Borrar
Las diez noticias imprescindibles de Burgos este martes 21 de enero
Hoy en día son visibles numerosos restos del complejo defensivo.

Ver fotos

Hoy en día son visibles numerosos restos del complejo defensivo. GIT
Rutas por Burgos

Santa Engracia: paseando entre historia y naturaleza

Las ruinas de la fortaleza de Santa Engracia, en Pancorbo, son un destino ideal para familias y senderistas

Jueves, 15 de julio 2021, 08:25

El desfiladero de Pancorbo, paso obligado durante siglos entre la meseta castellana y la llanada alavesa, se erige como un lugar ideal para establecer un sistema defensivo. Y es que, cualquiera que quiera atravesar la zona, debe hacerlo siguiendo el curso del río Oroncillo, quedando ... a merced de cualquier ataque lanzado desde los farallones que circundan el desfiladero. Así lo entendieron nuestros antiguos y así lo corroboró el ministro de la Guerra, que en 1793 ordenó levantar en el sector occidental del desfiladero el fuerte de Santa Engracia, un lugar ideal para visitar con la familia y disfrutar al mismo tiempo de la naturaleza y la historia.

Ya el propio desfiladero de Pancorbo es un reclamo en sí mismo. La belleza del entorno es innegable y son numerosas las rutas que recorren la zona, algunas de las cuales tienen las ruinas de la fortaleza como destino.

Quizá, la más accesible de todas ellas, pero no por ello la menos espectacular, nace del mismo núcleo urbano de Pancorbo, enfilando un camino asfaltado que parte rumbo noreste salvando un desnivel por momentos muy importante. Tras dejar a un lado un mirador con fantásticas vistas, tanto del desfiladero como del valle de Miranda, el trazado continúa en dirección norte hasta que acaba el camino asfaltado y comienza un sendero que accede directamente a la fortaleza. También se puede alcanzar ese punto ascendiendo de manera directa desde el pueblo, pero en este caso, el camino es mucho más empinado y exigente.

Noticia Relacionada

En todo caso, una vez arriba se nos desvela el gran secreto. Allí, bailando con la caprichosa orografía del terreno, se alzan las ruinas de una fortaleza con mayúsculas, dotada en su día de todo lo necesario para defender la plaza en tiempos de guerra. Unas ruinas que a lo largo de las últimas décadas han sido consolidadas y puestas en valor, con la creación de senderos y la instalación de numerosos paneles informativos que permiten al viajero hacerse una idea de la imagen que ofrecía el complejo.

Fuerte con historia

Y es que, lo que hoy se puede ver no es sino una pequeña sombra de lo que fue en su día la fortaleza, uno de los grandes bastiones defensivos del norte peninsular en los siglos XVIII y XVIII.

Su existencia se remonta a principios de la década de 1790. En aquel momento, España miraba de reojo a Francia, envuelta como estaba en un proceso revolucionario que amenazaba con propagar su mecha por toda Europa. Ese temor hizo que el Ministerio de Guerra ordenara en 1793 la construcción de una fortaleza en Pancorbo, situada frente al antiguo castillo Santa María. Un año después arrancaron unas obras tan ambiciosas como complejas que se prolongaron durante tres años, dando como resultado una plaza fuerte. Muy fuerte.

No en vano, el complejo contaba con todo lo necesario para aguantar un asedio durante meses: polvorín, cocina, establos, aljibes, almacenes y una innumerable lista de instalaciones proyectadas para acoger hasta 3.575 personas en su interior.

No obstante, poco tardó la fortaleza en caer en manos enemigas. Y es que, el 10 de marzo de 1808, el ejército de Napoleón, comandado por el mariscal Moncey, tomaba el complejo por la fuerza en el contexto de la Guerra de la Independencia. El fuerte permaneció en manos francesas hasta la victoria española en la batalla de Vitoria. Aprovechando que Santa Engracia había quedado aislada del resto de tropas francesas, el duque de Wellington y el general O'Donell lideraron el Sitio de Pancorbo y el ejército español consiguió recuperar la plaza el 30 de junio de 1813.

Siete años después, el Gobierno decidió reparar la fortaleza tras el paso del ejército francés, pero los Cien Mil Hijos de San Luis, con el mariscal Moncey de nuevo a la cabeza de las tropas, la arrasaron el 23 de abril de 1823. Ese fue el final del complejo tal y como se planificó.

Paseo entre las ruinas

Cierto es que a partir de entonces, el fuerte de Santa Engracia ha sido utilizado de manera puntual en otras vicisitudes, incluido el desarrollo del telégrafo óptico en Castilla, pero el abandono de su función defensiva lo condenó a la ruina. Hoy, sin embargo, aún quedan las huellas de los numerosos frentes, baterías, murallas, caminos y edificios, entre los que el viajero puede pasear respirando historia. Y todo ello, por cierto, con unas vistas inmejorables del desfiladero de Pancorbo y La Bureba. Un lugar, en todo caso, digno de visitar.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

burgosconecta Santa Engracia: paseando entre historia y naturaleza