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Barcelona
Jueves, 4 de octubre 2018, 00:03
El presidente de la Generalitat, Quim Torra, ha reafirmado en un tuit su ultimátum de un mes al gobierno de Sánchez para que proponga un referéndum de autodeterminación.
En su cuenta de Twitter, Torra respondió a última hora de la noche de ... ayer a la negativa de La Moncloa de mantener una reunión entre ambos gobiernos al considerar que ahora «no es el mejor momento».
«Ok. Nosotros mantendremos siempre las puertas abiertas a la negociación con España y a la mediación internacional. Pero, como dije ayer (por el martes día 2), el independentismo dejará de dar al presidente Sánchez cualquier tipo de estabilidad en el Congreso a partir de noviembre», ha escrito Torra.
Ok. Nosaltres mantindrem sempre les portes obertes a la negociació amb Espanya i a la mediació internacional. Però, com vaig dir ahir, l’independentisme deixarà de donar al president Sánchez cap mena d'estabilitat al Congrés a partir de novembre. https://t.co/T0jfyUmnW7
— Quim Torra i Pla (@QuimTorraiPla) 3 de octubre de 2018
El ultimátum que Torra lanzó a Sánchez el pasado día 2 fue rechazado ese mismo día por el Gobierno y causó malestar entre las filas independentistas, ya que tanto ERC como muchos de los diputados de JxCat aseguraron desconocer la intención del presidente de la Generalitat.
Si bien Torra fue taxativo al lanzar ese ultimátum, ayer ambos grupos independentistas acordaron una propuesta de resolución durante la primera jornada del Debate de Política General del Parlament, en la que instaron al diálogo «bilateral» entre los presidentes catalán y español, «basándose en el derecho a la autodeterminación», pero sin ultimátums ni límites temporales.
Horas después de la celebración de esa jornada en el Parlament, Quim Torra lanzaba su nuevo ultimátum.
Al margen del PP, que fue la única formación que pidió la dimisión de Quim Torra, la CUP fue el grupo más duro con el presidente de la Generalitat, al que volvió a sacar una tarjeta roja.
Torra tendió la mano a la izquierda radical (también a los comunes, pues los necesita para aprobar los presupuestos y tener una cierta estabilidad parlamentaria) pero ambos le dieron calabazas. La CUP incluso vertió una amenaza, en la línea con lo que pasó el lunes pasado en la manifestación de recuerdo del 1-O, que acabó en intento de asalto a la Cámara catalana. «Este pueblo ganará la independencia con ustedes o contra ustedes. Saltará la barrera hacia la república y hoy ustedes son la barrera», espetó Carles Riera al presidente de la Generalitat, defensor de los CDR y los radicales, pero que empiezan a volverle la cara.
La CUP ya no tiene la fuerza parlamentaria de la pasada legislatura cuando tenía diez diputados. Ahora tiene con cuatro, que siguen siendo decisivos, pero ya no tanto. Donde los anticapitalistas son más influyentes es entre los movimientos sociales y los CDR, los que aprietan a Torra para que mantenga la vía de la desobediencia del mandato anterior. «No sea un obstáculo y obedezca al pueblo», haga ya efectivo el mandato del 1-O, afirmó el diputado anticapitalista. Torra amaga con no aceptar la sentencia del juicio del 1-O, pero hasta la fecha no ha concretado sus planes en caso de condena. La CUP le avisó que puede llegar el día en que «el pueblo le pida que abra las cárceles».
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