La enfermedad hemorrágica epizoótica repunta en la comarca burgalesa de la Demanda

La Unión de Campesinos de Burgos ha reclamado ayudas para los ganaderos de vacuno que están sufriendo la enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE). En la provincia de Burgos se vuelve a sufrir un aumento de los casos en las explotaciones ganaderas de vacuno.

La Unión de Campesinos recuerda a las administraciones que la enfermedad está causando numerosas bajas en las explotaciones ganaderas de vacuno de la provincia y «siguen sin sacar la línea de ayudas».

La Unión de Campesinos de Burgos (UCCL) alerta de las importantes pérdidas económicas que están sufriendo los ganaderos de vacuno en la comarca de la Demanda a consecuencia de la enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE).

Desde la aparición el año pasado de los primeros casos, el Ministerio todavía no ha publicado el borrador de ayudas y la Junta solo sacó para los primeros casos. Cabe apuntar que actualmente el seguro ganadero, en caso de tenerlo, no contempla las bajas provocadas por esta enfermedad por lo que los ganaderos de vacuno están teniendo que asumir todas las pérdidas económicas.

La EHE es una enfermedad vectorial no contagiosa trasmitida por mosquitos del género Culicoides y que afecta a los animales rumiantes, tanto silvestres como domésticos, pero en ningún caso afecta a los humanos.

Las ganaderías más afectadas son el vacuno de carne y de leche, en la que se produce una clínica modera y autolimitante con fiebre, lesiones en la mucosa bucal, cojeras por inflamación de los rodetes coronarios, entre otros síntomas y que dificulta el acceso al agua y a la alimentación, pero que, en el peor de los casos, provoca la muerte del animal al no poderse recuperar.

El número de animales infectados en una explotación pueden llegar al 20 o 25% del rebaño, aunque en otras ocasiones la Unión de Campesiones se ha encontrado hasta el 50% del rebaño afectado.

Los ganaderos, ante cualquier alerta en sus vacas, proceden a un tratamiento sintomático, pero desgraciadamente no siempre funciona, y a pesar de los incansables cuidados de los ganaderos, la vaca acaba falleciendo y ya se suma un gran número de vacas fallecidas.

«Seria de agradecer avisos desde la Administración cuando el riesgo, debido al aumento de temperaturas, aumenta», señalan desde la Unión de Campesinos. «Los ganaderos se muestran desesperados ante una enfermedad que continúa avanzando y ya podemos considerarla una pandemia y mientras tanto, las administraciones competentes no hacen nada y se lavan las manos», lamentan.

Desde la Unión de Campesinos de Castilla y León piden un protocolo claro de actuación donde, en primer lugar, se contemplen ayudas económicas que compensen las pérdidas de producción que los ganaderos de vacuno están sufriendo, no solo las muertes sino todo el lucro cesante. Muchas veces los daños son indirectos y se ven varios meses después de la afección, como abortos. Por otro lado, piden que se contemplen medidas para la desinsectación de las instalaciones y los animales que ayuden a controlar la enfermedad, así como se facilite la vacuna.

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