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La consejera de Sanidad,Verónica Casado, repasó ayer nueve semanas de pandemia en Castilla y León. Pasado, presente y un futuro incierto pero con pasos que quiere definir bajo el amparo técnico. La responsable sanitaria autonómica lleva a sus espaldas 40 ruedas de prensa ... de datos de evolución, fallecimientos y altas, semanales consejos interterritoriales y a buen seguro que incontables horas de trabajo y reuniones. Ayer quiso comparecer a petición propia en Comisión de Sanidad en las Cortes para hacer balance y situar posiciones, 75 páginas de comparecencia, y fueron los nombres de sus compañeros los que abrieron sus sentimientos y desbordaron la tensión acumulada de una crisis inédita. El repaso de esta médico de Familia, nombre a nombre, de los cinco profesionales fallecidos silenció su voz y llenó de lágrimas sus últimas palabras. Una lectura que no quiso ceder y aguantó, entre peticiones de disculpas a los presentes, la traición de sus emociones para recordarlos a todos.
Para poder prever el impacto de la pandemia en la comunidad, la Consejería valoró con un programa diseñado por la OMS para la gripe A (flusurgen), posibles escenarios. Este programa permite, teniendo en cuenta los recursos sanitarios, ver cómo se van a ver afectados los hospitales. Sanidad se planteó tres escenarios posibles con tasas de ataque del 35%, el 20% y el 15% y de cada una de ellas, tres niveles –máximo, medio y mínimo–, «pronto se alcanzaba la peor previsión: una tasa de ataque del 35% y el escenario máximo», explicó la responsable autonómica,Verónica Casado.
En un primer momento, los ingresos superaron ese 35%; pero «a la octava semana la situación se estabilizó en la zona ataque mínimo, el 15%». En lo relativo a los ingresos en UCI, las primeras semanas registraron una tasa de ataque entre las previsiones del 20% y el 35%, para, finalmente, situarse en ingresos correspondientes a las previsiones del 15% y el 25% de ataque. El sistema sanitario, «gracias al gran esfuerzo de reorganización acometido, ha sido capaz de asumir, con la absolutamente necesaria dedicación de sus profesionales, soportar esas altas tasas iniciales de ataque del virus entre la población castellana y leonesa». Y de haber seguido así la previsión de fallecidos sería de 4.836 en Castilla y León.
Los mensajes de apoyo en la red social Twitter fueron ayer 'trending topic'. Además de los comentarios de personas anónimas, numerosos dirigentes y organizaciones quisieron enviar ánimos a la consejera. La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, reconoció la lucha de Verónica Casado; también la eurodiputada del PP Dolors Montserrat o el virólogo, Raúl Ortiz de Lejarazu, quiso expresar su apoyo: «Estoy orgulloso de que muestre esos sentimientos en momentos tan duros», informa Ical.
Su intervención había comenzado casi dos horas y media antes. En ella, fue contundente la responsable sanitaria al reclamar una desescalada basada en informes técnicos y clara su advertencia: «Un exceso de prisas puede suponer un repunte fatídico». Casado mostró su preocupación porque «este esfuerzo extraordinario» y «colectivo» se eche a perder por una vuelta a la calle demasiado rápida y con muchos casos todavía de enfermos nuevos. «Si levantamos la cuarentena social de manera precipitada, aumentaremos los contagios y deberemos volver a endurecer las medidas de cuarentena. La cautela y el establecer unos criterios puramente técnicos, que indiquen la situación epidemiológica concreta que permita iniciar el desconfinamiento, va a ser clave en las próximas semanas». Y destacó la unanimidad de todos los expertos de los diferentes comités al respecto. Asimismo recordó «lo incomprensible» de ver familias desde que se permitiera la salida de los niños, «jugando unos con otros al balón», sin guardar ninguna de las precauciones señaladas de tiempos, distancias y protecciones.
Castilla y León acumula 19.028 casos confirmados de Covid-19, 344 nuevos. De forma similar al resto de España, ha afectado en mayor medida a la población mayor de 65 años (52,1%), mientras que el tramo de edad entre 45 y 65 años es el 31,9%; entre los quince y los 44 años, los casos suponen el 15,7% y una parte muy pequeña, el 0,3%, son menores de quince años. En cuanto a sexos, el virus ha contagiado más a las mujeres, sin embargo, los fallecidos son mayoría hombres siendo su tasa de letalidad de 15,01 frente al 8,46 de las mujeres.
Además, a través del sistema informático de Medora, se monitoriza la enfermedad por nuevo coronavirus en los centros de salud y, actualmente, los registros indican que 39.672 casos los activos y 54.038 los totales declarados.
«A punto de colapso, pero resistió». El sistema sanitario ha soportado esta primera embestida de la pandemia de coronavirus en Castilla y León. Con sus puntos más débiles en Segovia y Soria o Ávila, «son los pequeños los que peor pueden afrontar esta situación» y en la falta de equipos de protección individual y de pruebas de diagnóstico y con sus fortalezas en la reorganización sanitaria de circuitos hospitalarios y de nuevos recursos de hospitales de campaña, además del papel de contención de la AtenciónPrimaria y, desde luego, con el papel relevante de los profesionales sanitarios, en todos los niveles asistenciales.
En el contexto pandémico, los objetivos básicos del sistema de salud castellano y leonés «se han basado en disminuir la incidencia de nuevos casos, de la prevalencia de la enfermedad, de su letalidad y de su mortalidad y de las consecuencias para la salud».
