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Kieran Culkin en 'Succession'. RC
Crítica del episodio 4x09 de 'Succession': los mercaderes del templo

Crítica del episodio 4x09 de 'Succession': los mercaderes del templo

Han tenido que pasar seis capítulos para que se diera sepultura a Logan Roy pero ya descansa en paz, en una paz que solo ha encontrado después de muerto

Martes, 23 de mayo 2023, 10:22

Y, al fin, lo enterraron. Han tenido que pasar seis episodios para que se diera sepultura a Logan Roy, pero ya descansa en paz, en una paz que solo ha encontrado después de muerto y que ha desencadenado la guerra final y definitiva entre ... los miembros de su familia. Ahí están, en la iglesia, que nada les gusta más a los guionistas que confinar a los Roy en un espacio cerrado y tenerlos yendo de un corrillo a otro entretejiendo alianzas, maquinando estrategias, exigiendo lealtades, apuñalando enemigos. Y un funeral es el lugar perfecto para ello porque, como dice Kendall, «todo el templo está lleno de putos mercaderes».

Al inicio de este noveno episodio, acertadamente titulado 'Iglesia y Estado' y que, como viene siendo habitual en los últimos capítulos, es un poco más largo (el décimo y último durará hora y media), vemos cómo el ambiente en las calles está revuelto tras la victoria electoral de Mencken, a pesar de que queda por delante un largo proceso judicial para que pueda ser confirmado en el cargo. Mientras, los hermanos toman posiciones antes de llegar al funeral: Roman, confiado y enérgico, repasa su discurso decidido a que su intervención en el entierro lo encumbre definitivamente a la cúspide de GoJo; Shiv maquina con Matsson para que Mencken no anule la compra de la empresa; Kendall está dispuesto a quitarle la custodia de sus hijos a su mujer porque esta, alarmada ante los incidentes callejeros, decide no ir a despedir al patriarca. Pero todos sabemos que su verdadera y auténtica intención es alejar a los niños de esta familia tóxica.

Los tres hermanos se reúnen para ir al funeral compartiendo coche. Shiv les anuncia que está embarazada, y lo que para cualquier otra familia sería una noticia feliz, aquí es un motivo más para que Kendall apenas muestre algo de empatía y Roman haga bromas infectas, con ese humor soez y negro con el que intenta enfrentarse al mundo.

Un funeral no solo es un lugar perfecto para mostrar el carácter de los personajes, sino también para propiciar un reencuentro. Por eso, los guionistas hacen coincidir a todas las ex esposas y amantes de Logan. Y por eso reaparece Ewan, el hermano mayor de Logan y, aunque intentan evitarlo, da un discurso incendiario que comienza con «¿Qué clase de gente intenta impedir que un hermano hable por proteger el precio de sus acciones?». Los Roy, claro. Y es en esa elegía en la que conocemos la resolución de un pequeño misterio del que se ha hablado en varios capítulos de la serie: qué había ocurrido con Rose, la hermana pequeña de Logan que falleció siendo un bebé y con cuya foto Logan quería que lo enterraran. La criatura murió de polio, y Logan estaba convencido de que se lo había transmitido él, algo que había llevado con un peso insoportable. Pero, tras humanizar a la bestia contando ese hecho del pasado, Ewan regresa a las andadas y dibuja a un tipo egoísta, malvado, oscuro, siniestro, mezquino.

Roman se queda destrozado tras el discurso de su tío. Su confianza se viene abajo, se deshincha; ve su padre dentro del ataúd y acaba desmoronándose. Sigue siendo un niño pequeño, y aquí no hay ninguna capa de humor negro ni soez que le ayude a protegerse del mundo. Es incapaz de hablar, de contrarrestar el efecto de las palabras de Ewan, y esa muestra de debilidad sabe que lo aleja, definitivamente, de convertirse en el CEO de GoJo, entre otras cosas porque, a pesar de que sus hermanos lo arropan, sabe que aprovecharán esa circunstancia como una ventaja. Y así lo hacen: Kendall toma las tiendas de la situación y pronuncia una magnífica elegía. Acaba de darle la vuelta al marcador. Shiv, por su parte, habla de lo duro que era ser hija de Logan Roy.

Justin Kirk interpreta a Mencken en 'Succession'. RC

Tom no ha llegado a tiempo en la iglesia. Permanece en la ATM, ya que no paran de sucederse noticias sobre las revueltas, y solo aparece en el ágape posterior que se realiza tras dar sepultura a Logan en un mausoleo. En dicho ágape se reanudan las estrategias: Connor, Ken, Greg y Kendall rodean a Mencken, cada uno intentando llevarse su parte del pastel, pero es Shiv la que, de la mano de Matsson, rescata a Mencken y le propone la posibilidad de nombrar a un consejero delegado norteamericano para hacer factible la compra de la empresa por parte de Matsson. Como no podía ser de otra manera, ella es la que se propugna para el cargo. Kendall y Roman lo sospechan, y acuerdan recurrir al consejo de administración para actuar directamente contra Shiv.

Entretanto, otro despliegue de interpretaciones magníficas a través de silencios escalofriantes, ojos húmedos, emociones más o menos contenidas y diálogos lacerantes, como la conversación entre Shiv y su madre, entre Shiv y Tom o entre Kendall y Hugo: «Serás mi perro, solo que las sobras de la mesa serán millones». «Guau, guau», responde Hugo.

Aún queda la traca final: Roman, incapaz de soportar que Kendall le eche en cara su actuación durante el funeral y el hecho de que no haya ha sido capaz de cerrar su trato con Mencken, sale a la calle, que está cortada por los manifestantes. Los insulta desde el otro lado de una valla que lo separa de aquellos a los que tanto desprecia, salta la valla, se mete en el tumulto, se enfrenta con ellos, sigue insultándolos. En el fondo, quiere ser castigado por sus errores. Veremos quién castiga a quién, quién echa a los (otros) mercaderes del templo y consigue sentarse en el trono de San Pedro. O de Logan Roy.

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