Extinción definitiva de la concesión del pozo de petróleo de La Lora

La concesión para la explotación fue adjudicada en 1967 por cincuenta años. Y cuando llegó el 2017, pese a contar con un proyecto de ampliación e inversión por parte de la empresa, no se renovó. Quedó suspendida, pendiente de un nuevo concurso que nunca llegó a convocarse y, en 2018, se dio orden de desmantelar todo el complejo petrolífero.

El plan de abandono se aprobó en 2017 y contemplaba una primera fase denominada como desmantelamiento parcial, que fue ejecutada. La segunda fase del plan, consistente en el abandono definitivo de los pozos del campo y en el desmantelamiento de sus instalaciones remanentes, ha quedado sin realizar pese a contar con la declaración de impacto medioambiental aprobada.

La Compañía Petrolífera de Sedano, responsable de la explotación, fue declarada en concurso de acreedores en octubre de 2021 sin concluir los trabajos de desmantelamiento y abandono definitivo del yacimiento. Ahora le corresponde al Gobierno central completarlo, de ahí que haya incautado la garantía presentada por la empresa, aunque no será suficiente para cubrir todo el coste, informa ICAL.

Los vecinos de Sargentes de la Lora hace tiempo que asumieron que no volverán a ver brotar petróleo de sus pozos. El único consuelo que les queda es haber conseguido la declaración de Bien de Interés Cultural, en la categoría de Conjunto Etnológico, del campo de Ayoluengo, una protección que llegó tarde, pues la empresa desmanteló sin permiso una parte de los típicos caballitos.

La historia de la producción de petróleo en el campo de Ayoluengo -la única explotación petrolífera en tierra que ha existido en nuestro país- se inicia en junio de 1964, cuando surge por primera vez petróleo del Pozo Ayoluengo-1, aunque no será hasta 1967 cuando se otorgue la concesión de explotación de hidrocarburos líquidos y gaseosos denominada 'Lora'.

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