El Condado de Treviño ha sido el escenario de una macrofiesta ilegal durante tres días consecutivos hasta altas horas de la noche. Concretamente, en las canteras de Albaina, donde decenas de jóvenes disfrutaron de música electrónica e, incluso, disponían de un escenario y una barra.
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La fiesta comenzó en una finca cerca de Legutio (Álava) el sábado 10 de septiembre. Desembocó en una 'rave' entre las laderas aserradas de la zona, con la compañía de unas torres de alta tensión y un edificio abandonado, según las fuentes policiales consultadas por EL CORREO.
Como consecuencia, la Ertzaintza intervino y los organizadores retiraron los equipos de música. En lugar de poner fin a la fiesta, se trasladaron a Treviño. «Nos extrañaba ver tantas caravanas pasando por el pueblo. Al principio pensamos que podían ser temporeros camino de la vendimia», revela una vecina.
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Así, colocaron una barra y un escenario en la cantera de Albaina. Todo ello sin «autorización de ningún tipo», afirma el alcalde de Treviño, Adolfo Estavillo. Si bien estaba alejada del núcleo poblacional, había peligro de incendio y era ilegal.
La Guardia Civil recibió el aviso sobre las 21:30 horas por parte de Benjamín Pérez, presidente de la junta administrativa de Albaina propietaria de los terrenos. «Mandaron una patrulla, pero había demasiada gente como para desalojarla», añade Pérez. Asimismo, estima que eran unas 500 personas en la macrofiesta y 200 vehículos en la zona.
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La organización del evento era muy precaria. Principalmente, se ha gestionado a través de las redes sociales. De este modo, se aglomeraron personas de diferentes procedencias. Parte del público era local, pero otros provenían de comunidades autónomas limítrofes con Burgos o del extranjero.
La música cesó en gran medida tras el domingo, pero las autoridades evitaron intervenir en plena fiesta para prevenir mayores desórdenes. Ante la situación, la vigilancia policial ha sido constante a lo largo de la semana.
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De hecho, la Guardia Civil envió varias patrullas para comprobar que no conducían bajo los efectos de las drogas o del alcohol a la salida del camino que da acceso a la cantera.
Por consiguiente, los vehículos de la bemérita llegaron sobre las 11:30 horas del martes 13 de septiembre con el fin de solicitar la documentación de los últimos asistentes a la fiesta. También se aseguraron de que carecían de antecentes policiales.
Al final, las últimas autocavaranas han abandonado el lugar a primera hora de la tarde de ayer. La retirada fue pacífica y apenas han dejado residuos o restos de envases y plásticos.
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