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Un hombre ha sido denunciado por la Guardia Civil de Burgos tras desmantelar un criadero ilegal de perros de raza Yorkshire de su propiedad en el Valle de Santibáñez.
El Seprona localizaba este punto y rescataba a 77 perros, imputando al dueño la presunta venta de ejemplares a través de redes sociales así como varias negligencias de diversas normativas. También ha sido denunciado un veterinario que, en connivencia con el criador, prescribía medicación sin receta mediante albaranes.
El suceso se puso en conocimiento del Seprona de manera anónima, cuando una persona informaba de la presunta venta de perros por un particular no profesional a través de redes sociales que a su vez regentaba un posible criadero de mascotas de raza Yorkshire carente de las debidas autorizaciones.
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Natalia Sáez Ursúa
Aythami Pérez Miguel
Tras contrastar la comunicación y recabar detalles sobre la ubicación del supuesto criadero, practicaron una inspección a las instalaciones en presencia del titular; el inmueble estaba dividido en dos estancias, una dedicada propiamente a la cría y habitabilidad de los canes y otra para almacenaje de material y medicación.
En la primera sala, acondicionada a su vez en nueve cheniles y en donde se hallaron también 4 transportines, habitaban un total de 77 ejemplares, de los cuales 49 eran adultos y 28 cachorros menores de tres meses de edad; todos ellos carecían de las debidas dimensiones de habitabilidad exigibles para su bienestar y esparcimiento.
Si bien las mascotas allí halladas se encontraban en aparente buen estado físico y de salud, la lectura de microchips destapó que 28 de ellos no lo tenían implantado y que otros 20 canes tampoco habían sido vacunados y desparasitados con las dosis obligatorias, negligencia que puede repercutir en enfermedades para los humanos y acarrear graves consecuencias para los cánidos, incluso su muerte.
La segunda estancia, estaba reservada para el almacenaje de medicamentos, entre otros enseres. La abundante medicación hallada, alguna ya caducada, carecía de receta; había sido 'prescrita' por un veterinario -en connivencia con el 'criador'- mediante la confección de albaranes, que no justificaban su posesión y administración.
El propietario tampoco poseía la documentación necesaria para legalizar el criadero, Licencia Ambiental e inscripción en el registro de núcleos zoológicos de Castilla y León. Los animales que criaba eran puestos a la venta a través de redes sociales, a un precio que oscilaba entre los 200 y los 1.500 euros.
Las irregularidades observadas en cuanto a sanidad y bienestar animal, comercialización por redes sociales, ausencia de documentación, tenencia de medicación caducada y expedición sin receta han sido puestas en conocimiento del Ayuntamiento del municipio y de la Junta de Castilla y León en Burgos.
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