Uno de cada cuatro residentes en Burgos tiene más de 65 años

Este segmento poblacional es el que más protagonismo ha ganado en los últimos 25 años con más de un 4% de subida respecto del total de habitantes en la provincia, cifra que se compensa con la pérdida de más de un 3% en el grupo de edad que comprende la población activa (16-64) años y un 1% de retroceso en el de menores de quince años.

En datos absolutos, este crecimiento de personas de edad avanzada se traduce en un incremento de 16.290 personas de 65 años o más. Por contra, Burgos ha perdido en los últimos 25 años más de 6.500 residentes pertenecientes a la población activa y 1.073 personas de quince años o menos. Además, de ese total de más de 87.541 personas que superan la -hasta hace poco- edad de jubilación, 29.438 superan también los 80 años y hasta 224 personas en la provincia ya son centenarias.

Este envejecimiento paulatino está provocado, entre otros factores, al notable aumento de la esperanza de vida. Ahora, los burgaleses viven más y este hecho, junto con el descenso de la natalidad -sobre todo en la nacionalidad española- y el fenómeno demográfico migratorio, ha supuesto también una cierta reconfiguración en la proporción poblacional entre extranjeros y nacionales.

Este progresivo cambio de paradigma se observa en mayor medida cuanto más baja la edad, en los segmentos infantiles, juveniles y en la adultez. Así, en el grupo de 0 a 15 años, la cifra de residentes con otras nacionalidades ha subido desde un residual 0,6% hasta un 10% desde 1998, aumento que se traduce en el paso de 287 a 4.677 personas.

Similar situación reflejan los datos referentes al grupo de población activa. En su caso, la población extranjera se amplia del 0,7% al 10% respecto al total de residentes y pasa de 1.529 a 23.825 personas en los últimos 25 años en Burgos.

Por contra, las personas mayores de 65 años se mantienen casi invariables, con apenas un 1,2% más de extranjeros, que ascienden de los 101 a los 1.133 que actualmente se contabilizan en la provincia. De esta manera, los residentes con nacionalidad española siguen representando prácticamente el 99% de personas de edad avanzada en la provincia a diferencia del resto de franjas poblacionales.

En cuanto al reparto por sexos, el territorio burgalés continúa en una paridad casi total a nivel global, con un equilibrio del 50% entre hombres y mujeres ligeramente superior para el segmento femenino.Por franjas de edad, la igualdad se mantiene en los perfiles más jóvenes, con una leve predominancia masculina (51,4%) hasta los 65 años. De ahí en adelante, la diferencia se hace notable en el lado femenino, que crece hasta el 54,4% y deja en 45,6% la representación masculina.

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Además, esta situación es independiente de la nacionalidad, ya que tanto españoles como extranjeros presentan un reparto poblacional con una tenue superioridad de los hombres en la juventud y adultez (50-51%) que se voltea hacia el lado femenino en la senectud (54,4%).

Entre otras cuestiones, esta particular desnivelación al alcanzar edades avanzadas puede deberse a la esperanza de vida al nacimiento, que de manera tradicional y también en los últimos datos publicados por el INE, otorga una mayor edad promedio de expectativa vital a las mujeres que a los hombres, con una diferencia en torno a los cinco años en Burgos.