El Burgos CF ratificó su ascenso en Almendralejo.
Anuario Burgos

El Burgos CF regresa a Segunda y la ciudad sufre un aguacero

Así fue el mes de mayo de 2021 en Burgos ·

El equipo vuelve al fútbol profesional y consigue el ascenso a más de 500 kilómetros de distancia de El Plantío. El mes acabó con más de 150 incidencias en la capital por las lluvias

Sábado, 1 de enero 2022, 09:03

Es obvio que no todos los burgaleses siguen el fútbol ni son fieles seguidores de la trayectoria del Burgos CF, el equipo de fútbol de la ciudad que juega, ahora ya, en Segunda División. Aunque no todos los burgaleses sigan al Burgos CF es difícil ... que pasara desapercibido en el mes de mayo el ascenso del equipo a Segunda División. El fútbol le debía una al Burgos después de acumular veinte años de sufrimiento. Dos décadas en las que el cuadro blanquinegro tuvo que navegar en el pozo de la Segunda B y lidiar con un descenso administrativo, tres play ofss infructuosos, dos caídas el infierno de la Tercera División y un play out agónico.

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El Burgos CF se las cobró de golpe el domingo 23 de mayo cuando ganó 1-0 al Bilbao Athletic en Almendralejo. A 550 kilómetros de El Plantío, en el Francisco de la Hera de Almendralejo, un escenario que forma ya parte de la historia blanquinegra. El equipo debía lograr el ascenso. Con esa mentalidad saltaron al césped del Francisco de la Hera los hombres de Calero. Todos con una sola idea en la cabeza: ganar. Apunten sus nombres, porque este once inicial ya es historia del Burgos CF: Marcelo Barovero, Álvaro Rodríguez, Aitor Córdoba, Míchel Zabaco, Raúl Navarro, Unai Elgezabal, Eneko Undabarrena, Miki Muñoz 'Mumo', Saúl Berjón, Guilermo Fernández y Juanma García.

La afición blanquinegra tomó este pueblo de la provincia de Badajoz desde primera hora. Ese fue el 'primer gol'. Con la afición entregada en la celebración a cientos de kilómetros, en Burgos no iba a ser diferente.

La fuente de los Delfines fue el epicentro de la celebración. El equipo y más de 2.000 aficionados celebraban el ascenso a Segunda en Almendralejo, mientras, el resto de la afición lo hacía en Burgos. Lejos, pero unidos en el sentimiento, con la alegría contenida tras un partido que tuvo su parte de sufrimiento. Al día siguiente había que trabajar, ir a clase, pero la ocasión lo merecía. Así lo demostraron miles de burgaleses. Banderas, camisetas y bufandas. Ataviados de blanquinegros los hijos del frío, los hinchas del Arlanzón superaban el millar en este icónico escenario de celebraciones burgalesas.

La noche se cerró sin incidentes reseñables. La celebración del ascenso del Burgos CF a Segunda se desarrolló dentro de la normalidad, con mucha alegría en la fuente de los Delfines y los entornos de la plaza de España, pero sin que se registraran problemas que obligaran a los cuerpos de seguridad a tener que intervenir más allá de los operativos policiales previstas para una jornada festiva esperada. El único hecho destacable fue la incautación, a uno de los asistentes, de unos petardos que eran de un tamaño considerable.

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La ciudad recibió al día siguiente a la plantilla con alegría y emoción contenida. El club organizó un gran acto en el El Plantío. Un acto emotivo de agradecimiento mutuo, entre la plantilla y la afición. En cambio, en la recepción oficial se dejaron caer mensajes indirectos. El principal destinatario fue el actual presidente del club, Franco Caselli, que empezó a asimilar las palabras en el acto institucional de celebración por el ascenso. Fue una fiesta, la ocasión lo merecía. Pero también fue algo más. Y en ese algo más lo que pretendía la afición y hasta el alcalde, Daniel de la Rosa, es que no se desmoronara otro hito en la historia deportiva de la ciudad.

Peligra el ascenso

Los impagos a la plantilla hacen peligrar la Segunda

Después de la alegría se conoció que los impagos a la plantilla hacían peligrar el ascenso del Burgos CF. Los jugadores formalizaron la denuncia al club ante la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE). Las aguas bajaban revueltas a orillas del Arlanzón. El 30 de mayo se conocía que la plantilla había denunciado, hacia unas semanas, los impagos que acumulaban desde hacía meses y exigían una solución inmediata al conflicto. La carta de disconformidad y aviso pasó a ser una denuncia formal por impagos. La plantilla presentó una denuncia ante la AFE tras no recibir el abono de las nóminas de los últimos meses ni de las primas por los dos ascensos.

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Esta situación era confirmada por los antiguos máximos accionistas del Burgos CF. Aquellos que tuvieron que salir al rescato del club el 10 de mayo. Lo hicieron tras ejecutar la pignoración de la mayoría de las acciones que tenía en su poder la familia Caselli. El momento era complicado, esta deuda con los jugadores podría terminar con el descenso administrativo del Burgos CF si no se efectuaban esos pagos.

Los antiguos máximos accionistas del Burgos CF recuperaron el 10 de mayo el control del club tras ejecutar la pignoración de la mayoría de las acciones que tenía en su poder la familia Caselli con el objetivo de dar al club la estabilidad necesaria en el momento clave de la temporada.

