Agés, el pueblo burgalés que avanza hacia una comunidad energética local

Desde un paradisiaco punto de la provincia de Burgos, con jardines cuidados y vecinos que se preocupan por la estética de sus viviendas para que contribuyan a una imagen común, desde allí se quiere lanzar el proyecto para ser escaparate y ejemplo de un avance hacia un nuevo modelo energético del medio rural.

Para encontrar el germen de la comunidad energética local que se quiere desarrollar en Agés hay que remontarse unos dos años. Jorge Martín, alcalde de Agés, pedanía de Arlanzón, reconoce que surgió la idea porque «ahora es posible. Se creó un marco legal que permitía este tipo de actuaciones. Hay subvenciones y, cada vez, más ayudas. Nos parecía interesante el modelo en el que generas energía localmente para ser usada localmente. Además de los beneficios para el medio ambiente al proceder de una fuente de energía renovable».

Martín y su equipo llegaron a la Alcaldía con unos objetivos ligados a actuaciones sostenibles y la rama energética les pareció muy interesante de abordar. Por ello, se han instalado placas solares en el albergue municipal. Una vez que la ordenanza municipal esté aprobada, entrarán en funcionamiento.

Las placas servirán para generar electricidad. «No estamos hablando de tener competencia en materia energética. Se trata de tenerla sobre un bien patrimonial que, en este caso, son las placas solares, como puede ser la leña, los pastos comunes o las setas», así explica Jorge Martín su enfoque.

«Es inminente que se pongan en marcha», asegura el regidor pedáneo, «aunque sea frustrante todo el trámite», lamenta. Reconoce que están «apasionados con el proyecto y el futuro» porque entienden que es beneficioso para el medio ambiente y para los vecinos. «Hemos tenido mucho asesoramiento y estamos seguros de lo que estamos haciendo», añade Jorge Martín.

En cuanto entren en funcionamiento las placas el modelo se basa en que la Junta Vecinal posee en un bien patrimonial, que son las placas solares, y los vecinos alquilarán una superficie de la placa. La Junta Vecinal hace un cálculo de cuánto puede necesitar un vecino en base a su consumo. «No vendemos la energía directamente. Los vecinos alquilan una parte de la placa que sea suficiente para su consumo de energía», explica Martín.

«A nivel técnico no hay que cambiar nada, las casas siguen conectadas a la red y estas placas están dentro de la red también, porque la energía de más que generen estas placas se vende a la red. Todavía no tenemos baterías para almacenar la energía porque eso encarecería el proyecto ahora mismo. Por ejemplo, para el alumbrado público necesitaremos energía de la red porque las placas sin sol no funcionan, pero aún así tenemos ahorro al haber vendido energía a la red. Es cierto que la compran más barata que el precio al que luego la venden, pero ya hemos sacado algo», explica el regidor.

La ordenanza está a falta de un trámite burocrático, pero las placas solares llevan instaladas desde diciembre de 2021. «A nivel legal y burocrático es una carrera de obstáculos. Es muy complicado y hay poca voluntad», reconoce. Agés aún tiene que superar alguna barrera para ver cómo echa a andar su pequeña comunidad energética.

Este pueblo burgalés es el primero de la provincia y de los primeros de Castilla y León en intentar instaurar este modelo. «Por eso entendemos que para la administración es más complicado el trámite frente a lo que ya conocen», reconoce el alcalde.

Los beneficios de la energía solar son conocidos, pero «con esta comunidad energética los vecinos pueden ver cómo esa instalación que está ahí repercute en su bolsillo», explica el regidor. Además, lo recaudado con el alquiler de las placas es un beneficio para la Junta Vecinal.

El equipo de Gobierno de Agés se ha encargado de explicar a los vecinos el funcionamiento de este modelo. Algunos lo han recibido «muy bien», reconoce Jorge Martín, «se ha conformado también un grupo de trabajo, pero hay también mucha incredulidad, mucha desconfianza porque sienten que esto es demasiado bueno para ser real. Lo entendemos porque es nuevo y no se ha visto nunca».

Se ha explicado a los vecinos que con las placas generarán su propia energía, que la regularán mediante una ordenanza y se establecerá cuánto se va a cobrar por ella. «Dejando a un lado las consideraciones ambientales, los vecinos que se unan verán un ahorro en sus facturas», señala. «Aunque hay que explicar que esto no va a cubrir todas sus necesidades. Hay que repartirlo, y se ha acordado que el 40 por ciento es para los negocios y el 60 por ciento de la energía generada para los vecinos. Dentro de los vecinos que se adhieran al modelo, tendrán prioridad de alquiler los empadronados», añade el regidor.