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El proceso de cierre de oficinas bancarias iniciado hace poco más de una década en España en general y Burgos en particular continúa. De hecho, lejos de revertir la tendencia, los últimos movimientos en el sector han provocado que durante este año se haya acelerado ... aún más dicha tendencia. Y es que, sólo entre enero y junio de este año, un total de 27 sucursales bancarias han echado el cierre en la provincia de Burgos, que ha visto desaparecer más de la mitad de las oficinas con las que contaba en 2008.
Por aquel entonces, los diferentes bancos y (todavía) cajas de ahorro contaban con una red de 550 sucursales repartidas por todo el territorio, aunque lógicamente con mayor presencia en los grandes núcleos de población. De acuerdo a los últimos registros, ese número ha descendido hasta las 252 oficinas. Vamos, que en apenas 13 años han echado el cierre casi 300 sucursales en la provincia.
El cierre de oficinas arrancó a raíz de la crisis financiera de 2008. Tras esa crisis, los procesos de fusión y absorción de diferentes entidades bancarias derivó, en muchos casos, en una duplicidad de la oferta, con oficinas del mismo grupo situadas a apenas unos metros de distancia, obligando a reestructurar el sector a pie de calle.
La situación se está repitiendo en los últimos meses, en los que se han producido varios movimientos de cierta envergadura en el sector, con la absorción de Bankia por parte de CaixaBank o la fusión de Unicaja y Liberbank. Esas dos operaciones han supuesto la salida de muchos trabajadores y el cierre de varias sucursales en Burgos en los últimos meses.
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Aythami Pérez Miguel
A mayores, el cambio de modelo de gestión que poco a poco está implantando el sector financiero en España, con un peso cada vez mayor de los trámites telemáticos, también está afectando de lleno a la red de sucursales.
Sea como fuere, la limitación del acceso presencial a servicios financieros es mucho más acuciante en el entorno rural que en los tres grandes núcleos urbanos de la provincia. En muchos casos, no es que no cuenten con oficina, es que ni siquiera tienen un cajero automático cerca. De hecho, tal y como refleja el último informe emitido al respecto por parte del Banco de España, sólo 60 de los 371 municipios que conforman la provincia de Burgos cuentan con cajero, por lo que el acceso a dinero en efectivo resulta muy complejo para casi el 15% de los burgaleses que residen en esos municipios.
Las dificultades se agraven en este sentido teniendo en cuenta que el acceso telemático a los servicios financieros se antoja a menudo harto complicado para los habitantes de muchas localidades debido a la escasa cobertura de internet o a la falta de conocimientos digitales por parte de los usuarios menos acostumbrados.
En este sentido, y ante la problemática que se presenta en el mundo rural, las administraciones públicas están buscando fórmulas para facilitar el acceso a dinero en efectivo en todo el territorio. De momento, tanto la Junta de Castilla y León como la Diputación de Burgos han puesto el problema sobre la mesa, pero aún no se ha diseñado un plan de actuación. La única alternativa comprometida hasta ahora es la instalación, por parte de Correos, de siete cajeros en las instalaciones que tiene repartidas la compañía postal en otros tantos municipios burgaleses.
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