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Según confirmaron fuentes internas a BURGOSconecta, la operación, de la que se venía hablando ya desde hacía un tiempo, se ejecutó finalmente el 10 de mayo al entender que estaba en juego la supervivencia del club, que arrastraba impagos a jugadores, cuerpo técnico, trabajadores, proveedores y exjugadores.

La crisis venía desde tiempo atrás. A finales del 2020 los antiguos máximos accionistas del club (Miguel Ángel Benavente, Nacho San Millán, Julián Alonso y Rodrigo Santidrián, acompañados del abogado David García Garrote y del empresario y expresidente del club Jesús Martínez Nogal) comenzaron a inyectar liquidez a la entidad para garantizar los pagos. A cambio, los Caselli acordaron la pignoración de las acciones en su poder. Así, si no se devolvía el dinero en un plazo concreto, los antiguos propietarios podrían recuperar el control de las acciones.

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Intenso aguacero

Más de 200 llamadas de emergencia y 150 incidencias

Burgos se acercaba al final de mayo y el mes guardaba una sorpresa desagradable. La tormenta del viernes 28 de mayo se saldó con 200 llamadas a los servicios de emergencias y más de 150 incidencias en la ciudad de Burgos. El aguacero sorprendía a los burgaleses a primera hora de la tarde y la mayoría de las alertas se produjeron entre las 16:00 y las 16:45 horas, tiempo durante el que no dejó de llover.

Las zonas más afectadas fueron la sur y la oeste de la ciudad, donde la mayoría de los avisos fueron a causa de inundaciones en la calzada, en garajes, locales y sótanos. Pero los bomberos también auxiliaron a algunos conductores que no podían salir de sus vehículos ni tampoco proseguir la marcha debido al agua embalsada.

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En los barrios de Fuentecillas y San Pedro y San Felices los sumideros no podían filtrar toda la lluvia que cayó en tan breve periodo de tiempo y el agua salía incluso de las alcantarillas.

Precisamente en San Pedro y San Felices un tramo de la calzada permaneció cortado tras levantarse a causa del agua. La tormenta dejó imágenes de auténticas riadas por toda la capital y balsas de agua en la calle por donde se hacía imposible transitar.

Los bomberos movilizaron siete equipos por toda la ciudad. A pesar del caos inicial, sobre las 22:00 horas del viernes la mayoría de las calles estaban ya despejadas, pero los profesionales continuaban evacuando el agua acumulada en garajes, locales, sótanos y ascensores. Afortunadamente, no hubo que lamentar daños personales, pese a los innumerables daños materiales.

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La tormenta también produjo desperfectos en diferentes edificios de la Universidad de Burgos, lo que provocó las quejas de los estudiantes. Aseguraban, además, que no era la primera vez que sufrían los deterioros de las instalaciones de la UBU.

Los daños más graves se sufrieron en la biblioteca de Económicas de la UBU, que quedó completamente anegada por el agua, por lo que hubo que cerrarla temporalmente hasta que se repararon los desperfectos.

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Cambios centrales

Burgos estrena Las Llanas; la Catedral, inscripción

La Llana de Afuera y la Llana de Adentro estrenaron imagen en el mes de mayo. Una remodelación a la altura de lo que se esperaba de los entornos de un bien Patrimonio de la Humanidad como es la Catedral de Burgos. El proyecto se estrenó con un fleco pendiente, la medianera frente a la capilla de los Condestables, pero esto no impedía disfrutar ya de las nuevas Llanas.

Las negociaciones con Icomos fueron duras, lo que obligó a modificar algunos aspectos del proyecto. Lo que más llamó la atención de los burgaleses y visitantes fue el pavimento, una reinterpretación del canto rodado tradicional, pero más cómodo y de fácil mantenimiento.

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En mayo todavía no se veía, pero fue en este mes cuando la Dirección General de Patrimonio de la Junta de Castilla y León dio el visto bueno al diseño encargado para hacer desaparecer la inscripción de 'José Antonio Primo de Rivera' de la pared de la Catedral y cumplir así con la Ley de Memoria Histórica.

El presupuesto para hacer desaparecer la inscripción en honor de uno de los fundadores de la Falange fue de 19.000 euros, incluido el diseño y la ejecución de las obras. Así, antes de que se conmemorase la fecha clave del centenario, la inscripción del lateral de la puerta del Sarmental, había desaparecido bajo una composición de letras con el texto 'Catedral de Santa María', que será permanente.

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Fin del estado de alarma

La provincia llega con cifras covid altas y pesimisitas

En la noche del sábado 8 de mayo al domingo 9 cayó el estado de alarma y con ello buena parte de las restricciones impuestas para contener la pandemia. Pero Burgos encaró este momento con cifras que no invitaban al optimismo. La incidencia acumulada continuaba en ascenso en la provincia, lo que situaba al territorio burgalés a la cabeza de la región.

Las medidas severas cayeron. Esa primera noche no se produjeron graves incidentes, algunas llamadas por ruidos. Se anuló el toque de queda, el cierre perimetral, la limitación de reuniones y el horario de los establecimientos de hostelería se ampliaba hasta la medianoche. Eso sí, la Junta podía restringir los aforos en función del nivel de riesgo. El interior de la hostelería de Burgos, Miranda de Ebro y Medina de Pomar no se abrió hasta el viernes 21 de mayo, después de estar cerrada desde abril.

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