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La campaña de cosecha del cereal ya ha comenzado en la provincia de Burgos. Las tareas han empezado por el oeste de la provincia y, en general, se espera entre un 30 y un 40% más de producción que el año pasado. Sin embargo, no todas las comarcas recogerán grano por igual, aunque en la mayoría los datos son más positivos que en la cosecha de 2023.
De hecho, la campaña de este 2024 estará marcada por los fenómenos climatológicos acontecidos desde la siembra. Un invierno suave y una primavera lluviosa han propiciado una buena cosecha; sin embargo, en algunos puntos de la provincia, como la Riojilla Burgalesa, la sequía ha hecho estragos. También en la Sierra de la Demanda las lluvias han propiciado encharcamiento, por lo que no se ha podido sembrar todo lo esperado.
«Este año ha sido irregular. Ha habido zonas muy malas pero hay zonas muy buenas», señala Juan Arlanzón, del sindicato agrario UCCL (Unión de Campesinos de Castilla y León). En general, la cosecha será «bastante buena». Tanto que Diego Saldaña, de COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos), se atreve a afirmar que se espera «una producción de un 30 a un 40% más» que en 2023.
Traducido a cifras, Arlanzón estima que se prevén recoger 1.400.000 toneladas de cereal en la provincia de Burgos este verano, que es más que la media. «Casi casi el doble que el año pasado, que fue catastrófico», señala. En 2023 hubo pedrisco, acompañado de sequía, lo que mermó la cosecha de Burgos en un 48%, aproximadamente.
Sin embargo, la cosecha de 2024 se espera buena a pesar de haber sembrado menos cereal. En concreto, Arlanzón cifra un 12% menos de trigo y casi un 10% menos de cebada. Esto ha sido causado, en parte, por el requerimiento gubernamental de dejar ciertas parcelas en barbecho, según señala el sindicalista, y también por las tractoradas y protestas y las fuertes lluvias.
Como cada año, uno de los condicionantes de esta cosecha de 2024 han sido los fenómenos climatológicos. La abundancia de lluvias ha beneficiado el crecimiento del cereal, aunque no todas las comarcas de la provincia de Burgos han corrido la misma suerte.
Por ejemplo, las zonas de Arlanzón, Merindad de Río Ubierna o Sotopalacios tendrán una buena cosecha, augura Saldaña. Gabriel Delgado, de UPA (Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos), extiende su previsión a las comarcas del Arlanza y Odra-Pisuerga. «La cosecha es buena. No es un cosechón, pero creo que podemos hablar de buena», comenta.
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En la Ribera del Duero, por ejemplo, el granizo afectó a algunas zonas con tradición vitivinícola esta primavera. Sin embargo, en cuanto al cereal se espera un año «bueno», señala Arlanzón, que aumenta la previsión de recogida del cereal hasta 3.500 kilogramos por hectárea. Respecto a Miranda o las Merindades, estas previsiones son notablemente más altas, puesto que son zonas más prósperas: se esperan entre 5.000 y 5.500 kilogramos de cereal por hectárea cosechada.
Por otro lado, ciertas zonas de la provincia de Burgos no esperan una cosecha tan buena para este verano de 2024. Es el caso de la Riojilla Burgalesa y la Demanda. En estas zonas, los fenómenos climatológicos han determinado los malos resultados.
En el caso de la Riojilla Burgalesa es la «extrema sequía» que se produjo desde marzo hasta mayo, señala Saldaña. El secretario de COAG indica que los cereales luego «retoñaron», pero en ciertos municipios no se ha recuperado el cultivo. «Se prevé una disminución de cosecha», señala Delgado, de UPA. De hecho, Arlanzón eleva la superficie afectada en esta zona de Burgos hasta las 6.000 hectáreas y recuerda que es «el tercer año que llevan mal» en esta comarca.
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Por otro lado, en la Sierra de la Demanda las fuertes precipitaciones encharcaron parcelas. Este hecho impidió las siembras a tiempo, por lo que se espera menos producción en la zona. «Será normalucho, tirando a malo», explica Delgado.
La Bureba es una zona tradicionalmente rica en producción de cereales. Sin embargo, puede que las excelentes previsiones que se esperaban para esta cosecha queden algo mermadas por un virus: la virosis. «Se preveía una gran cosecha pero hay zonas en las que está un poco afectado y no va a ser lo esperado», explica Gabriel Delgado.
La virosis es una enfermedad que se origina en invierno. El virus que la provoca se propaga a través de los insectos, que «pican» a las plantas del cereal, según explica Fernando Olivares, ingeniero agrícola. El problema de la virosis es que hasta primavera no se aprecian los síntomas en el cereal, causando que las plantas no se desarrollen bien, amarilleen y no crezcan lo estipulado. Ante la virosis «no hay cura efectiva», señala el ingeniero, aunque «una buena rotación de cultivos y utilizar variedades resistentes» o sembrar tarde podrían ser formas de combatir este virus.
Otra de las preocupaciones de los agricultores de cara a una nueva cosecha es si cubrirán los costes de haber sembrado el cereal. En teoría, para este 2024 y según las previsiones, en la mayor parte de la provincia de Burgos sí que se cubrirán las inversiones de estos profesionales, a excepción de las zonas más dañadas por los eventos climatológicos.
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Sin embargo, aunque la cuenta de la cosecha sí que salga este año, los sindicatos agrarios temen el precio del cereal. «Lo que más nos va a afectar va a ser el precio, porque están pegando unas bajadas espectaculares. El precio del cereal está como hace 30 años», detalla Delgado. Por su parte, Diego Saldaña cuantifica esas cifras y, según el sindicalista, el precio de la cebada está por debajo de los 200 euros la tonelada y, en el caso del trigo, por 210 euros.
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