tiempo después, el CSN dio luz verde a la solicitud, pero la condicionó a inversiones millonarias en la planta, lo que provocó cierto desacuerdo entre Endesa e Iberdrola. Finalmente, el Gobierno denegó el 1 de agosto de 2017 la prórroga, poniendo fin a la historia de la central.
A partir de entonces, Enresa comenzó a planificar el correspondiente desmantelamiento de la central, que arrancó de manera efectiva en julio de 2023, cuando asumió la titularidad de la 'Atómica'.
AUX STEP FOR JS
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