La vuelta a la normalidad después de más de dos meses de cese de la actividad no será fácil para los comercios de la provincia, que ya preparan las medidas de seguridad y prevención necesarias para poder reabrir sus puertas al público. Desde la Federación ... de Comercio de Burgos aseguran que llevan días trabajando para garantizar la seguridad, tanto de los trabajadores como de los clientes, de cara a estar preparados el próximo 11 de mayo, fecha decretada por el Gobierno para la segunda fase de la «desescalada».
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La presidenta de la Federación, Consuelo Fontecha, explica que se encuentran a la espera de que la Junta de Castilla y León reafirme la fecha o la modifique en la región, «aunque estamos preparándonos para abrir el 11 de mayo si no hay cambios». En este sentido, reconoce que «habrá facilidades», dado que la provisión de materiales como mascarillas, guantes y geles hidroalcohólicos «ha vuelto a normalizarse en las farmacias». Fontecha sí confiesa que esta adaptación «podrá ser más o menos gravosa para algunos establecimientos en función del sector» y pone como ejemplo el caso del textil, por la cercanía con el cliente y la necesidad de probarse varias prendas.
Por este motivo, la presidenta de la Federación señala que «en algunas tiendas habrá que poner máquinas de ozono, que desinfectan de forma más efiente y en menos tiempo que si se limpia a la manera tradicional». Esta alternativa sería recomendable, sobre todo, para probadores en comercios de ropa, aunque Fontecha afirma que algunas tiendas de alimentación ya lo instalaron al inicio «y está funcionando muy bien, es el mejor desinfectante».
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Son precisamente estos comercios de productos alimentarios los que han marcado el camino a seguir durante el estado de alarma: «Sin ninguna norma establecida sobre seguridad aplicaron el sentido común y han funcionado muy bien durante todas estas semanas», indica Fontecha. Observa que el precio de una máquina de ozono «doméstica» puede establecerse entre los 250 o los 300 euros, «pero depende de la superficie a cubrir varía el tamaño y también el precio». Para ello la Federación está estudiando realizar compras de material conjuntas y así ofrecer mejor precio a los asociados.
La Federación de Comercio cuenta con 2200 establecimientos en la provincia y la presidenta reconoce que en Burgos se han sentido «apoyados y arropados en todo momento por el Ayuntamiento» y añade que, desde el Consistorio, «han hecho desde el principio una gran labor de acompañamiento y búsqueda de soluciones tanto con la hostelería como con el comercio».
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No puede decir lo mismo de la Diputación Provincial que, según explica, «se puso de perfil desde el primer día». Para Fontecha el comercio en el medio rural tendrá una dificultad añadida y «Diputación no ha estado a la altura». Considera que el apoyo a los municipios pequeños de la provincia es fundamental para sobreponerse a la actual crisis y, en este sentido, la Diputación «no ha dado una respuesta», concluye.
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