El CRAS, acrónimo de Centro de Recuperación de Animales Silvestres, es el centro de referencia para la recuperación de animales salvajes en Castilla y León. Opera en las provincias de Burgos, Soria y Palencia desde su inauguración en 2015. En Burgos, el CRAS se ubica ... en Albillos, a menos de 15 kilómetros de la capital, y cuenta con una importante actividad.
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«Cualquier animal silvestre tiene cabida en el centro», manifiesta Álvaro Soto, veterinario responsable del centro. Reciben «de todo», desde tortugas y erizos hasta zorros y lobos. Y no únicamente a aves, como muchas veces se piensa. Sin embargo, solo tratan animales silvestres, no a los domésticos.
El objetivo principal es diagnosticar, recuperar y liberar a la fauna silvestre que esté enferma, herida o que presente alguna vulnerabilidad. Para ello, disponen de 16 unidades de vigilancia intensiva (UVI), 4 boxes y 25 pajareras. La capacidad es de 100 aves y 25 mamíferos.
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YOLANDA FERNÁNDEZ BLANCO
YOLANDA FERNÁNDEZ BLANCO
En la actualidad, el CRAS de Burgos está cuidando a unos 70 animales. En otras ocasiones han tenido más pacientes. Por ejemplo, han llegado a acoger a 100 pollos de vencejo vivos, sin contar al resto de ejemplares.
Las especies tratadas en el centro son, sobre todo, aves. Durante el mes de agosto abunda el ingreso de aguiluchos cenizos, cigüeñas, urracas, jilgueros y palomas. También comienzan a llegar más buitres leonados porque es cuando abandonan el nido, desde finales de julio hasta septiembre. De momento tienen tres porque suelen aparecer desorientados.
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La reintegración del animal en su hábitat es diferente según la edad del animal. En el caso de los ejemplares jóvenes, se aseguran de que es capaz de valerse por sí mismo. Es decir, comprueban si sabe volar, encontrar alimento o matar presas.
Por ejemplo, cuando llega algún cernícalo o lechuza joven les alimentan poco a poco hasta que son capaces de comer solos. Averiguan si es capaz de cazar una presa viva en el caso de un depredador, de comer alimento vivo (gusanos) o de coger pienso si es granívora.
A continuación, controlan que vuelan perfectamente en las instalaciones del CRAS, conocidos como voladeros. «Así comprobamos que son capaces de sobrevivir y les liberamos», explica Soto.
En cambio, cuando ingresa un animal adulto, que ha vivido en libertad y se vale por sí mismo, curan sus heridas. Una vez sanado, «no hace falta estar seguros de que puede cazar porque ya ha cazado».
Aquellos ejemplares con alguna clase de discapacidad temporal, la cual desconocen si será permanente, pasan por la misma supervisión que los jóvenes.
El centro da respuesta a los animales vulnerables, pero también realizan necropsias para determinar las causas de la muerte. Este análisis es importante para determinar si la muerte del animal fue natural, accidental o estuvo causada por envenenamiento o disparo, fundamental si existe algún tipo de infracción o juicio.
Además, este año el CRAS de Burgos ha acogido a los ejemplares del Centro Municipal de Divulgación de Aves hasta que terminen las obras. Dichas aves son «irrecuperables», es decir, sus lesiones impiden su reintroducción en el hábitat natural, así que el centro de divulgación se ha convertido en su nuevo hogar.
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El CRAS también colabora con la Red de vigilancia epidemiológica de Castilla y León. Así, recogen muestras de los animales que ingresan para estudiar la salud de las poblaciones. «Hace poco detectamos un caso de gripe aviar», confirma Soto.
ÁLVARO SOTO
El centro recoge todo tipo de ejemplares silvestres, aunque sean objeto de caza. De vez en cuando, todavía descubren algún ejemplar de buitre, especie protegida o que no es son objeto de caza heridos por arma de fuego. «Creo que, por la casuística que tenemos en el centro, es una minoría». En otras palabras, no está entre las causas principales de ingreso en el CRAS.
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También atienden a especies protegidas para intentar recuperarlas. En la actualidad, tienen águila real, urraca y buitre negro entre otras.
Respecto a la migración de las aves, desde el centro no han detectado ninguna alteración asociada al cambio climático. Tampoco en el comportamiento de los animales en general. De hecho, reciben las mismas especies que otros años a diferencia del norte de España, adonde llegó algún búho nival en 2021.
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