Estiman pérdidas del 50 por ciento de la cosecha de trigo y cebada por el calor y la sequía

«Los agricultores con los que hablo coinciden conmigo en que viene un año torcido y complicado», asegura. Delgado reconoce que son estimaciones y puede que, al final, esté equivocado, pero su previsión es que la cosecha de trigo y cebada mermará en un 50 por ciento en la provincia de Burgos. «La cebada está ya en el punto de cosecha y aunque llueva, no le va a servir de nada. La lluvia ahora puede ayudar algo al trigo, pero muy poco», explica Delgado.

El año se espera complicado y los agricultores burgaleses miran a sus campos con incertidumbre. Ya hay zonas donde se ha comenzado a cosechar, en las tierras más flojas ya se ha empezado con la cebada y los datos no son optimistas. Hacia el 20 de junio comenzará el grueso de la cosecha en la provincia. Lo que supone que se ha adelantado entre 10 y 15 días.

De lo que sí hay datos certeros es de la cosecha de forrajes, como la veza. En la provincia de Burgos, Delgado asegura que se ha quedado en una producción del 40 por ciento en comparación con la media de años anteriores. «Se ha perdido un 60 por ciento de lo que es la cosecha habitual de forraje. Aquí tenemos datos, es lo que nos marcan las básculas», ejemplifica el secretario general de UPA Burgos.

Delgado lo tiene claro, «lo que puede ayudar al campo burgalés es la investigación. Hablamos de que hay que profesionalizar el campo, de nuevos sistemas y técnicas de cultivo, de la digitalización. Es nuestra obligación como organización agraria favorecer la investigación y el estudio. Estoy orgulloso de que Upa sea pionera en este aspecto con el campo de ensayo de semillas de Burgos. Es lo que tenemos que hacer, reivindicar y trabajar por la mejora del campo burgalés».

Este campo de ensayo para estudiar la productividad de las semillas certificadas R1, R2 y R3 parece estar satisfaciendo a los agricultores burgaleses. «Está en una tierra productiva y estamos viendo como las R1 y R2 aguantan y tiran mejor», asegura Delgado.

El secretario de UPA Burgos asegura que la situación es «tan grave» en el campo burgalés que muchos agricultores ya están dando parte al seguro por la sequía.

A los problemas derivados del cambio climático se suma otro, el aumento de los costes, que este año han subido mucho. «El 2022 va a ser muy complicado para el sector agrario», asegura Delgado.

El uso de la semilla certificada contribuye en mayor medida a la mejora genética y a la investigación. En un año como este, donde la temperatura está siendo muy elevada frente a otros y donde la primavera está siendo muy seca, el sembrar semilla certificada frente a reutilizar granos de su propia cosecha, puede hacer que la rentabilidad de un agricultor sea mayor.