Rabia, curiosidad e investigación tras la alarma por el fuego del entorno del Castillo de Burgos

El Servicio de Extinción de Incendios se ha encargado de refrescar la zona, asegurarse de que no se volvía a prender y asegurar el lugar. Junto a ellos estaban agentes forestales e investigadores del Servicio de Medio Ambiente. Todos estaban observando el lugar, analizando los restos, los rescoldos, sacando fotos, balizando y señalizando, estableciendo teorías para saber qué había podido pasar. Se apunta a fuegos que empezaron con mecheros porque se cree que fueron pequeños focos iniciales que no se extendieron rápido.

Los medios que trabajaban en el lugar han localizado dos focos, uno en la calle Eras de San Francisco, en la colina pero cerca de la carretera. El segundo, más pequeño, en la subida por el hotel Abba al Castillo. Establecen que los focos se iniciaron con una diferencia de diez minutos entre uno y otro. Por ello, no creen que una sola persona esté implicada en el origen de las llamas. La concejala de Seguridad Ciudadana, Blanca Carpintero, ya informaba en la noche del jueves que estaban seguros de que los fuegos habían sido intencionados.

Fue la Policía Local el cuerpo que llegó y perimetró el primer foco del incendio e informó de la magnitud del mismo, «localizando posteriormente al segundo foco», según señalan fuentes del caso. Se encargaron del corte de calles para facilitar el trabajo de los medios de extinción.

Igualmente, efectivos de la Policía Local recabaron el testimonio de tres testigos, testimonios que pueden ser fundamentales para la investigación del incendio e identificación de los autores.

Además de los encargados de la extinción de incendios y los investigadores y agentes forestales, en el lugar del fuego se podía encontrar este viernes, el día después, a vecinos de Burgos. Algunos que vieron con angustia cómo el fuego se acercaba a sus casas, otros que viven más lejos pero suelen pasear por el lugar y querían ver con sus propios ojos las consecuencias y otros, simplemente, se han acercado para conocer la magnitud de unas llamas que les impresionaron.

La mayoría miraba con alivio la zona y comentaba con los allí presentes que podía haber sido mucho peor. «No vivo cerca pero cuando mi hija me pasó las fotos me asusté mucho, pensaba que había ardido toda la colina. Hoy quería venir a ver cuál era la magnitud, pensaba que iba a ser mucho más, aunque sigue siendo una tragedia. No entiendo que nadie quiera hacer esto. Menos mal que se actuó pronto», comentaba un burgalés que suele acudir diariamente a pasear por un lugar que considera «una suerte». «No en todas las ciudades te encuentras una zona natural, con árboles para pasear tranquilamente cerca de la ciudad», aseguraba.

Observando la lengua de ceniza que hoy quedaba en la calle Eras de San Francisco, un vecino de un bloque cercano, explicaba que él se enteró de las llamas por las sirenas. «Me asomé a la ventana y no veía las llamas pero sí mucho humo. Enseguida pasó la policía con un coche pidiendo por el megáfono que nos metiéramos para casa y cerráramos las ventanas, por el humo. Seguimos las noticias por los medios digitales y redes y en poco tiempo comunicaron que estaba controlado. Sentimos alivio porque era bastante angustioso estar en casa sin saber lo que pasaba fuera», relata este vecino.

En el foco de la calle Eras de San Francisco las casas están a escasos metros de donde estaban las llamas. Por ello, el jefe de los Bomberos de Burgos, Miguel Ángel Extremo, movilizó a los 16 profesionales que estaban en el turno de noche (17 con él) y llamó a otros seis compañeros para que acudieran al parque por si surgía alguna emergencia. Los vecinos también salieron con sus mangueras a ayudar en la extinción, siempre a una distancia prudente.

Otro burgalés se ha acercado por curiosidad, «me asustaron mucho las fotos que me llegaban con las llamas, creía que había sido mucho más». Aún así, aunque las consecuencias son menores de lo que se presagiaba, el resultado del incendio provoca rabia e impotencia, «no entiendo quién y para qué se hace esto. Ojalá les pillen y no queden impunes».

En general, se mantuvo la calma en el lugar gracias a la rápida actuación de los Bomberos, pero eso no evitó que la zona se llenase de gente. Por ello, los agentes de la Policía Nacional tuvieron que pedir a vecinos y curiosos que abandonasen el entorno, principalmente por la gran cantidad de humo que había en el lugar. El fuego se iniciaba sobre las 22.45 horas de este jueves y se conseguía controlar para la medianoche.