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La primera y más respetable de las artes es la agricultura», decía Rousseau. Pero parece que algunos agricultores no consideran igual de respetable el arte del cine, ya que, aunque desactivada la tractorada, ha habido lío fuera. Por otro lado, hubiera tenido su aquel que ... Ana Belén llegara subida a un tractor. Mira, como hacen en el Festival de Cans (el de Pontevedra, no el de Francia).
Las primeras estrellas comienzan a pisar la alfombra roja. Esperábamos que los complementos más usados de la noche fueran los paipáis repartidos por CIMA, la Asociación de Mujeres Cineastas, con el lema 'Se acabó' para concienciar sobre las situaciones de abuso de poder y violencia sexual que se producen en este negocio, pero no. Poca reivindicación y poco riesgo en el vestir. Por no arriesgar no arriesga ni Sara Sálamo, que este año sí hay ido maquillada a los Goya.
Si el año pasado el ganador absoluto de la noche fue el negro, este año lo es el rojo: Belén Rueda con escote de corazón afilado; Rigoberta Bandini, Janet Novas e Inma Cuesta apuestan todo a ese color. La mejor, sin duda, Malena Alterio con un Caprile sencillísimo, limpio, espectacular. También hay algo en nude, como Manuela Vellés, maravillosa. Y, en blanco, María Vázquez presumiendo de terruño con un precioso vestido de una firma gallega de novias y los zapatos, a modo de zuecos, hechos especialmente para ella. Y Penélope Cruz, enchanelada viva pero bien, no como los looks aburridos que le hemos visto estos días en la promoción de 'Ferrari'.
Decepción con Ana Belén: fiel a Jesús Del Pozo durante años, y después a Josep Font, que estuvo al frente de la casa y del que iba maravillosamente vestida al recoger el Goya de Honor en 2017, esta noche ha apostado por un diseño de Redondo Brand. Y no, no es el mejor vestido. También decepciona Sigourney Weaver, de verde, igual que en la rueda de prensa (quien con verde se atreve, por guapa se tiene). Pero si el viernes estaba imperial con un traje de chaqueta, este sábado ha fallado al elegir la propuesta de Thom Browne, el diseñador americano que marcó la silueta masculina de una época. Eso sí, la madrileña tiene 72 y la neoyorquina 74, y son luminosas, magnéticas. No han hecho un pacto con el diablo, sino varios.
Habrá que esperar a que aparezcan Anna Castillo con un Sybilla de hilo invisible y Elena Anaya con un Armani Privé negro para quedarnos con la boca abierta. También nos quedamos con la boca abierta, pero para mal, con Cayetana Guillén Cuervo, la Spiderman femenina. Y con Elena Furiase, que parece que ha rescatado un vestido de una actuación de su madre en el Florida Park. Y su prima Alba Flores, raruna en mal. Y con Carolina Yuste. En fin.
Arriesgan los chicos, mucho más. Arriesga Alejando Marín, el director de 'Te estoy amando locamente' de azul de Álvaro Calafat. Arriesgan los chicos de la peli, Omar Banana y La Dani, que cuando fue a recoger el pantalón de la tintorería y le dijo a la señora que era para los Goya, flipó la buena mujer. Arriesga Enric Auquer en burdeos de C. Tangana, y hasta Bisbal en un aguamarina. Eso sí, que no le pregunten por Chenoa. Ahí sí que no se la juega.
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