Varias comarcas de la provincia de Burgos se han visto sorprendidas en las últimas semanas por una oleada de robos, e intentos de robo, en sus iglesias y ermitas.
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La comarca del Arlanza y la de Tierra de Lara son las afectadas. Desde allí se han presentado algunas denuncias ante la Guardia Civil. En otros casos, como se confirma desde este Cuerpo, lo que se ha hecho ha sido dar aviso a las patrullas de la zona para que estén alerta, ya que no han logrado entrar en el templo, pero sí hay evidencias de que se ha intentado.
La Guardia Civil está trabajando en el caso, al tratarse de una investigación en curso no se pueden desvelar muchos detalles que pongan sobreaviso al ladrón o ladrones, pero sí confirman esas denuncias y avisos procedentes de localidades cercanas.
Los robos en iglesias y ermitas, por desgracia, suelen ocurrir en el medio rural burgalés. Se han robado, incluso, las campanas de un pequeño pueblo, Hozabjeas-Rucandio. La Guardia Civil esclareció el caso en 2020 e investigó a tres personas.
Pero también ocurren estos sucesos en parroquias de poblaciones grandes, como Burgos, en diciembre de 2022, la Policía Nacional recuperó dos cálices de plata robados en la parroquia de San Antonio Abad de Burgos.
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Los robos e intentos de asalto a iglesias y ermitas comenzaron a finales de agosto, pero en Salas de los Infantes, por ejemplo, se detectó un intento de entrar a la iglesia de Santa María el fin de semana del 14 y 15 de septiembre. Así lo confirma Alfredo, el cura de Salas de los Infantes. Explica que se han registrado intentos de entrar en esta iglesia, en la de Vizcaínos y en la de Cabezón.
Robos en Burgos
Confirma el párroco que los daños económicos por los robos no son elevados, pero sí suponen un contratiempo los destrozos ocasionados. En Iglesiapinta, por ejemplo, sustrajeron una cruz. En la ermita de Castrovido se llevaron un jarrón plateado y de la casa parroquial de Salas de los Infantes se llevaron un sagrario de unos 2.000 euros.
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No son objetos extremadamente valiosos en lo económico, pero sí causan un contratiempo en estas parroquias pequeñas, del medio rural, además del temor que causan. «Los daños que esto nos provocan son más por los destrozos que por el valor de lo que se llevan», explica el cura de Salas.
Ada Marcos, alcaldesa de Salas de los Infantes, también lamenta estos actos vandálicos y pone el énfasis en esa parte sentimental. «Puede que los objetos que se lleven no sean los más valiosos, pero la gente cuida las iglesias y ermitas y tiene mucho cariño a un patrimonio que procede de sus antepasados», añade Marcos.
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Como se explica desde Guardia Civil, en muchos casos no se ha podido constatar cuándo fue el asalto o intento de asalto porque se trata de ermitas alejadas de la población y por donde no pasa gente en días.
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