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Sucesos en Burgos

Los 'detectives' de incendios forestales, la investigación tras la extinción de las llamas

Tras acabar con el fuego de un incendio forestal el trabajo no termina, empieza la investigación. Fundamental para aclarar la causa y, además, ayudar a prevenir otros fuegos. Julio Hernáiz, agente medioambiental y jefe de comarca de Burgos, explica cómo es el trabajo de la Brigada de Incendios Forestales

Martes, 17 de agosto 2021, 08:24

Con la llegada del verano, las olas de calor o las alertas por incendios forestales vivimos más pendientes del fuego. Más allá de los Servicios de Extinción y Prevención activados por la Junta de Castilla y León, más allá de agentes forestales, de Bomberos, ... una vez que las llamas han quedado apagadas o controladas empieza un trabajo fundamental, la investigación. Conocer las causas de los incendios, no solo de los provocados, ayuda a evitar otros. Igualmente, en los casos en los que el fuego ha provocado daños humanos y materiales el esclarecimiento de las causas es muy importante.

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Julio Hernáiz, jefe de comarca de Burgos, explica cómo es el trabajo de la Brigada de Investigación de Incendios Forestales una vez que el fuego ha sido extinguido. Como fue el caso tras el incendio en la ladera del Castillo de Burgos.

El patrón de quema es distinto en función del material que ha empezado a arder, el viento es un agente importante, la temperatura, la humedad relativa. Todos estos factores se cruzan y se observan gracias a la formación y la experiencia. «Todos los agentes medioambientales tenemos un curso básico de formación para llegar a la casuística. Después nos formamos con más cursos, pero, aún así, todo eso es papel mojado si no tienes experiencia», asegura Hernáiz.

Además, en Castilla y León se creó en el 2003 el Centro para la Defensa contra el Fuego, que tiene las funciones de formación, educación ambiental e investigación en materia de incendios forestales.

Hernáiz sigue las pistas que el fuego deja. aythami pérez

Las pruebas

Cuando este agente medioambiental llega a un incendio intenta abstraerse, ser aséptico «para no 'contaminarme' y ayudarme de la formación y la experiencia», explica. Se sitúa delante de los restos y se evade. La vocación, la experiencia y la formación, la responsabilidad también, todo ello se une en el trabajo de Hernáiz y sus compañeros. Un trabajo menos visible porque no se realiza después, cuando las llamas no están, cuando la información pierde vigencia.

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Se intentan imaginar el incendio, reconstruirlo en su cabeza. Por ello, necesita abstraerse y empezar a leer las pistas y las evidencias.

Todas las pistas y pruebas se señalan para reconstruirlo. aythami pérez

Varias son las pistas que les conducen hacia la causa del fuego. «En el lugar sigo los patrones de quema, por ejemplo, por abrazamiento. Llego a un punto, veo qué lado del tronco está quemado más arriba y así entiendo el sentido del fuego. Uniendo estos detalles vamos buscando el foco. Fundamental para esclarecer la causa», apunta este agente medioambiental.

Otra prueba son las hierbas. «Al ser finas, las fibras se acaloran y se doblan hacia la fuente de calor», añade. Pero, en todo esto, hay excepciones. «Hay que entender cuándo las hierbas están dobladas porque buscan la luz y no por el fuego», ejemplifica con algunas hierbas de los restos del incendio de la ladera del Castillo.

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También se guían por las tablas de humedad relativa, de viento y temperatura para saber si el material en el que creen que ha empezado el incendio podía llegar a prender o no.

Los banderines indican evidencias y la dirección del fuego. AYTHAMI PÉREZ

Tras esta visión, Hernáiz procede a colocar los banderines. El color y el sentido hacia el que apuntan también le están diciendo algo. «Los rojos señalan lo que tengo claro y señalan el sentido del fuego. Los amarillos señalan las pruebas contrarias, esas cosas que no me cuadran. Así voy marcando para señalarme el foco. Pero cuando tengo que abstraerme, me centro en los rojos, así consigo ir a la zona de inicio», explica.

El tren, causa en Burgos

El paso del tren también causa accidentes en la provincia de Burgos. «En los pasos eléctricos, a veces, hay algún problema y salta, pero también es debido a los ferodos. Todos los años, en Revilla Vallejera, solemos tener algún fuego por este motivo», apunta Hernáiz. En estos casos, se lleva un imán que se pasa por el terreno para encontrar virutas pertenecientes al ferodo porque no se ven a simple vista.

Los pájaros y los tendidos eléctricos también son causantes de muchos fuegos en la provincia. El último incendio de Cavia fue producido por un pájaro que chocó contra el tendido eléctrico. En estos casos, los agentes medioambientales tienen la responsabilidad de avisar a la compañía para que arregle el punto que estaba en mal estado y por el que el pájaro provocó el incendio. Después, se encargan de comprobar si la compañía eléctrica ha atendido este requerimiento.

