Paula De las Heras y Cristian reino
Madrid | Barcelona
Miércoles, 19 de febrero 2020, 11:33
Ni siquiera está resultando sencillo llegar a un acuerdo sobre la fecha en la que ha de mantenerse la primera reunión de la mesa de diálogo entre el Gobierno y la Generalitat. El gabinete del presidente catalán estalló este miércoles contra la Moncloa después de ... que esta hiciera pública su propuesta: el próximo lunes, 24 de febrero, en Madrid. En un comunicado muy crítico, la oficina de Quim Torra echó en cara al equipo de Pedro Sánchez que se tirara a la piscina sin siquiera tener en cuenta la agenda de la contraparte y le reprochó que se hagan anuncios de ese tipo «unilateralmente».
Publicidad
En el mismo texto, la Generalitat argumentó también que en el encuentro que mantuvieron el pasado 6 de febrero en Barcelona, Sánchez y Torra hablaron de reunir antes de nada a sus equipos «técnicos» para decidir no solo la fecha sino también el lugar de la primera cita y su orden del día. Es cierto que esa reunión no ha llegado a producirse, en parte porque Junts per Catalunya insiste en que quiere un mediador para la mesa y el Ejecutivo lo rechaza. Pero el tercero en discordia, Esquerra Republicana de Catalunya, no habría perdonado al Ejecutivo que no moviera ficha para evitar que se siga posponiendo la negociación 'sine die'.
Los republicanos creen que Torra, Carles Puigdemont y Junts per Catalunya no tienen verdadero interés en que la mesa que ellos pactaron a cambio de la investidura prospere y que la harán saltar por los aires a las primeras de cambio para después convocar elecciones en Cataluña y presentarlos ante el mundo independentista como traidores o, en el mejor de los casos, ingenuos, que se dejaron engañar por el PSOE de Sánchez.
Más información
Miguel Ángel Alfonso
Eso explica la distinta reacción de cada uno de los partidos al paso dado desde la Moncloa. El portavoz de Esquerra en el Congreso, Gabriel Rufián, lo aplaudió. «Entendemos que, más allá de los detalles o de los flecos que puedan quedar y que podrán concretar los gabinetes de ambos gobiernos, es una buena noticia que la mesa se reúna cuanto antes». Fuentes de la formación admiten, no en vano, que en los últimos días ha habido contactos entre Rufián y la portavoz socialista, Adriana Lastra, para «facilitar» que se fijara una fecha.
La representante de JxCat en la Cámara baja Laura Borràs, sin embargo, acusó al Gobierno de desatender la mínima «cortesía» e ironizó con que lo ocurrido demuestra que quizá el mediador sea necesario incluso para algo tan simple como acordar día, lugar y temas a tratar. Aun así, la dirigente neoconvergente no cerró la puerta a que efectivamente el lunes pueda haber reunión. «Nosotros los temas los tenemos claros -dijo- y se hará todo lo posible para poder encajar (la cita en la agenda del presidente Torra)».
Publicidad
En una línea similar, pero con un tono más duro, su colega en el Parlament Eduard Pujol también aprovechó la ocasión para insistir en que se hace necesario contar con una figura externa que certifique los pactos que eventualmente puedan alcanzar los gobiernos y, aunque también se mostró convencido de que se podrá llegar a un acuerdo sobre la fecha del primer encuentro, eludió dar por buena la propuesta de la Moncloa. «Las cosas deben hacerse bien, respetando la figura del presidente de la Generalitat, con mucha mano izquierda, mucho tacto y sin imposición del ordeno y mando», adujo.
En el fondo, como otras tantas veces en los últimos tiempos, lo que ya ha empezado a instalarse en la política catalana, inmersa en un claro clima preelectoral, es el clásico juego de culpas. Esquerra defiende que la figura del mediador (que el Gobierno llegó a aceptar en el acuerdo de Pedralbes para indignación de buena parte del PSOE) no es indispensable, y que lo fundamental es sentarse, lo que situaría a JxCat como bloqueador. Los de Puigdemont ponen en duda la actitud del Gobierno, lo que dejaría a los republicanos como marionetas en manos de un Sánchez incumplidor. Y el PSC pone el foco en la rivalidad entre las fuerzas secesionistas.
Publicidad
«Hubo un compromiso de que la comisión de diálogo y la bilateral se encontraran a lo largo del mes de febrero, y como conviene hacer honor a los compromisos, si se pudiera hacer, estaría muy bien», intervino ayer el primer secretario de los socialistas catalanes, Miquel Iceta. «Si no se ponen de acuerdo -insistió en alusión a los dos socios del Gobierno catalán- no habrá ni fecha ni reunión».
La cuestión de los plazos, en todo caso, es relevante para el Ejecutivo porque los de Oriol Junqueras no se sentarán a negociar los Presupuestos Generales del Estado si la mesa no está en marcha. Lo repitió el pasado viernes el vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonès. La idea de Sánchez era llevar las cuentas al Congreso en marzo y tenerlas aprobadas antes del verano, pero la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, admitió que no las presentará si no tiene garantizado de antemano que superan el debate de totalidad, para lo que Esquerra es imprescindible.
Publicidad
El polémico acuerdo al que llegaron a principios de enero el PSOE y ERC para la investidura de Pedro Sánchez decía que quince días después de conformarse el Gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos se constituiría la mesa de diálogo con la Generalitat para abordar el futuro político de Cataluña. Ha pasado más de un mes y todo está aún en el aire.
-La fecha:
Esquerra quiso dar protagonismo a Quim Torra para evitar que que Junts per Catalunya le acusara de denostar una figura tan relevante como la del presidente de la Generalitat por puro beneficio propio. La exigencia de cuadrar un primer encuentro entre el jefe del Gobierno catalán y Pedro Sánchez ya retrasó los planes iniciales de comenzar a negociar en enero. Ahora está en duda incluso que la mesa de diálogo vaya a reunirse en febrero, como acordaron los presidentes en su cita de Barcelona el pasado día 6.
-Los componentes:
El Gobierno se resiste a adelantar quiénes serán los miembros del Consejo de Ministros que se sentarán en el foro bilateral. Sánchez solo ha anunciado hasta ahora su disposición a presidir la primera reunión que se celebre. También trascendió, porque así lo contó él mismo, que ha pedido a Pablo Iglesias que se sume a su delegación, pero nada más. Por parte de la Generalitat, Torra quiere estar presente en todos los encuentros y también lo hará el vicepresidente Pere Aragonès.
-Los temas:
La Generalitat subrayó ayer que había acordado con el Ejecutivo nombrar sendos equipos técnicos para fijar el orden del día de la primera reunión de la mesa. No se ha hecho. La vicepresidenta Carmen Calvo aseguró la semana pasada que estaba dispuesta a hablar «de todo», pero también que jamás se aceptará un referéndum de autodeterminación. Tanto JxCat como ERC quieren negociar una consulta de ese tipo y la amnistía de los condenados por el 'procés'.
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.