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Las últimas llamas consumía esta mañana de miércoles la nave de Sagredo en Briviesca. Y el sentimiento de impotencia y consternación en toda la comarca. Porque Sagredo y los huevos que vendía en todo el norte de Burgos eran una institución. En la tarde de ayer ... , tanto en la plaza como en las actividades de todo tipo de los niños y de los mayores «era de lo único que se hablaba», recuerda María, una vecina de Briviesca y cliente habitual.
Asegura que es un «pena porque llevan toda la vida con eso». Ese era el comentario en la calle: «Qué palo más gordo para nosotros como briviescanos». Porque realmente «es una familia que pertenece a Briviesca con la que todo el mundo tiene relación», asegura. Son «conocidos, son de casa y han trabajado toda la vida en eso y han ido dando trabajo a chavales de aquí, es una pena que haya pasado eso».
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María no había podido hablar con Reme, de la empresa «porque estarán súper liados. Es una familia muy buena y muy querida en Briviesca que ha trabajado toda la vida en eso y que ha sido una desgracia por lo menos para aquí. Porque además él está cerca de la edad de jubilación y no sabemos si están con ganas de retomar o si directamente queda cerrada o qué van a hacer».
María y los pueblos de la Bureba «estábamos acostumbrados a sus huevos ya. No sé decirte qué va a pasar ahí. Es una incógnita». Mucha gente de Briviesca conoce a Sagredo y su familia. Asimismo, gente de más de 50 años de Briviesca «recuerdan ya hace ese tiempo la granja», afirma María que recuerda que esta familia empezó con una empresa pequeña: «Empezaron con la casa vieja, la que ellos tenían antes, la primera granja, donde empieza Reyes Católicos»
La primitiva empresa tuvo ahí su origen: «ahí tenían las gallinas y allí mismo tenían un espacio que siguen teniendo para vender, porque las amas de casa de Briviesca, pues prefieren ir allí porque van directamente», como van a todos los «establecimientos de alimentación, creo que en todos, porque en la carnicería que voy yo también tienen».
La empresa familiar realiza la distribución «con dos furgonetas y reparten de Briviesca hacia el norte. Tienen zonas del País Vasco y zonas de Cantabria». La nave que ardió era relativamente nueva y toda la producción modernizada. Contaba con varios trabajadores. «La verdad es que ha sido una suerte que fuera a esa hora y no haya pasado mal mayor», se consuela María.
Todas las tiendas de la comarca lamentan la pérdida. Durante una larga temporada, se van a quedar sin producto. Es una situación complicada que nunca antes había vivido La Bureba. Además, la cercanía y la convivencia diaria con la empresa, con el dueño y con su familia, hace aún más dura la situación que se está viviendo. Con el apoyo de todos, será más fácil que la vida siga adelante.
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