En busca del foco

Una vez controlado y extinguido entran a la zona con mucho cuidado, para no cambiar nada. En muchos casos, las propias labores de extinción dificultan dar con la causa porque alteran la zona. Es algo inevitable. Pero sí es importante hacer la investigación lo antes posible «para evitar que la zona cambie o sea cambiada».

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Cuando ha seguido las pistas que le han dejado las llamas, colocado los banderines, Hernáiz intenta llegar al punto de inicio. «Aquí se complica más el trabajo», reconoce. Puede que haya un foco o varios. «Encontrar varios focos también me dice algo del origen. Cuando encontramos varios focos esto suele indicar que el fuego ha sido intencionado, que alguien ha querido hacer mal», señala. «En el incendio del Castillo de Burgos, con la afluencia de gente que pasa por el lugar se puede pensar en incendiarios, gamberrismo, pero hay que esperar para conocer todo», explica Hernáiz. La Brigada de Investigación de Incendios Forestales también colaboró en esta investigación porque la zona afectada era forestal y pertenecía al Cinturón Verde.

Pese a todo el trabajo, Hernáiz reconoce que, «a veces, no se puede acotar hasta el punto de inicio, pero se acota hasta una zona que nos indica algo». En esa área de inicio también hay que hacer un tamizado, «dividir la zona en pequeñas parcelas o celdas, ponerte el buzo, coger la lupa y despacio ir buscando hasta encontrar el mayor detalle».

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Análisis de la investigación

Con toda la información recabada en el lugar del incendio, al llegar la oficina, toca seguir con el trabajo. «Aquí hacemos el parte, apuntamos y registramos todo los fuegos e investigaciones, los medios, quiénes han participado, las pérdidas forestales, la cuantificación de daños de cómo ha quedado la masa forestal», detalla Hernáiz.

Todos los incendios e investigaciones se registran. AYTHAMI PÉREZ

Toda la intervención e investigación tiene que quedar reflejada en el parte, incluso los gastos de extinción. «El expediente puede acabar siendo realmente grande», reconoce este agente medioambiental señalando un gran montón de folios. Acompañando a este expediente se elabora un informe abreviado.

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«Es el momento de ver, pensar. Analizar qué actividades se estaban realizado en ese momento. Saber si ha sido negligencia o accidente. Apuntamos también los datos de los testigos por si necesitamos hablar con ellos de nuevo», añade. Después entre el nivel estadístico, «para buscar lo que más se parezca a lo que nos hemos encontrado. Esto es más pormenorizado». En todo este proceso, la fotografía aérea que ofrece el helicóptero de extinción, en caso de que haya tenido que acudir al lugar del suceso, también aporta mucha información. Al igual que todos los documentos gráficos que se obtengan del lugar.

Agentes judiciales

Julio Hernáiz, agente medioambiental, explica que tienen la condición de agente de autoridad. «Si estamos hablando de un delito estamos considerados como agentes judiciales de tipo genérico. Somos una policía administrativa», explica. «En todos los hechos delictivos contra el medio ambienta nos habilitan y nuestra acción es una acción judicial. Tenemos la obligación de entrar a esclarecer el delito. Si quisiéramos tomar declaraciones y testimonios lo podríamos hacer, está más bregada la policía, pero en el momento inicial la gente tiene que saber que podemos tomar declaraciones voluntarias».

Hay que dirimir si a la conclusión que llegamos es que ha sido una causa fortuita o provocada. «En el caso de conocer al autor, si tenemos conocimiento de que se ha abierto por parte de la Guardia civil o de la Policía una investigación hay que enviar diligencia al juzgado asociada al caso». «Llegas a unas conclusiones de lo que ha podido ser, pero también de lo que no ha podido ser. Es otra forma de llegar a la causa», matiza.

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Un parte de incendios. AYTHAMI PÉREZ

Diferentes niveles de investigación

Los agentes medioambientales se dedican a la extinción e investigación de incendios, pero también a realizar cortafuego o la recogida de animales, algo que Hernáiz reconoce que ha aumentado en estos días.

«Cuando ha habido daños materiales cuantiosos o personales, cuando se investiga a alguien, en esos casos se necesita una investigación más exhaustiva para esclarecer lo ocurrido. Los jueces son los primeros que exigen esto», explica Hernáiz. Pero es que, además, está su responsabilidad y profesionalidad, «no podemos hacer una investigación a medias que inculpe a una persona que puede no haber sido. Tenemos que ser muy serios, muy profesionales, es lo que intentamos siempre con nuestro trabajo», apunta.

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