Las lluvias llenan los embalses y dejan 106 litros por metro cuadrado en Burgos capital

El Avance Climatológico Mensual recién publicado por la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) indica que diciembre, además de ser un mes «muy cálido», pues se ha cerrado con 2,9 grados por encima de la media habitual en Castilla y León, ha sido «húmedo» o «muy húmedo». Eso sí, la AEMET hace una excepción y deja fuera la zona Norte de Burgos.

Así, mientras en la capital se recogieron 85,2 litros por metro cuadrado, muy por encima de los 63 habituales, en la zona Norte los registros se han quedado por debajo de los 65, explica la AEMET. En Burgos capital, en el último mes, se han recogido 106 litros por metro cuadrado, con 28 días de precipitaciones (todos lluvia salvo el 3 de diciembre, que nevó ligeramente).

Los datos llaman la atención por la escasez de agua acumulada en 2022, un año que se cerró en la capital con 546 litros por metro cuadrado, un 25% menos de lo habitual. Y también porque en lo que llevamos de enero ya ha caído más agua que en todo enero de 2022. El pasado año se cerró el primer mes con 12,8 litros, y solo en tres días han caído ya 20,6.

Las lluvias han sido puntualmente intensas, pero no tormentosas, lo que ha hecho que hasta ahora no se produjeran desbordamientos de ríos. Sin embargo, como indica la delegada del Gobierno en Castilla y León, Viginia Barcones, «el suelo se encuentra saturado de humedad»; «no admite más agua» y eso provoca que «prácticamente toda la lluvia escurre a los cauces de ríos o arroyos».

De ahí que, en las últimas jornadas, varias cuencas hayan estado en alerta por riesgo de avenidas. Entre ellas, la Cuenca del Duero, con el Arlanza aguas abajo en el punto de mira. Se ha tenido que activar el nivel de alerta tanto en Lerma como en Peral de Arlanza ante el aumento de los caudales, pero la ausencia de lluvias ha permitido volver a la normalidad.

Con esta situación es lógico que los embalses se hayan recuperado, aunque no todos por igual. Precisamente, en la Cuenca del Duero es donde se encuentran en una mejor situación. El pantano del Arlanzón está al 100% de su capacidad, con 22 hectómetros cúbicos, igual que hace un año pero casi el doble que el 1 de diciembre, cuando todavía quedaban las lluvias importantes por llegar.

En el caso del embalse de Úzquiza, se encuentra al 48% de capacidad, con 36 litros por metro cuadado. Son 17 puntos más que el 1 de diciembre y presenta una mejor situación que hace un año, cuando contaba con 41,6 litros por metro cuadrado. La clave ahora está en que siga lloviendo y, sobre todo, pueda nevar para tener remanantes para los próximos meses.

Mientras, la Cuenca del Ebro anda más escasa de agua. El embalse del Ebro acumula 147 hectómetros cúbicos, un 27,27% del total. Supone un 2,14% más que hace un mes, pero está por debajo de los registros de hace un año, cuando tenía 190,4 hectómetros cúbicos más. También está lejos de los registros medios de los últimos cinco años (un 28,84% menos de agua).

En el Sobrón hay 16 hectómetros cúbicos, lo que supone que el embalse se encuentra al 90,35% de capacidad, y con menos agua que hace un mes (un 0,13% menos) y hace un año (un 3,21% menos). La cuenca se completa con el embalse de Cereceda, que se encuentra al 75% de su capacidad con 1,5 hectómetros cúbicos, algo mejor que hace una semana pero peor que el mes pasado.