La Consejería de Sanidad también ha aumentado progresivamente su capacidad para realizar las pruebas de detección, dada su importancia epidemiológica y asistencial. De esta manera, todos los centros hospitalarios de Sacyl disponen ahora de la capacidad para realizarlos y también se ha incorporado a esta red las distintas universidades públicas y el Laboratorio Regional de Sanidad Animal.
Sanidad ha realizado más de 120.000 pruebas, de las cuales más de 71.000 han sido PCR y casi 50.000, test rápidos, permitiendo evaluar a 11.228 profesionales sanitarios, al 71% de residencias de la comunidad y al 69% de sus residentes.
Aún sin fecha aún cerrada pero inicialmente esta semana, Castilla y León participará, junto con las demás comunidades, en el estudio nacional sobre seroprevalecia con 62.000 personas de las 10.140 lo serán de la comunidad autónoma.
En pocas semanas, el sistema sanitario de Castilla y León «se ha reorganizado atendiendo a la complejidad de una emergencia de Salud Pública de semejante calado e intensidad».
Para su cuidado, los profesionales de Atención Primaria han atendido consultas presenciales en los centros de salud, telefónicas o presenciales, con una estadística que sitúa en dieciocho pacientes los asistidos por cada médico de familia en los momentos de mayor presión. La telemedicina ha recibido un importante impulso en ámbitos fundamentales, entre ellos la prestación farmacéutica.
El ámbito hospitalario ha sido quizá la parte «más visible» de toda esta reorganización y, por ejemplo, en urgencias se han puesto en marcha triajes para separar pacientes afectados y de otras patologías. Las UCI han cuadruplicado su capacidad inicial y se han destinado más de cinco mil camas a esta infección.
La consejera de Sanidad finalizó ayer su intervención con un repaso sobre las medidas y retos a los que enfrentarse una vez superada la actual situación pandémica. Unas líneas de actuación en las que se departamento trabaja y que se sustentan sobre la necesidad de disponer de centros hibernados para la atención sanitaria en caso de rebrote; la persistencia en la investigación clínica y epidemiológica; el desarrollo de fármacos y vacunas; la creación de almacenes de equipos de protección individual y otros equipamiento médico con capacidad para afrontar rebrotes, y la potenciación de la Atención Primaria como eje primordial para actuación y detección rápida. Así se mantendrán durante algún tiempo el hospital de la feria de Valladolid, la carpa organizada en Miranda o el Divino Valles en Burgos. «La anterior normalidad, al menos en el ámbito sanitario, no va, ni puede ser inmediata. Nuestro siguiente paso en volver a la fase primeral la de contención, donde detectar, aislar y trazar sean la clave. Todos nosotros, en los diferentes ámbitos de nuestra vida y profesionales, debemos tener claro de aquí en adelante, que vamos a tener que aprender a convivir con esta nueva realidad durante meses», destacó la consejera de Sanidad, Verónica Casado. El estudio de seroprevalencia para contar con una fotografía de la situación inmunológica del país también será fundamental y, desde luego, la investigación en tratamientos y vacunas.
Emergencias Sanitarias también «ha vivido una adaptación efectiva, reinventándose para aumentar su capacidad de atención ciudadana». Además ha gestionado acertadamente la toma de muestras y el transporte separado de los pacientes con coronavirus y ha sido responsable de la puesta en marcha y gestión del teléfono 900 222 000, un sistema que ha servido para «pulsar la realidad». Planes de humanización, atención psicológica, materiales informativos... también han acompañado cada paso del desarrollo de respuesta.
Diecisiete procuradores participaron ayer en la Comisión de Sanidad, algunos de forma telemática y todos los portavoces de manera presencial. No fue un debate al uso de grandes críticas y oratorias sarcásticas. Incluso hubo apoyos y, desde luego, buenas formas. No faltó tampoco desde estas filas el homenaje a los profesionales sanitarios fallecidos y, en particular, desde un muy emocionado Pedro Pascual, de Por Ávila, pero también médico de Emergencias que destacó que «nunca he querido ser héroe» y el miedo que veía en el trabajo del día a día porque «desde la muerte no se regresa» pero comprometió lealtad, como también los demás partidos.
La crítica más común, la de la respuesta a la crisis en las residencias. La de la altísima mortalidad, y mal contabilizada, de los casos entre los mayores. La consejera de Sanidad, Verónica Casado, compartía. Compartía mucho de tales valoraciones y defendió, además, que estas personas también son del sistema sanitario y que, ya en las últimas semanas, se han creado equipos Covid desde hospitales y Primaria para atenderlos. «No puede volver a ocurrir», hay que «plantearse seriamente» el modelo sociosanitario porque no «está bien planteado para dar respuesta y cuidar lo mejor posible a nuestros mayores. No pueden morirse en las residencias. Se lo debemos a nuestras personas mayores».
Respondía así a una argumentación general de la oposición. La más crítica a este respecto fue Inmaculada García, del PSOE. La procuradora criticó la «opacidad con la que se ha desarrollado la enfermedad en centros de mayores donde ha quedado evidencia de que el actual modelo sociosanitario, basado en la concertación de plazas públicas en centros privados, ha hecho aguas». De haber tenido «una red pública de centros de la tercera edad, continuó, se habría contado con información puntual, actuado antes e incrementado las medidas preventivas».
Reclamó asimismo que «no se vuelva a poner encima de la mesa un recorte porque los servicios públicos son la única fortaleza que nos protege frente a la enfermedad».
Desde el PP, Alejandro Vázquez reclamó evitar «experiencias populistas de desescalada» y desde Ciudadanos, Juan Pablo Izquierdo, cuestionó la falta de criterios técnicos para ello.
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