Raquel Romero
Lunes, 27 de mayo 2024
El Cid pasó por Huerta de Rey y bien lo saben sus habitantes. Esta localidad de la provincia de Burgos es reconocida por formar parte del camino que Rodrigo Díaz de Vivar hizo en su destierro, ruta que hoy en día recorren decenas de peregrinos al año. Y con el fin de que su historia no quede en el olvido, el Ayuntamiento de dicho municipio ha tenido la iniciativa de pintar el rostro de este personaje histórico a lo grande, en un mural que ocupa prácticamente toda la fachada de uno de los edificios del municipio burgalés.
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«Queríamos hacer algo original para que la gente que está haciendo la ruta pase por Huerta a hacerse la foto», asegura Juan Jesús, concejal de la localidad. Al existir otra variante del Camino del Cid que atraviesa otros pueblos cercanos, el susodicho cree que este graffiti «es un incentivo» para que los peregrinos elijan pasar por Huerta de Rey en el trayecto del destierro que hizo Rodrigo Díaz de Vivar.
Oculto bajo su armadura, del Cid del mural solo se puede intuir una mirada de ojos marrones y una barba blanca, detalles que no han pasado desapercibido para los huertaños, quienes pronto han podido reconocer una cara amiga entre esos rasgos; la de Goyo Rica, un vecino natural del pueblo, afincado actualmente en Burgos. El lugareño ha sido, durante más de cinco años, Rodrigo Díaz de Vivar en 'El Cid pasó por Huerta', una obra de teatro creada y representada anualmente por los habitantes de Huerta de Rey entre los años 2014 y 2022.
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Por lo que, caracterizado con las ropas de la función, Goyo ha sido el candidato ideal para protagonizar el retrato. «Queríamos que fuese nuestro Cid», aclara Juan Jesús.
Idea con la que coincide Christian Sasa, el encargado de realizar la obra; un aerografista burgalés autor del tercer mejor mural del mundo de 2023 y el séptimo de 2022: «queríamos que apareciese la persona que lo interpretaba en vez de pintar la típica imagen del Cid que tenemos tan vista». Y así lo hizo. En apenas trece días.
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El realismo del mural de Christian es innegable, incluso para Goyo Rica, el protagonista. «Ahora ya se ha corrido la voz pero al principio nadie sabía nada, el caso es que la gente me reconoció al instante», comenta el de Huerta de Rey, aclarando que el proyecto que ha visto la luz este mayo llevaba en pie desde hace casi un año.
Lo que no se imaginaba el Cid de Huerta es que se iba a sentir tan identificado con la pintura, de hecho admite que le da vértigo verse en el mural en un futuro: «Dentro de unos años me veré y diré, 'mira cómo estoy y mira cómo era…»
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Pero eso no quita que el huertaño se sienta orgulloso del trabajo de Sasa. «Es admirable la forma de pintar y la visión que tiene que tener ese chaval para estar pintando a medio metro de la pared un efecto que se aprecia a 20 metros. Son impresionantes los matices, los colores, los brillos, la perspectiva de la pintura…», destaca Goyo.
Con yelmo, cota de malla y sujetando la icónica espada del Cid Campeador: así es como luce Rica en el mural. Sin embargo, entre los múltiples objetos de vestuario, llama la atención la ilustración de un lobo grabado en el arma del Cid, un símbolo estrechamente ligado al municipio burgalés. «La idea era esa, que apareciese la tizona y la imagen del logotipo de la Asociación (del Cid pasó por Huerta), es decir, que tuviese algo que tenga que ver con el pueblo», explica Christian. De modo que el mural no lleva solo el rostro de un vecino, sino que también lleva tatuado un lobo, el icono por excelencia de Huerta de Rey.
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