Santibáñez del Val ha sido el pueblo más dañado por el incendio. GIT

Desolación tras el paso de las llamas por la comarca del Arlanza

El incendio originado el domingo en la comarca burgalesa continúa activo tras arrasar alrededor de 3.000 hectáreas de cereal y sabinar y numerosas construcciones de Santibáñez del Val, Santo Domingo de Silos y Quintanilla del Coco. Más de 500 personas tuvieron que ser desalojadas de cinco localidades

Martes, 26 de julio 2022, 07:03

El panorama es desolador. Cientos de hectáreas -las primeras estimaciones apuntan a más de 3.000- han sido pasto de las llamas como consecuencia del devastador incendio originado el pasado domingo en la comarca burgalesa del Arlanza. Un incendio que se ha llevado por ... delante campos de cereal, un sabinar con un enorme valor medioambiental y un buen puñado de inmuebles en Santibáñez del Val, Silos y Quintanilla del Coco. La herida, sin duda, tardará en cerrarse.

Publicidad

Y eso a pesar de que el incendio amaneció ayer estabilizado tras una noche de enorme angustia en la zona. Según confirmaban desde la Delegación de la Junta de Castilla y León a primera hora de la mañana, ya no había llamas ni grandes focos activos, aunque sí infinidad de rescoldos con capacidad para reavivar el fuego en cualquier momento.

Así, los esfuerzos del amplio dispositivo desplegado en la zona se centraron ayer en tres frentes muy concretos: controlar posibles conatos, consolidar el perímetro para evitar que el fuego volviera a correr libremente y sofocar las llamas que aún asolaban varias construcciones en Quintanilla del Coco, Santo Domingo de Silos y, sobre todo Santibáñez del Val.

La pequeña localidad bañada por el río Mataviejas es, sin duda, la más afectada por el devastador incendio. Según cuentan los propios vecinos, las llamas, que llegaron a media tarde el domingo empujadas por el fuerte viento, rodearon el pueblo en un abrir y cerrar de ojos. Y de los campos, el fuego saltó a los edificios, llevándose por delante todo lo que encontraba a su paso. Los bomberos del Ayuntamiento de Burgos, desplazados hasta allí para colaborar en las labores de extinción junto a voluntarios de varios parques de la Diputación, relatan un escenario infernal.

De hecho, ayer, casi 24 horas después de que el incendio alcanzara el pueblo, aún había focos activos en varias casas, tenadas y almacenes, fundamentalmente de la parte baja de la localidad. Más de una decena de construcciones han desaparecido.

Publicidad

El fuego también se ha llevado por delante un puñado de almacenes y naves de Santo Domingo de Silos, así como algunas explotaciones ganaderas y agrícolas de todo el valle.

La buena noticia es que el incendio, sin duda el más virulento de los registrados en la provincia de Burgos en la última década, no ha provocado daños personales. Y eso a pesar de que la Guardia Civil tuvo que desalojar el domingo las localidades de Santibáñez del Val, Santo Domingo de Silos, Carazo, Villanueva de Carazo y Hacinas. El fuego, finalmente, no alcanzó en ningún momento las tres últimas localidades, pero la enorme columna de humo obligó a sacar a los vecinos de allí a toda prisa. Con lo puesto y poco más. Entre humo, ruido, nervios y más de una lágrima.

En total, alrededor de 500 personas tuvieron que abandonar esos cinco pueblos. Entre ellas había vecinos de toda la vida, veraneantes con segundas residencias, viajeros de visita en Santo Domingo de Silos e incluso un campamento con más de un centenar de personas.

Publicidad

Todos los que no encontraron asilo en viviendas de familiares o amigos del entorno fueron reubicados en Huerta de Rey y, sobre todo, Salas de los Infantes, cuyo ayuntamiento puso a disposición del operativo el polideportivo y el complejo educativo. Allí pasaron al noche como buenamente pudieron más de 200 personas. Conciliar el sueño fue complicado, pero el despliegue de Cruz Roja, ayudada en todo momento por un equipo de psicólogos de la Junta de Castilla y León, por los voluntarios de Protección Civil de Burgos y por una miríada de vecinos de Salas, hizo todo lo posible para que los desplazados pudieran dormir.

También tuvieron que ser desalojados los monjes del propio monasterio de Silos, que pasaron la noche en Aranda por precaución. Afortunadamente, la abadía benedictina se libró del desastre gracias al trabajo de vecinos y bomberos.

Publicidad

Y mientras tanto, los medios terrestres se empeñaban en controlar el incendio, echando mano de cuadrillas de tierra y maquinaria pesada, con la que se consiguió perimetrar el incendio de madrugada. A media mañana se desplazaban hasta la zona los consejeros de Sanidad y Educación, Alejandro Vázquez y Rocío Lucas, respectivamente. Ambos acompañaban al delegado territorial de la Junta en Burgos, Roberto Sáiz, quien confirmaba que el incendio estaba estabilizado gracias a la labor del amplio dispositivo desplegado durante la jornada anterior, que contó con dos aviones anfibio, varios helicópteros, dos cuadrillas helitransportadas, varios camiones autobomba y profesionales de la BRIF de Lubia. A todos ellos se les fueron sumando a medida que avanzaban las horas numerosos efectivos de los parques de Bomberos de Burgos capital y de varios parques de bomberos voluntarios de la provincia, así como efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y agricultores y profesionales del entorno.

También a última hora de la mañana de ayer se desplazaba hasta la zona el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, quien, en compañía de la delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, visitaba la 'zona cero' y conocía in situ la evolución de las llamas. Según destacó, el Gobierno colaborará en todo lo posible para la extinción definitiva del incendio, que al cierre de esta edición permanecía activo, aunque su avance se había visto ralentizado. El principal temor continúa siendo el viento.

Publicidad

En todo caso, a primera hora de la tarde, la Junta confirmaba que los vecinos de Hacinas, Contreras y Villanueva de Contreras podrían volver a sus casas; los de Santibáñez del Val y Santo Domigno de Silos deberán esperar para regresar y hacer recuento de daños. De hecho, la Junta mantiene activo el nivel 2 de alerta del Infocal y varios tramos de la BU-900, la BU-901 y la BU-910 permanecen cortados por parte de la Guardia Civil.

Origen humano

Mientras tanto, los efectivos continúan trabajando sobre el terreno para sofocar definitivamente un incendio que se originó al filo del mediodía en una zona situada a caballo entre las localidades de Quintanilla del Coco y Retuerta. A la espera de que la investigación lo confirme, las propias autoridades apuntaban ayer a un posible origen humano, en este caso motivado por la «negligencia» de un agricultor que habría estado trabajando fuera del horario permitido. A priori, la principal hipótesis es que las llamas se originaron por la chispa de una cosechadora y, tras arrasar un campo de cereal, saltaron a las fincas colindantes.

Noticia Patrocinada

El calor, la falta de humedad y, sobre todo, el viento, hicieron el resto. En apenas unos minutos, las llamas avanzaron con virulencia, atacando campos de cereal y monte bajo en el entorno de Quintanilla del Coco. De ahí, los vientos de componente este empujaron las llamas por todo el valle del Mataviejas, saltando hacia el sabinar de Carazo y arrasando todo a su paso.

El incendio ya ha afectado a una parte del parque natural Sabinares del Arlanza – La Yecla, con un gran valor medioambiental que costará recuperar.

Todas las noticias de Burgos en BURGOSconecta.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas

Publicidad