Los ingresos de avifauna electrocutada disminuyen un 12 % en Burgos

Si bien se mantiene como la quinta causa de ingreso en el CRAS de Burgos y como la tercera en Castilla y León desde 2021, la electrocución de animales silvestres ha disminuido de forma notable en la comunidad durante el último año, concretamente, un 27 %, según los datos de la Memoria anual 2022 de la Red de Centros de Recuperación de Animales Silvestres de Castilla y León.

Los accidentes con líneas eléctricas ocasionan graves lesiones en los animales silvestres. De hecho, más del 90 % de los especímenes que recibe el CRAS por electrocución son cadáveres.

Respecto a la reducida cantidad de animales que llegan vivos tras un accidente de esta clase, solo el 10 % se libra de la eutanasia, una práctica a la que los veterinarios del centro se ven obligados a llevar a cabo por la gravedad de sus lesiones.

La reducción de víctimas podría responder a la monitorización de la mortalidad producida por tendidos eléctricos que la Dirección General de Patrimonio Natural y Política Forestal emprende desde 2020. También obliga a recoger a aquellos ejemplares hallados bajo las líneas eléctricas.

Además del monitoreo, colocan apoyos como protección en las partes del tendido eléctrico situados cerca de las zonas donde encuentran animales afectados por esta causa, según señala el veterinario responsable del CRAS en Burgos, Álvaro Soto.

Todo ello, través de la Instrucción 5/FYM/2020 para el seguimiento y reducción de la mortalidad no natural de avifauna provocada por infraestructuras eléctricas peligrosas. Así, el Gobierno echa una mano a los pájaros con el fin de evitar esta causa de muerte en un futuro cercano.