Cierran las ruinas del convento y el hospital de peregrinos de Castrojeriz hasta que se consoliden

Además, «de forma más inmediata», solicitaron que cierren la carretera bajo los arcos para evitar problemas como el ocurrido en noviembre de 2021, cuando cayó una piedra de los arcos que sobrevuela en la carretera entre Hornillos y Castrojeriz, sobre el techo de un autobús escolar que «quedó como un gran susto lo que pudo haber sido una auténtica tragedia», advirtió Ovidio Campo, presidente de la Fundación San Antón.

Campo quiso recordar que la fundación que él preside es sin ánimo de lucro y sin medios y que solamente dispone de los ingresos de los donativos que libremente dejan los peregrinos y visitantes. «Estos, a duras penas, alcanzan a mantener el albergue», apostilló.

«En los últimos cinco años nos hemos reunido con directores generales de la Junta de Castilla y León y con el presidente de la Diputación de Burgos a los que les hemos expuesto nuestra enorme preocupación por la situación de las ruinas y de la carretera», manifestó, al tiempo que señaló que «todos nos han dirigido buenas palabras y buenas intenciones, pero la realidad es que las piedras seguirán cayendo y no vemos una acción decidida para solucionar los problemas».

«Los vehículos siguen pasando bajo los arcos del siglo XIV, incluidos camiones circulando a altas velocidades, con el consiguiente peligro para los viajeros, peregrinos y la degradación del monumento. Las piedras siguen cayéndose poco a poco», lamentó.

El 7 de julio de 2002 abrieron las ruinas del convento de San Antón en Castrojeriz al público y a los peregrinos tras más de 200 años de olvido y expolio. Quedó abierto al público y a los peregrinos la encomienda mayor de la Orden de San Antón siguiendo el propósito fundacional de asistencia a peregrinos del Camino de Santiago, contando únicamente con los donativos y la labor desinteresada de hospitaleros voluntarios. Cada año pasan a visitar las ruinas más de 35.000 personas y acogen a más de un millar de peregrinos.

Campo recordó que «solo disponemos de 12 camas, ofreciéndoles cama, cena y desayuno sin coste alguno para los peregrinos» y que este año pernoctaron cerca de 1.500 peregrinos y estuvieron abiertos los 365 días del año. «Estamos hablando de uno de los monumentos y de los albergues para peregrinos más entrañables y significativos de todo el Camino francés, de Roncesvalles a Santiago de Compostela, declarado como Patrimonio de la Humanidad», resaltó. La Junta de Castilla y León aprobó fondos en 2007 para la consolidación de las ruinas, pero subrayó que «un monumento de esta índole requiere un mantenimiento periódico» y que «las ruinas, año tras año, se han ido deteriorando».