
El presidente de Aguas de Burgos, Fernando Martínez Acitores, desvincula el episodio de mortandad de peces en el bajo Arlanzón a cualquier incidente en la Estación Depuradora de Burgos (EDAR); así lo manifestó el pasado 2 de octubre en la reunión de la Coordinadora en Defensa del Río.
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Según el testimonio de la Coordinadora, Acitores les confesó que «desde el punto de vista técnico» en las instalaciones «no ha habido ningún descontrol». Y que, en esas fechas, «se hizo un informe interno y una inspección y todo estaba bien».
Desde la Coordinadora explican que cuando se construyó la EDAR se dieron algunos problemas en que se prologaron durante «unos cuantos años» y se lamenta que «se haya tardado tanto en ampliar una depuradora que se diseñó mal con numerosos defectos de funcionamiento».
Explicó en la reunión el edil de Burgos que, en 2012, se amplió la EDAR y que su intención «es mejorar continuamente las instalaciones». Acitores explicó que el plan quinquenal de inversiones que contempla «54 millones de euros de inversión» una parte irá a la planta.
Y dio cuenta de que están empezando con el desarrollo de modelos hidráulicos nuevos; en este sentido, «se construirá un tanque de tormentas para el control de la red de saneamiento en los vertidos».
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A esa cita acudieron los representantes municipales de la cuenca baja: Estepar, Celada de Muño, Villaldemiro, Villaquirán de los Infantes, Cavia, Palazuelos de Muño o Belbimbre; también hubo vecinos de los pueblos. Y estuvieron presentes, el gerente de Aguas de Burgos, Antonio García Pastrana, el presidente de la compañía, Fernando Martínez Acitores y el concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Burgos, Carlos Niño.
Todos coincidieron en que a esta cita debería haber acudido algún representante de la Confederación Hidrográfica de Duero (CHD). Tanto el alcalde de Pampliega, Rodrigo Lafont, como el presidente de la Coordinadora, Vicente Alonso, recordaron episodios anteriores, como el que ocurrió hace 30 años «y los pasos que se dieron para la defensa del desastre ocurrido en aquella época», precisan.
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Ahora hay más conciencia ecológica, «pero estamos notando que el río baja mal», confiesan. Los lodos con el calor acaban con el oxígeno del río, y reclaman «soluciones, ya que no vamos a pasar otro verano así», subraya.
Los alcaldes de los pueblos de la cuenca baja ratificaron por completo esas declaraciones: «Necesitamos una Coordinadora unida para que no vuelva a ocurrir«, indicaban.
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